Los Angeles Lakers se quedaron la noche del martes sin opciones de clasificar a los playoffs de la NBA y certificaron el fracaso de un equipo que partía como favorito al título de la mano de LeBron James y Anthony Davis.
King James, baja por lesión en la derrota definitiva del martes ante los Suns, se quedó fuera de las eliminatorias por cuarta vez en sus casi dos décadas de carrera. Su búsqueda de un quinto anillo queda en entredicho a los 37 años de edad.
Desde el cuestionado fichaje de Russell Westbrook y la configuración de la plantilla, pasando por las lesiones y la dirección de Frank Vogel, estas son algunas claves de una de las mayores debacles que ha visto la NBA en mucho tiempo.
Una remodelación fallida
En apenas dos años, los Lakers pasaron de proclamarse campeones en la burbuja de Disney World, brindando el título a la memoria del fallecido Kobe Bryant, a terminar esta temporada probablemente en el undécimo lugar de la Conferencia Oeste.
Entre medio hubo otra mediocre campaña de los Lakers a los que eliminaron en primera ronda de playoffs los Suns. Tras esa decepción, el mánager general, Rob Pelinka, apostó por buscar una tercera estrella que cubriera las previsibles lesiones del veterano James y el frágil Davis.
Con el visto bueno de ambos, Pelinka decidió completar el Big 3 con el veterano Russell Westbrook. Por él entregó a los Wizards un paquete con tres jugadores consolidados (Kyle Kuzma, Kentavious Caldwell-Pope y Montrezl Harrell) y una elección de primera ronda de Draft.
El faraónico contrato de Westbrook (44,2 millones de dólares este año), unido a los de James y Davis, alcanza prácticamente el límite salarial. Por ello, Pelinka completó la plantilla con jóvenes demasiado inexpertos (Malik Monk, Talen Horton-Tucker, Austin Reaves) y veteranos con contratos mínimos (Carmelo Anthony, Dwight Howard, Trevor Ariza).
Falta de adaptación de Westbrook
Como casi todos los analistas anticipaban, el estilo de juego de Westbrook no encajó con lo que necesitaban los Lakers de su tercera espada para clasificar a los playoffs.
En un equipo que gira alrededor de King James, la falta de tiro exterior e incapacidad para jugar sin balón de Westbrook le hacía difícilmente complementario en ataque.
Rey histórico de los triples dobles en la NBA, Westbrook siempre fue un jugador omnipresente y exuberante en la cancha, pero a los 33 años ya no posee la superioridad física de antaño. En defensa sigue teniendo importantes lagunas.
La fuerte presión inicial sobre Westbrook fue derivando en críticas y hasta en abucheos de su propia afición, lo que complicó aún más la adaptación del base, MVP de la NBA en 2017.
Epidemia de lesiones
La principal explicación esgrimida por el cuerpo técnico y jugadores ante el desastre ha sido la plaga de lesiones en el vestuario.
LeBron James, en su mejor campaña anotadora (30,3 puntos por partido) desde 2006, se perdió 23 partidos y Davis otros 39.
En toda la temporada, el Big 3 de los Lakers apenas coincidió en la cancha en 21 partidos.
«Nuestro objetivo era ganar un campeonato pero las lesiones se interpusieron en el camino», resumió el martes Anthony Davis.
Vogel en el ojo del huracán
Frente a todas estas dificultades, el técnico Frank Vogel tampoco supo evitar el aire crepuscular que desprendieron estos Lakers desde el principio de temporada.
Vogel construyó el equipo campeón de 2020 partiendo de una defensa dominante en la que un Anthony Davis sano y en buena forma física era el ancla para otros especialistas como Alex Caruso, Danny Green o Caldwell-Pope.
Pelinka no proporcionó relevos de altura defensiva para ese grupo y Vogel tampoco tuvo cintura para ajustar el estilo.
Cerca del despido en varios tramos de la temporada, las especulaciones sobre el relevo de Vogel ya mencionan nombres propios como Quin Snyder (Jazz) o Doc Rivers (Sixers).
Un futuro más que incierto
Más allá de un cambio en el banquillo, los Lakers tienen muy poco margen de maniobra para reconducir la situación y ya perdieron los playoffs.
Encontrar un equipo interesado en adquirir a Westbrook es altamente improbable sin que los Lakers tengan que entregar más rondas de Draft y seguir hipotecando su futuro.
Con Westbrook de vuelta, no hay espacio salarial para atraer a agentes libres, salvo que se produzca alguna sorpresa respecto a la continuidad de LeBron y Davis.
James, que tiene un año más de contrato, quiere seguir en activo hasta coincidir con su hijo Bronny, que podría llegar a la NBA en 2024, y no descarta que el encuentro sea fuera de Los Ángeles.
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