
La adolescencia se le fue a Junior Guerra cuando firmó como receptor en 2003. Cinco años después fue dejado en libertad por los Mets de Nueva York como lanzador. Pitchó en una liga independiente en Hawái en 2008 y con el transcurrir de cuatro años estaba en México y luego en Italia. En 2015 volvió al beisbol organizado y luego de menos de 24 meses era considerado el as de los Cerveceros de Milwaukee.
La carrera del venezolano ha sido impredecible. Salta de un lugar a otro. De hecho, esta temporada la comenzó en las menores, pues perdió su puesto en la rotación espumosa.
Ayer hizo su regreso al equipo grande y salió del Busch Stadium con la victoria en el bolsillo. Pero primero trabajó 5.1 innings, en los que aplacó las intenciones hostiles de los Cardenales de San Luis que cayeron 3 a 2.
Solo le pisaron el plato una vez y ocurrió poco antes de abandonar la lomita; Matt Carpentiner impulsó a Greg García con un rolling a la primera base. El derecho aisló cuatro imparables, propinó la misma cantidad de ponches y dio par de bases por bolas.
Uno de los principales cómplices de Guerra fue su compatriota Hernán Pérez. El utility defendió el jardín central y fue el responsable de la primera carrera lupulosa, obrada en el cuarto capítulo, tras conectar su primer vuelacercas de la campaña. Adam Wainwright, iniciador de los pájaros rojos, fue la víctima del aragüeño.
Con su regreso, Guerra compartirá rotación con el marabino Jhoulys Chacín, quien ocupa el segundo puesto de la secuencia de la organización.
Bisoño inmaculado. En la historia de los venezolanos en las Grandes ligas, el único lanzador que puede jactarse de tener un mejor debut en el nivel que Yonny Chirinos es el ya retirado Lester Straker, quien trabajó 14.2 innings seguidos en blanco en 1987, con los Mellizos de Minnesota.
Chirinos está a solo un tercio de igualar al bolivarense. Ayer llegó a 14.1 episodios inmaculados luego de salir sin decisión en el triunfo de los Rays de Tampa Bay 2 a 1 sobre los Medias Blancas de Chicago.
El novato zuliano ponchó a cinco adversarios, dio una base por bolas y toleró cuatro imparables. El careta Jesús Sucre se fue en blanco en tres turnos. Por los patiblancos, Avisaíl García se fue de 4-1, al igual que Yolmer Sánchez y Omar Narváez.
El zurdo Luis Avilán guillotinó a los dos hombres que enfrentó y Bruce Rondón estuvo perfecto en un acto.
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