Usain Bolt se convirtió, tal día como hoy hace diez años, en leyenda viva del atletismo con solo 22 años de edad, al proclamarse campeón mundial de 100 metros en 9.58 segundos, once centésimas por debajo de su plusmarca mundial anterior, frente a un Tyson Gay que hubo de consolarse con el récord de Estados Unidos (9.71).
El estadio Olímpico de Berlín, escenario, en 1936, de la cuádruple exhibición olímpica del legendario Jesse Owens ante los ojos airados de Adolf Hitler, volvió a registrar en los Mundiales de 2009 un episodio histórico. Bolt logró una marca que sigue en el libro de los récords al cabo de un decenio.
Aquél 16 de agosto, otro jamaicano, Asafa Powell, predecesor de Bolt como plusmarquista mundial (9.72), subió, por fin, a un podio en alta competición gracias a su mejor marca del año (9.84).
Sobre la misma pista en la que Jesse Owens ganó hace 83 años la final olímpica de 100 metros en 10.3 segundos (la primera de sus cuatro medallas de oro), Bolt escribió una nueva página imborrable en sólo 9.58 segundos.
El espectáculo no defraudó. Los ocho finalistas agudizaron su inventiva para hacer ante las cámaras el gesto más llamativo durante la presentación de los protagonistas. Bolt, hablando al objetivo de la cámara, dibujó con sus brazos la acostumbrada posición de disparo.
Cuando se hizo el silencio, entre destellos de miles de flashes emitidos desde la grada, los rostros de los ocho contendientes se pusieron serios y el pistoletazo puso en marcha al bólido Bolt, que sólo tardó 146 milésimas en ponerse en acción, sólo dos más que el especialista Gay.
Ni siquiera tuvo que hacer una salida excepcional, porque su impresionante progresión le permitió recuperar terreno en la tercera zancada.
El estadounidense había conquistado en los Mundiales de Osaka 2007 los títulos de 100, 200 y 4×100. Un año después, Bolt escaló la cumbre de la gloria repitiendo esa gesta en los Juegos Olímpicos de Pekín, pero añadiendo récords mundiales (9.69, 19.30 y 37.10) a cada una de sus victorias.
Sólo una vez se habían enfrentado antes los dos colosos en 100 metros. Fue el 31 de mayo del 2008, en Nueva York, y el jamaicano también batió al estadounidense (9.72 frente a 9.85).
Gay llevaba un par de semanas preocupado por sus molestias en la ingle, que volvieron a aparecer en las primeras rondas del Mundial. En la hora suprema demostró que estaba en la mejor forma de su vida, pero el destino parecía reservarle el puesto de segundón frente a un Bolt cinco años más joven y asombrosamente rápido.
“Ha sido sensacional. Definitivamente, mi mejor carrera”, dijo Bolt. “Creía posible correr por debajo de 9,69, pero para ello todo tenía que salir perfectamente. Ha sido increíble. Creo que el público me ha dado energía adicional. Hoy es un gran momento de la historia, pero nunca se puede saber lo que pasará mañana”, añadió.
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