Con la camiseta de favorito y su dupla de ataque Suárez-Cavani afilada comienza hoy el Mundial para Uruguay, enfrentando a un Egipto que está ‘casi’ seguro de contar con su gran estrella, Mohamed Salah. Uruguay dejó ayer su remanso de paz en Nizhni Nóvgorod -donde levantó su campamento base- para instalarse en Ekaterimburgo. Allí comenzará a medir sus posibilidades en una Copa en la que se permite soñar.
Ante Egipto el equipo charrúa tiene el desafío de quebrar su historia y empezar con el pie derecho su camino mundialista. En Brasil una sorpresiva derrota inicial ante Costa Rica puso a prueba al equipo, un plato que no quieren repetir en Rusia.
El debut es el partido «más importante porque depende cómo comiences para saber cómo encarar lo que viene», en el Grupo A que completan Arabia Saudita y Rusia, advirtió José María Giménez, pilar junto a Diego Godín de la defensa de Uruguay.
Un triunfo en el inicio afirmaría las sensaciones de un equipo suramericano que sin ser uno de los grandes candidatos al título admite que tiene armas para soñar en una Copa del Mundo que emule o supere su andar en Suráfrica 2010, donde alcanzó el cuarto puesto, también con Oscar Tabárez como director técnico.
El ‘Maestro’ aseguró que Egipto es el mejor equipo de África y tiene en Salah a un jugador de clase mundial: «Nosotros modestamente vamos a tratar de controlar todas sus virtudes e imponer algunas de las nuestras».
La selección uruguaya tiene en el banco al entrenador más longevo del torneo con 71 años de edad, hombres experimentados en ataque y defensa y un mediocampo que respira juventud.
Tabárez abrió las puertas a la renovación y jugadores como Matías Vecino, Rodrigo Bentacur y Giorgian De Arrascaeta, más propensos al toque y la creación que sus antecesores, sumando más juego corto y posibilidades de pases en profundidad para la dupla de ataque.
En la antesala del choque todos los caminos conducen a Salah. Su caída en la final de la Champions League por una lesión de hombro cortó el aliento de todo Egipto, que sigue a sol y a sombra la recuperación de su ‘faraón’.
Salah -que cumplirá 26 años de edad el día del partido- encendió a los 100 millones de egipcios el miércoles cuando se sumó al equipo en la jornada pasada de entrenamiento en Grozni.
Ayer el seleccionador argentino de Egipto Héctor Cúper sumó más razones para sonreír. «Salah está bien y se está recuperando muy rápido», dijo. “Aún tenemos que ver cómo transcurre el entrenamiento, pero casi puedo asegurarles al ciento por ciento que va a jugar».
El duelo marcará el choque de dos veteranos de la dirección técnica de Suramérica. Tabárez en su cuarto Mundial con Uruguay, el tercero consecutivo, medirá fuerzas con Cúper, otro amante del sacrificio y el orden defensivo.
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