Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, pero Cristiano Ronaldo fue el ser divino de una afición merengue que disfrutó una noche memorable en el Santiago Bernabéu, por los cuartos de final de la Champions League.
Y es que el equipo dirigido por Zinedine Zidane sacó pecho en la prórroga e imponerse 4-2 (6-3 global) frente al Bayern de Múnich y conseguir el pase a las semifinales del torneo continental por séptima vez consecutiva.
Eso sí, la actuación arbitral de Viktor Kassai generó desasosiego para el club bávaro: Arturo Vidal habría sido expulsado de manera dudosa, Casemiro fue perdonado de la tarjeta roja y dos tantos de Cristiano, aparentemente, estuvieron en fuera de lugar.
Bajo 81.000 almas en el recinto madridista, el compromiso arrancó muy entretenido y disputado, con una oncena alemana que tenía la necesidad de remontar el resultado adverso. Carlo Ancelotti y Xabi Alonso, por su parte, regresaron a su antigua casa.
Luego de una primera mitad sin goles, Arjen Robben fue derribado dentro del área por Casemiro y Robert Lewandowski, quien se perdió el juego de ida, inauguró la pizarra desde el punto penal.
Cuando más estaba animado el Bayern, Cristiano Ronaldo apareció al minuto 76 e igualar el marcador. Sin embargo, un minuto después, la eliminatoria se igualó con un gol en propia puerta de Sergio Ramos.
A siete minutos del final, Vidal vio la segunda cartulina amarilla y dejó a su equipo con diez en cancha. Ancelotti quiso compensar la baja con el ingreso de Joshua Kimmich por Lewandowski. Previamente, Douglas Costa y Thomas Müller entraron por Frank Ribéry Xabi Alonso respectivamente.
El desgaste físico y mental del cuadro visitante se dejó en evidencia, a lo que el Madrid aprovechó para liquidar, con dos dianas del Balón de Oro 2016 y una obra de arte de Marco Asencio al minuto 112, y dejar cifras definitivas.