FÚTBOL

Presentan en París el estuche que guardará la Copa del Mundo de 2018

por Avatar EFE

La Copa del Mundo de la FIFA viajará de nuevo en un lujoso maletín que ha confeccionado para el trofeo la marca francesa Louis Vuitton y que fue presentado este jueves en Asnières (afueras de París), en un acto que contó con la presencia de la modelo rusa Natalia Vodianova.

El trofeo, de algo más de seis kilos y 36 centímetros de alto, de oro de 18 quilates y con una base de malaquita semipreciosa, se desplazará a Rusia en una caja de titanio, «un metal muy difícil de moldear», explicó en una rueda de prensa el director general de la firma, Michael Burke.

«Es nuestra tercera asociación con la FIFA y en esta ocasión queríamos innovar. Es la primera vez que confeccionamos un estuche de titanio y fueron dos años de trabajo», añadió Burke.

El acto, celebrado en los históricos talleres de la empresa en Asnières, contó con la presencia como «embajadores» de Vodianova, quien afirmó sentirse «muy orgullosa de ser la nueva imagen de esta colaboración», y del ex futbolista francés Leboeuf.

Para presentar el estuche, que Leboeuf consideró «una representación del éxito francés», los embajadores fueron los encargados de abrirlo para dejar a la vista de los medios una réplica de la Copa del Mundo (la original está de gira y regresará al país anfitrión el 28 de mayo).

El programa de la celebración incluyó también la presentación de otras dos colecciones exclusivas, la primera de ellas una creación de maletas que reúnen una reproducción de los 13 balones de los mundiales desde 1970, limitada a 25 ejemplares.

La segunda colección, llamada Capsula, se inspira en el Adidas Telstar, el balón creado para la primera Copa del Mundo televisada, la de México en 1970, con ocasión de su 40 aniversario.

«Queríamos homenajear a este balón emblemático de hexágonos blancos y pentágonos negros. Todos estos objetos icónicos (mochilas y bolsos, entre otros) podrán ser personalizados con los colores de su equipo nacional», indicó Burke.

Louis Vuitton se hizo famoso a mediados del siglo XIX por sus baúles, sobre todo por aquellos de tapa plana que podían ser apilados en los primeros viajes en tren, por lo que algunos clientes empezaron a dirigirse a su firma para hacer pedidos especiales.