Los destinos del argentino Leo Messi y del portugués Cristiano Ronaldo parecen irremediablemente entrelazados. Hasta las bases de entrenamiento de sus respectivas selecciones se encuentran a escasa distancia en las afueras de Moscú.
Cristiano y las Quinas se han concentrado en la pintoresca localidad de Krátovo, una zona residencial de dachas (casas de campo) situada a unos 25 kilómetros de la capital rusa.
Su cuartel general son las instalaciones del histórico club Saturn que, además de unas modernos campos de entrenamiento, tiene un estadio con capacidad para unos 15.000 espectadores en la cercana ciudad de Rámenski.
La base de operaciones del equipo dirigido por Fernando Santos está rodeada de bosque, el mejor antídoto contra los curiosos, además de las estrictas medidas de seguridad puestas en marcha por las autoridades locales.
Los portugueses eligieron las afueras de Moscú pese a que debutarán en el Mundial ante España en Sochi, dos mil kilómetros al sur en la costa del mar Negro, donde el clima es subtropical.
Unas pocas horas después también llegó a Moscú el astro barcelonista, que se instaló anoche junto al resto de jugadores de la Albiceleste en Bronnitsi, que se encuentra en la misma carretera, pero 25 kilómetros más al sur.
Se trata de una pequeña localidad de unos 20.000 habitantes en la que lo más llamativo es el gran mural de Messi pintado por un artista local en uno de los edificios de su calle principal.
Los argentinos han preferido la tranquilidad al bullicio de otros lugares más cercanos a Moscú, aunque el cuerpo técnico de la selección está encantada con las instalaciones donde se entrenan los futuros campeones olímpicos rusos.
Varios cientos de aficionados tuvieron hoy la oportunidad de ver en vivo a Cristiano en un entrenamiento abierto y lo mismo ocurrirá mañana, lunes, con Messi.
La estrella madridista debutará el 15 de junio ante La Roja, mientras Messi lo hará el 16 ante la peligrosa Islandia.
Aunque en los Mundiales nunca ha rendido a un gran nivel, Cristiano ganó la Eurocopa en 2016, mientras Messi disputó hace cuatro años la final de la Copa Mundial, donde cayó ante Alemania (1-0).
Ahora, sólo falta que sus equipos superen la primera fase y se crucen en su camino a su gran sueño y uno de los pocos títulos que les falta en su palmarés: levantar la Copa Mundial el 15 de julio en el estadio Luzhnikí.
Quizás por eso, no pocos reporteros argentinos se acercaron a Krátovo desde la base argentina para ver en persona a Cristiano, el hombre que compite con Messi desde hace una década.
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