Un gol de Kylian Mbappé dio a Francia la clasificación para los octavos de final del Mundial 2018 y apagó el sueño de Perú, que quedó eliminada de forma matemática en su retorno a la competición 36 años después.
Perú demostró capacidad para codearse con los grandes, que miró a los ojos a la subcampeona de Europa, plagada de estrellas pero que como sucediera en su debut este sábado contra Dinamarca, pagó cara su falta de puntería en una competición donde cada gesto tiene un precio.
Ricardo Gareca rehabilitó a Paolo Guerrero en la punta del ataque y dejó en el banco a Jefferson Farfán, en busca de una solución que resolviera la falta de acierto del primer duelo.
Perú llevó el peso del encuentro, buscó más el arco rival y dispuso de ocasiones para, al menos, no irse derrotada.
Guerrero tuvo una oportunidad a los 31 minutos en una buena jugada de Christian Cueva, detenida por el portero francés Hugo Lloris, que cumplió 100 partidos bajo los palos; y la que estrelló Pedro Aquino, titular ante los problemas físicos que arrastra Renato Tapia.
El conjunto peruano lo intentó por todos lo medios, con la entrada de Farfán en el lugar de Yoshimar Yotun, a riesgo de debilitar el centro del campo, pero no lograron desarbolar a Francia, que mejoró su aspecto con respecto a su partido inicial contra Australia.
Didier Deschamps apostó por un equipo menos ofensivo para contrarrestar a Perú. A falta de la puntería de Antoine Greizmann, que no atraviesa un buen momento, Francia encontró a un buen Paul Pogba que estuvo en el origen del gol de Mbappé. De sus botas salió la jugada que, con fortuna por un rechace, dejó al atacante franco para marcar.
El gol decisivo lo marcó Mbappé, que a sus 19 años y medio se convirtió en el más joven goleador de Francia en una fase final de una competición importante.
Perú buscó el empate, pero esta selección está peleada con el gol en Rusia. Acorraló a Francia, pero no logró marcar el empate.
Francia sumó siete duelos sin perder en competición oficial contra naciones sudamericanas y 758 minutos sin recibir un tanto. El último se lo marcó el brasileño Careca en cuartos de final del Mundial de 1986.