El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, «utilizó claramente sus privilegios y abusó de su posición de poder para asaltar sexualmente a una deportista», dijo a EFE la relatora de la ONU sobre la violencia contra las mujeres y niñas, Reem Alsalem.
En relación con el beso en la boca de Rubiales a la futbolista Jennifer Hermoso, integrante del equipo nacional de España que ganó el mundial femenino de fútbol el pasado domingo, la experta de Naciones Unidas denunció que lo que más llama la atención «es el sorprendente sentido de derecho de los hombres a tocar y violar los cuerpos de las mujeres y sus espacios privados» y de hacerlo «de forma tan descarada y pública».
También explicó que mientras muchos centran la discusión en si Hermoso consintió o no el gesto, lo que todos deben recordar es que en una situación como esta —que involucra al presidente de una federación y a una mujer de un equipo nacional— «hay tal desequilibro de poder que puede hacer que el consentimiento carezca de sentido».
Alsalem lamentó que el dirigente deportivo haya intentado invertir los roles, presentándose como víctima y culpando a la víctima real de lo ocurrido.
«Eso pudo ser el momento en el que un hombre que ha cometido un error podría haber dado ejemplo de cómo disculparse adecuadamente, asumir la responsabilidad. En lugar de eso, se convirtió en un manual de lo que no se debe hacer», sostuvo la relatora, quien tiene una amplia experiencia de servicio en misiones de la ONU en todos los continentes y ha sido catedrática de la Universidad de Londres.
Alsalem dijo que ahora todas las miradas están puestas en la Federación Española de Fútbol y en el gobierno español porque «lo que hagan tendrá repercusiones en futuros incidentes de esta naturaleza».
Más allá del caso específico que involucra a Rubiales, la relatora jordana dijo que este hecho es un recordatorio más del «sexismo, discriminación y violencia, incluidas las agresiones sexuales, a las que se enfrentan regularmente las mujeres en el deporte y que suelen pasar desapercibidas o no se denuncian».