DEPORTES

El Chelsea se sostiene en la montaña rusa

por Avatar EFE

Mientras la grada festejaba la permanencia virtual del Nottingham Forest, que seguirá en la ‘Premier League’ salvo que pierda en la última jornada y el Luton gane por 12 goles de diferencia, Reece James reapareció cinco meses después en el Chelsea, entró en el minuto 79 y dio el 2-3 en el 82 a Nicolas Jackson, que sostiene el pulso por entrar en Europa con una remontada repentina.

Desde el pasado diciembre, el lateral derecho no jugaba un solo partido. De vuelta a la acción, su centro a Jackson fue un regalo. Perfecto, con la potencia justa, con la precisión exacta, el delantero conectó el cabezazo que supuso la victoria del conjunto londinense, que se pone a la altura de puntos del Newcastle, en la sexta posición, y que supera al Manchester United, aunque los ‘Diablos Rojos’ con un partido menos… Contra el Arsenal.

Todo abierto aún por jugar la Liga Conferencia. Un premio menor para un equipo diseñado para mucho más, pero cuyas circunstancias, con su decepcionante comienzo de la campaña, le aportan un valor único en la reconstrucción iniciada hace un año y medio ya, enfatizada el pasado verano y aún incompleta, aunque más cerca: sólo ha perdido uno de sus últimos trece encuentros de la ‘Premier League’, aunque fue el sonoro 5-0 contra el Arsenal.

Este sábado, como tantas otras veces, navegó por sus propias inseguridades, al filo de la caída, pero no solo sobrevivió, sino que encima se repuso hasta el triunfo. En otro tramo del curso, por ejemplo, al principio, un escenario de 1-2 a falta de menos de cuarto de hora habría sido una resolución anticipada de su derrota. Cierto que el partido debería haber sido diferente, porque el Forest estaba ya salvado y el Chelsea tomó ventaja a toda velocidad.

Desde el minuto 8, cuando Cole Palmer conectó con Mykhailo Mudryk para el 0-1. El pase interior de Palmer activó la acción. Su visión para el desmarque en diagonal de Mudryk, que definió con facilidad, fuera del alcance de Matz Sels, fue medio gol. El otro medio fue de su compañero ucraniano, que no había marcado ningún tanto en ninguno de sus últimos diez duelos. Suma tres en los 25 choques más recientes. Necesita todavía más.

Pero el Chelsea aún se mueve en ese filo impredecible. Su defensa aún falla. No se entiende de otra manera el gol del Nottingham Forest. El 1-1 en el minuto 16. Un saque de falta al área que remató completamente solo Willy Boly. La marca la había perdido Moisés Caicedo. Al remate no llegó Conor Gallagher. Ajustado, contra el palo, no alcanzó tampoco Petrovic.

El conjunto londinense también necesita más pegada en ataque. Goleadores más infalibles. El enésimo lamento de la temporada fue el uno contra uno que terminó en nada de Nicolas Jackson. A la media hora, su tiro, tras otro pase extraordinario de Cole Palmer que propuso en carrera hacia el gol al exdelantero del Villarreal, lo repelió Matz Sels con el pie izquierdo.

El Chelsea desapareció en el inicio de la segunda parte. Fue el Forest el equipo que más se interesó en el ataque, con todas sus limitaciones, pero también con toda la inquietud que provocó en el bloque de Pochettino, salvado por los postes. Uno, con un disparo desde fuera del área de Yates. Otro, con un cabezazo de Wood a menos de un metro. Dos advertencias más para una estructura defensiva ya vulnerable.

Y, además, aún más visible, no atacaba. El técnico argentino lo detectó. Antes de la hora de acción, eligió a Malo Gusto y, sobre todo, a Nkunku. El flamante fichaje del pasado verano (pagó 60 millones de euros al Leipzig para su traspaso), en su segundo encuentro desde febrero, en el duodécimo de la campaña, entre las lesiones, irrumpió en el campo.

Lo necesita el Chelsea del futuro. Su mejor versión. Sus 58 goles en dos años en el conjunto alemán describen mucho de lo que le hace falta en ataque a su actual equipo, que se repuso instante a instante, respondió con otro remate al palo, con una falta perfecta al área de Palmer que peinó Thiago Silva contra el poste, y recobró aparentemente el control del encuentro, alterado otra vez por un derechazo de Aina.

El decimoséptimo remate del Forest. Tres a portería. El decimoctavo fue otro tiro de Hudson-Odoi contra el larguero. Con un 30 por ciento de posesión. A falta de 20 minutos. El Chelsea había lanzado ocho, sólo dos entre los tres palos. Necesitaba más. Por eso entró Sterling, en sustitución de Mudryk, para relanzar al Chelsea, que no lo veía nada claro, aún menos cuando el decimonoveno, también de Hudson-Odoi, fue el 2-1. En el minuto 74.

La revancha de un futbolista que era suyo, traspasado el pasado verano por 3,5 millones de euros desde Stamford Bridge a The City Ground, donde la ventaja duró un suspiro, en cuanto Raheem Sterling hizo una de sus jugadas más especializadas: controló el balón en la banda, se movió de fuera hacia dentro y anotó el 2-2 con la derecha ajustado al otro poste.

El último cambio había sido Reece James. Lesionado desde diciembre, su reaparición cinco meses después fue un impulso definitivo para el triunfo en Nottingham, porque su centro fue un regalo para el remate de Jackson en el minuto 82. La victoria del Chelsea. Europa aún es posible. Mantiene la pugna con el Newcastle, ambos con 57 puntos, a la espera del resultado esta jornada del Manchester United, que también puede ponerse a su altura.

Ficha técnica

2 – Nottingham Forest: Sels; Montiel (Elanga, m. 71), Boly, Murillo, Niakhaté (Awoniyi, m. 87), Aina; Gibbs-White, Yates (Toffolo, m. 72), Danilo, Hudson-Odoi (Nico Domínguez, m. 86); Chris Wood.

3 – Chelsea: Petrovic; Chalobah, Thiago Silva, Badiashile (Gusto, m. 58), Cucurella; Gallagher (Reece James, m. 79), Moisés Caicedo; Madueke (Nkunku, m. 58), Palmer, Mudryk (Sterling, m. 73); Nico Jackson.

Goles: 1-0, m. 8: Mudryk. 1-1, m. 16: Boly. 2-1, m. 74: Hudson-Odoi. 2-2, m. 80: Sterling. 2-3, m. 82: Nico Jackson.

Árbitro: Tony Harrington. Amonestó con tarjeta amarilla a los visitantes Badiashile (m. 15) y Gallagher (m. 34).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada de la Premier League, disputado en The City Ground de Nottingham ante unos 30.000 espectadores.