El FC Barcelona tildó de “graves e infundadas” las acusaciones del ex vicepresidente Emili Rousaud, en las que aseguró que, en el caso “Barçagate”, cree que “alguien ha metido la mano en la caja”.
Rousaud, que dimitió el jueves en la noche (junto a Enric Tombas, Silvio Elías, Maria Teixidor, Josep Pont y Jordi Calsamiglia), se refirió de esta manera a la posibilidad de la utilización de una empresa para desprestigiar en redes sociales a jugadores, ex futbolistas y miembros del entorno azulgrana.
Rousaud considera que en este caso se ha producido un sobreprecio (según informaciones, el club abonó un millón de euros).
Sin embargo, el ex presidente no señaló al presidente ni sabe si Bartomeu tenía conocimiento de este asunto.
Mediante un comunicado, se dijo: “El Barcelona negó categóricamente cualquier acción susceptible de ser calificada de corrupción” (…) (por lo que) “se reserva la interposición de las acciones penales que puedan corresponder”.
“En este sentido, el análisis de los servicios de monitorización de las redes sociales está siendo objeto de una amplia auditoría independiente a cargo de PriceWaterhouseCoopers (PWC)”, señaló.
Continuó: “Empresa que todavía está en curso y, por tanto, sin ningún tipo de conclusiones, habiendo facilitado el Club toda la información y medios que PWC ha ido solicitando desde el inicio del proceso”.
El club justifica las renuncias de seis directivos por la “remodelación de la junta”, que fue impulsada por el presidente Josep María Bartomeu esta semana.
“Esta remodelación de la junta directiva pretende afrontar con las máximas garantías el último tramo del mandato -concluye el 30 de junio de 2021”, apuntó, y agregó: “Con el objetivo de implementar las medidas necesarias para preparar el futuro del Club, superando las consecuencias de la crisis sanitaria que estamos viviendo”.
“Además, culminar las acciones del programa de gestión iniciado en 2010 y del Plan Estratégico aprobado en 2015”, acotó.
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