Por estos días en el complejo primaveral de los Gigantes de San Francisco, ubicado en Scottsdale, Arizona, se habla venezolano. Pablo Sandoval no está solo. Se fue Gorkys Hernández, pero llegaron Breyvic Valera, Yangervis Solarte y el diminuto Gerardo Parra. Todos ellos con un contrato de ligas menores, pero con la ilusión de ganarse un puesto en el roster inaugural.
Parra, ganador de dos Guantes de Oro, llama la atención de algunos por la jocosidad que lo caracteriza, aunado al hecho de que este será su tercer uniforme en la División Oeste de la Liga Nacional.
Ante la pregunta formulada por el ex pelotero y ahora analista de televisión Kevin Millar de si estaba tratando de jugar para todos los equipos de la división, Parra se soltó a decir entre risas “estoy tratando”.
El zuliano defendió desde 2009 hasta 2014 la camisa de los Cascabeles de Arizona, equipo con el que ganó las dos manoplas doradas que posee (2011 y 2013). Luego de haber pasado por los Cerveceros de Milwaukee y los Orioles de Baltimore, el patrullero aterrizó en Denver en 2016 para jugar con los Rockies de Colorado. Allí las lesiones lo aquejaron un poco, aunque en 2017 bateó .309 con 71 remolcadas y el año pasado se despidió con un .284.
Parra no se amilana por el hecho de que ahora, de hacer el equipo, estará en un estadio como el Oracle Park (antes AT&T Park), donde la bola no corre de igual manera que en el Chase Field y el Coors Field. En 63 compromisos de por vida en la casa de los Gigantes, el jardinero presenta una línea ofensiva de .310/.350/.399.
“La clave de todo esto además de estar sano es no perder el hambre por el juego. Todos los días lucho en las mañanas y trabajo fuerte en el gimnasio para dar lo mejor de mí. Si pierdes el hambre, no podrás hacer nada”, dijo Parra en una entrevista a MLB network.