LeBron James se coronó como mejor jugador en la 67° edición del Juego de las Estrellas de la NBA y llevó a su equipo a la victoria por 148-145 ante Stephen Curry y compañía, en un duelo de mayor seriedad e intensidad que en pasadas ediciones.
LeBron, quien se alzó con el tercer premio MVP de su carrera en el Partido de las Estrellas, acabó con 29 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias en 31 minutos; mientras que su compañero Kevin Durant aportó 19 tantos. En el equipo rival el más destacado fue Damian Lillard con 21 puntos en 21 minutos, en tanto que DeMar DeRozan añadió otros 21 tantos.
Los jugadores se tomaron la cita más en serio que en el pasado y, sobre todo, con una mejor actitud, algo de lo que se benefició el público de Los Ángeles, ciudad que por primera vez desde 1996 no contó con ningún jugador de sus franquicias (Lakers y Clippers) en el encuentro.
Fue una noche de guiños, como la buena sintonía mostrada por exc ompañeros como Durant y Russell Westbrook o el propio LeBron con Kyrie Irving. Mención aparte mereció Anthony Davis, quien salió a pista con el uniforme de DeMarcus Cousins, su compañero lesionado para toda la temporada.
Los espectadores tardaron en entrar en calor a pesar del buen inicio, marcado por la personalidad de Joel Embiid y la entrega desde el banquillo de Karl-Anthony Towns, saliendo desde el banquillo con energía.
Su impacto se hizo notar de inmediato dando una ventaja de 11 puntos a los suyos tras el primer cuarto (31-42). El equipo de LeBron apretó más en el segundo cuarto y, con mejores porcentajes de tiro, se colocaron por delante (53-52) con un tremendo alley-oop del propio James a pase de Westbrook.
Hubo parciales importantes a lo largo del periodo (58-70) debido al esfuerzo defensivo de hombres como Giannis Antetokounmpo y Embiid -espléndido su tapón sobre el base de los Thunder-, pero al descanso se llegó con gran igualdad en el marcador (76-78) y una sensación de esfuerzo sobre el parqué, como el mostrado por Klay Thompson con sus cinco triples.
Tanto fue así que en la primera parte ya se habían lanzado más tiros libres que en los partidos de las últimas dos ediciones. La única nota discordante fue la ausencia de Jimmy Butler, quien no disputó un solo minuto durante el choque a pesar de que la Liga informó de que no sufría lesión alguna.
Más entusiasmados parecían estar leyendas de la NBA como Shaquille O’Neal, Elgin Baylor, Julius Erving, Kareem Abdul-Jabbar, Jerry West, Magic Johnson y Bill Russell, que recibieron una cálida ovación por parte de público tras ser presentados desde el centro de la pista.
Así, entre jugadas vistosas y un recital de triples a cargo de Curry y Bradley Beal, el equipo de la estrella de los Warriors se fue con una ligera ventaja a falta de un cuarto (109-112) y dejaba en bandeja de plata un final de los que gustan en un encuentro de dichas características.
Lillard amenazó con dinamitar el envite antes de tiempo desde el perímetro (120-133). Como era de esperar, James y su exsocio Irving dieron la cara, lideraron a los suyos y señalaban el camino hacia un epílogo explosivo (139-140) a falta de dos minutos. LeBron empató el duelo con un triple (144-144) y cada posesión pasó a lucharse de forma descomunal. al final, un triple de James Harden no entró y Westbrook al contraataque no perdonó.
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