Parte de la dinámica del vestuario del Barcelona y cómo fue creciendo el poder de los jugadores sobre los dirigentes, lo reveló el periodista Xavier Bosch en el diario Mundo Deportivo, de España.
Detalla cómo los jugadores supieron torcer la voluntad de Elvio Paolorosso, preparador físico de Tata Martino, cuando dirigió al equipo y cómo el premio The Best para Lionel Messi puede resultar “sanador” para un vestuario que impone condiciones y tiene el control de todo.
“Después de cien años de historia, un día se cerraron los entrenamientos», dice Bosch en su trabajo sobre el Barcelona.
«Primero un rato. Luego, casi siempre hasta llegar a la puerta cerrada. Las ruedas de prensa de los futbolistas del Barça desaparecieron. Solo habla uno, en vísperas de Champions, por obligación. También dejaron de conceder entrevistas. Luego, los jugadores pidieron no volar con la prensa en el avión. Concedido. Se les preguntó por el sustituto de Vilanova. Concedido. Pero a Paolorosso, preparador físico de Martino, le dijeron, al tercer entreno, que en el Barça ya no daban vueltas al campo. Concedido. Luis Enrique, tras la crisis de Anoeta, quería sancionar a más de uno. Le persuadieron de que no lo hiciese. Ganaron el triplete”, enumera.
Mundo Deportivo detalla, punto por punto, cómo el vestuario del Barccelona fue sumando poder. Cómo, gracias a los resultados y a la espalda que dieron los títulos, los jugadores lograron privilegios y no dudaron en aumentar la presión a la hora de las exigencias económicas.
“Lo económico fue un tema que se volvió incontrolable”, dicen.
Las fuentes del informe podrían estar en la propia dirigencia del Barcelona, cansada de una relación tirante que sale a la luz tras un flojo inicio de temporada. Y añaden: “Con Griezmann, las malas caras del verano para que no viniese no han servido, y así le va al francés”.
Se utiliza a la prensa catalana para conseguir mejores arreglos: “Cuando se habla de un partido de Liga en Miami, se pide el visto bueno al vestuario. Si hay que ir a jugar un amistoso a Suráfrica, se tiene que contentar a la plantilla con alguna propina. Cuando ganan la Liga, quieren una prima extra por llegar a los 100 puntos. Cuando ganan otra Liga, quieren otro bono por terminar la temporada sin derrota alguna. Todos llaman a la puerta para cobrar más y subir un peldaño en el escalafón. Si no lo logran, hablan con los medios. Si lo consiguen, se dispara la masa salarial. A más de uno, de los que ya no están, cuando Hacienda les puso una multa que les quitó el hipo, pidieron al club que le ayudase a pagar lo defraudado. Se estudiaron fórmulas. Se enfadaron cuando les denegaron la petición”.
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La presión para contar con Neymar es otras de las cuestiones que desnudó la publicación de Mundo Deportivo.
«Las lesiones son otro tema. Uno no se opera porque quiere jugar el Mundial. Concedido. Otro se pierde una final porque le entra la prisa por pasar por el quirófano. Concedido, qué remedio, la pierna es suya. Otro, cuando se lesiona, no acude a la cita con el médico. Y este caso sí que se filtra porque es Dembélé y ellos quieren a Neymar y desprestigiar al francés forma parte del plan. Y pidieron a Neymar, sí. No es una leyenda urbana. Y, a pesar de una pérdida de dignidad histórica de la directiva, se les concedió de nuevo fichar al traidor, pero no pudo ser. El PSG no vende al Barça», dice el periodista en la publicación.
Y para Bosch, el premio a Messi puede resultar como un quiebre positivo para el Barcelona en esta historia: “El merecido The Best para Messi tiene que ser agua bendita para el Barça y un punto de inflexión para la temporada. Jamás un premio individual pudo rearmar tanto un colectivo. El barcelonismo, y el vestuario, necesitaba una gran noticia de impacto mundial para volver a entrar en el espiral ganador: a más alegría, más confianza, a mayor confianza, más fútbol, a través del fútbol, más goles y mejores resultados y, a través de los resultados más confianza para hacer girar, de nuevo y con más ímpetu, el círculo virtuoso”.