Alexander «Pequeño» Rondón fue un asiduo en las convocatorias del ciclo de Richard Páez en la Vinotinto. El ex futbolista y hoy entrenador formó parte del plantel que el 31 de marzo de 2004 goleó 0-3 a Uruguay en el choque correspondiente a las eliminatorias del Mundial Alemania 2006.
La inesperada goleada de hace 16 años es conocida en el fútbol venezolano como el Centenariazo y tuvo a Rondón, un habilidoso atacante que llegó a militar en el Sao Paulo de Brasil, como uno de sus protagonistas.
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“Ese partido lo asumimos con bastantes ganas. El Centenariazo fue la campanada para seguir creciendo y creyendo en lo que estábamos haciendo. Veníamos de varios triunfos y queríamos seguir con la racha ganadora”, indicó Rondón a la FVF.
El «Pequeño» resaltó la preparación psicológica que tuvo la plantilla para afrontar el choque en Montevideo ante la Celeste: “El profesor nos pidió que confiáramos en nosotros. Nos insistió en que éramos los mejores si queríamos. La ayuda del psicólogo fue muy importante, él nos decía que creyéramos en nosotros y que íbamos a sacar el partido divirtiéndonos”.
El plan de Richard Páz-quien estaba suspendido y debió dirigir desde la tribuna del estadio Centenario- se cumplió a la perfección en la primera mitad y la Vinotinto se fue al descanso arriba en la pizarra 0-1, con un gol de media distancia del volante Gabriel Urdaneta. Rondón recuerda las indicaciones del merideño en el descanso.
Segundo tiempo
“El profesor Páez estuvo más calmado que nunca, nos pidió que siguiéramos trabajando como lo estábamos haciendo. Sabíamos que ellos se iban a venir encima de nosotros en el segundo tiempo como lo hicieron, pero las entradas de Héctor (González) y El Zurdo (Rojas) nos dieron más vocación ofensiva”, subrayó.
El 0-2 lo marcó González con asistencia de Rondón y Juan Arango completó la goleada, que pudo ser mayor por la ambición y el buen funcionamiento que mostró Venezuela en los 90 minutos.
“Teníamos el resultado en la mano y no lo podíamos dejar pasar. Mientras ellos más atacaban, nosotros más aguantábamos, nos hacíamos fuertes. Se sentían las ganas y el compañerismo. Corríamos todas las pelotas como si fuera la última”, destacó el ex Deportivo Táchira.
Para cerrar, el otrora delantero reflexionó sobre el significado de aquel resultado que en su momento tuvo ribetes de hazaña. “Antes las personas iban al estadio con las camisetas de otras selecciones y con nosotros se empezaron a llenar los estadios y todos vestían la Vinotinto. Fue una envión bastante grande para lo que es ahora la selección nacional», concluyó el «Pequeño» Rondón.