Pasaron ocho años desde que el siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 Michael Schumacher cambió su vida definitivamente. El hombre que se jugaba la vida en cada carrera a más de 300 kilómetros por hora se topó con la mala fortuna en una montaña esquiando en los Alpes franceses. Allí sufrió un accidente de esquí que le provocó graves daños cerebrales, el 29 de diciembre de 2013.
Con el pasar de los años, su situación siempre estuvo oculta por su familia y nunca hubo información precisa sobre su estado de salud. Lo que sí se supo fue que, en el accidente, llevaba un casco que se partió en el golpe y que el soporte de metal de la cámara que llevaba sujetada se le clavó en el cráneo. Desde allí fue trasladado al hospital de Moutiers . Más adelante la familia informó que se lo derivó a un hospital en Lausana, Suiza, en septiembre de 2014.
Desde aquel dramático momento, la vida de aquel piloto multicampeón pasó a ser una incógnita, más allá de que, desde el primer día, siempre estuvo rodeado del amor incondicional de su familia y de su esposa Corinna que equipó la casa como si fuera una unidad de terapia intensiva.
Incluso, en el documental que Netflix estrenó en septiembre dedicado al alemán, ella transmitió la dureza de la situación: “Le echo de menos cada día, aunque esté aquí. Es diferente, pero está aquí y eso nos da mucha fuerza. Vivimos juntos en la casa. Está en tratamiento. Hacemos todo lo posible para que sienta una conexión familiar”.
Sin embargo, la información sobre su estado de salud, continúa siendo escasa. Michael lleva más de seis años fuera del coma y este año se pudo conocer un poco más de su estado en el documental de Netflix, con testimonios de su círculo más íntimo.
”Solo fue mala suerte, la peor de la vida. Siempre es terrible cuando te preguntas por qué le está pasando esto a Michael o a nosotros: ¿Por qué no pudo ser de otra forma? Por supuesto que lo extraño, todos los días y no solo yo sino también los niños, la familia, su padre, todos a su alrededor lo extrañan, pero él sigue aquí y eso nos da fuerza a todos. Estamos juntos, vivimos en casa juntos y hacemos lo que podemos para que Michael esté lo mejor posible y para que sienta nuestro vínculo familiar. Pase lo que pase, haré todo lo que pueda”, cuenta su esposa, Corinna.
Además, la mujer del piloto fue quien puso bajo siete llaves cualquier tipo de detalle sobre su salud. Es más, explicó en varias ocasiones que Schumacher se encuentra “en las mejores manos”. Atendido “con todo lo que está a nuestro alcance” y que la familia está haciendo “todo lo posible” para ayudarlo en su rehabilitación.
Por su parte, su hijo Mick Schumacher, actual piloto de Fórmula 1 contó emocionado cómo cambió su vida y su vínculo con su padre. “Desde el accidente esas experiencias, esos momentos que imagino que muchos otros tienen con sus padres, ya no están ahí. Creo que eso es un poco injusto. Papá y yo nos entendemos de una forma diferente ahora, simplemente porque hablamos un idioma similar, el idioma del automovilismo. Tenemos mucho más de qué hablar y al menos ahí es donde está mi cabeza la mayoría del tiempo. Ahí es cuando pienso, yo renunciaría a todo solo por tener eso”.
El presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Jean Todt, contó que va a verlo con regularidad: “vemos la televisión juntos”. Además, le consultaron si disfruta del éxito de su hijo Mick en la F1 y prefirió no dar referencias de ese tema: “No voy a hablar sobre eso, no quiero entrar en detalles porque es algo privado”, explicó. Es que, como sucedió a lo largo de estos ocho años, nadie quiere dar referencias de cuál es el estado físico o mental.
El año pasado, un prestigioso neurocirujano suizo, Erich Riederer, brindó su mirada en un documental inédito de origen francés, “Michael Schumacher, en quête de vérité”, es decir, “Michael Schumacher, en busca de la verdad”. El programa fue emitido por RMC Story, de la TV gala. “Considero que los especialistas franceses tardaron demasiado en intervenir. No creo que Schumacher pueda volver a ser el que era antes del accidente. Creo que Schumacher está en un estado vegetativo, despierto, pero no responde. Respira, su corazón late y él quizá pueda sentarse y dar pequeños pasos, pero no más. Es lo máximo”, fue la sentencia del doctor Riederer.