hospitales Inteligencia artificial
Imagen de un hospital del futuroFreepick IA

Este miércoles, China anunció que iba a inaugurar el primer hospital de inteligencia artificial (IA). En un principio suena raro, ya que parece imposible que las máquinas y la tecnología sean las que traten a miles de pacientes al mes. Sin embargo, es posible y también podría ocurrir en España, puesto que vivimos en una era donde la ciencia, la digitalización y la medicina crecen a una velocidad vertiginosa.

Todo lo mencionado anteriormente es una novedad, pero también es una situación arriesgada, ya que aunque estos cambios prometen «un sistema sanitario más efectivo y eficiente», el sector deberá superar desafíos como «la escasez de profesionales y la integración de servicios de salud mental». Por ello, y tras varias investigaciones, los expertos de la multinacional tecnológica Stratesys han detectado cuáles son los principales factores que habrá que tener en cuenta en el momento que el sector sanitario comience a trabajar con todo tipo de tecnología.

En primer lugar, mencionan los hospitales inteligentes y la digitalización. Según su criterio, los centros sanitarios del futuro serán entornos «altamente digitalizados», donde la IA y la robotización junto con el Internet de las Cosas (IoT) jugarán algunos de los papeles más importantes.

En este sentido, comentan, la gestión hospitalaria se automatizará para optimizar «la eficiencia operativa y reducir costes». Los sistemas de IA se utilizarán para analizar grandes volúmenes de datos clínicos, permitiendo diagnósticos más precisos y rápidos. En cambio, las tecnologías IoT integrarán dispositivos médicos conectados, facilitando el monitoreo continuo y remoto de los pacientes. Por último, la tecnología 6G permitirá que las operaciones llevadas a cabo con el robot Da Vinci, entre otros, se lleven a cabo con «los mejores especialistas», independientemente de su ubicación y sin que se produzcan errores de comunicación.

Al hilo, informan que también cambiará la atención al paciente y la medicina. La primera será completamente personalizada, por lo que cada enfermo podrá gozar de tratamientos específicos y dirigidos solo a su enfermedad. Por otro lado, la medicina de precisión permitirá identificar «susceptibilidades genéticas a enfermedades» y personalizar los tratamientos «en función de estas vulnerabilidades».

En el ámbito de las terapias innovadoras, la situación también cambiará. Al poder identificar de una forma más precisa las enfermedades, las tecnologías como CRISPR-Cas9 –un tipo de conocimiento de edición del genoma que puede utilizarse para cortar ADN en áreas específicas, lo que permite eliminar, agregar o reemplazar con precisión–, podrán corregir mutaciones genéticas responsables de enfermedades hereditarias y ciertos tipos de cáncer, entre otros.

Por último, comentan, la medicina para pacientes con enfermedades y poli-enfermedades crónicas y semi-crónicas también evolucionará significativamente. Al contrario de lo que piensan algunos ciudadanos ahora, la telemedicina y la gestión remota serán esenciales, permitiendo a los pacientes realizar «gestiones desde la comodidad de sus hogares» y reduciendo la necesidad de «visitas hospitalarias frecuentes».

Aunque todo esto sea beneficioso para el paciente, los facultativos tendrán que formarse en todos los ámbitos y digitalizarse para entender y ofrecer a los ciudadanos la mejor atención posible.


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