Resulta impensable organizar el tráfico aéreo sin las emblemáticas torres de control presentes en todos los grandes aeropuertos que monitorean los aviones.
Desde allí, los operadores coordinan los movimientos para que se mantengan entre sí a una distancia prudente. También dirigen sus rutas cuando hay mal tiempo, deciden el momento del aterrizaje y el despegue para evitar demoras pero, sobre todo, accidentes.
Sin embargo, no fue sino hasta que comenzaron a aumentar los servicios de pasajeros en los años 20, después del fin de la I Guerra Mundial, que se erigió la primera torre de control aéreo. Esta fue la primera en el mundo en el principal aeropuerto de Londres, que en ese momento estaba en Croydon, una localidad unos 20 km al sur de la ciudad.
El 25 de febrero se cumplieron 100 años desde que este edificio de 4,5 metros de altura y ventanas en todos sus lados fuera comisionado por el Ministerio del Aire, un antiguo departamento ministerial de Reino Unido. El instituto se encarga de la aviación civil y militar que dejó funcionar a mediados de los años 60.
«Eran los primeros años de los viajes aéreos y no había una hoja de ruta de cómo las cosas iban a funcionar», explica Ian Walker, director del Historic Croydon Airport Trust.
«En 1920 no había una idea de sobre cómo debería verse una torre de control e incluso un aeropuerto. Por eso recayó en estos pioneros desarrollar, probar e implementar las ideas que permitirían que los viajes aéreos crecieran de forma segura», señala Walker.
En ese momento, los aeródromos contaban con oficinas de radio y una suerte de faros aéreos, pero ninguna de estas instalaciones tenía la finalidad específica de brindar a los aviones servicios de tráfico aéreo.
Fue la construcción de esta primera torre lo que dio en el puntapié inicial para que la aviación comercial pudiera crecer y desarrollarse.
Informes del tiempo
En un principio, los primeros pilotos comerciales volaban en bombarderos reconvertidos, y solo podían hacerlo cuando las condiciones climáticas eran las adecuadas. Pero cuando los vuelos comerciales empezaron a aumentar, y estos se empezaron a regir por fechas y horarios, surgió la necesidad de poder volar en todo tipo de condiciones.
Ahora ya no bastaba con que los pilotos se guiaran por sus propios ojos ayudados por mapas, así que la recién formada Comisión Internacional de Navegación Aérea estableció que los aeropuertos importantes debían enviar y recibir informes del tiempo.
«Lo que hicieron fue utilizar la tecnología más avanzada que tenían en ese momento, la radio, para desarrollar el control del tráfico aéreo«, explica Walker.
Simplemente, añade, «experimentaban para ver qué funcionaba y qué no».
Los primeros controladores de los aviones trabajaban junto con los operadores de radio, y les daba información del clima a los pilotos por radio o mediante un sistema de banderas o luces.
Posición
En el aeropuerto de Croydon también utilizaban un servicio que les permitía determinar la posición del avión en el aire.
“Cuando una nave hace una transmisión por radio, se puede rastrear el origen de esta señal. Si la señal la captan estaciones en el terreno, se puede triangular la posición de la aeronave», dice Walker.
Esta información captada por tres estaciones diferentes se pasaba a Croydon, desde donde se calculaba la posición del avión manualmente en un mapa, con hilos y tachuelas, que luego se pasaba al piloto.
Con esta información, los controladores podían también calcular las llegadas y las salidas de los aviones.
Emergencia
Otro de los grandes momentos de la aviación fue la invención de la señal de auxilio. La palabra se creó para alertar de una situación de emergencia.
La palabra Mayday (pronunciada meidei, y repetida tres veces), fue acuñada por Fred Stanley Mockford, uno de los primeros controladores de la torre de Croydon. Él tomó su inspiración de la frase en francés m’aider, cuyo significado es «ayúdame».
«Es una palabra que no puede confundirse con ninguna otra cosa en aviación: no es altura, ni velocidad, ni visibilidad o viento. Es una palabra que se diferenciaba de las demás, y la industria la aceptó en 1927 como el estándar internacional».
En 1923 se añadió una segunda torre en Croydon y la última se erigió en 1928. El aeropuerto siguió funcionando hasta 1959 y, en el año 2.000 se transformó en un museo.