Millones de personas en la isla del Caribe no tienen electricidad tras el paso la semana pasada del devastador huracán María, que causó la muerte de al menos 16 personas y cuyos efectos, según las autoridades locales, están llevando a sus habitantes a una «crisis humanitaria».
Imágenes satelitales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés) dan cuenta de la magnitud del apagón que dejó el ciclón.
Fuera de algunas zonas de la capital, San Juan, solo algunas poblaciones tienen energía eléctrica de forma parcial, según muestran las imágenes de la NOAA.
Las autoridades han advertido que podría demorar meses restaurar toda la red eléctrica.
Las comunicaciones están paralizadas, con más del 95% de los teléfonos celulares sin servicio, además de que el agua potable y los suministros médicos también son escasos.
Ante este panorama, el gobernador Ricardo Roselló advirtió este lunes que la isla de 3,4 millones de habitantes se enfrenta a una situación urgente, por lo que instó al gobierno de Estados Unidos -país del que es estado asociado- a actuar lo antes posible.
«Necesitamos prevenir que haya una crisis humanitaria en Estados Unidos, pues Puerto Rico es parte de Estados Unidos», dijo a la cadena CNN.
Advirtió que de no haber «algo tangible», como una ley que establezca un plan de acción para Puerto Rico, se puede dar «un éxodo masivo hacia a Estados Unidos (continental)».
La situación financiera del gobierno se agrava por la deuda de más de US$72.000 millones que tiene la isla.
Retroceso de décadas
La Guardia Nacional estadounidense ha priorizado la reapertura de puertos y aeropuertos para facilitar la llegada de ayuda.
Pero los caminos aún son inaccesibles y decenas de puentes en toda la isla cayeron tras el paso del huracán María, lo cual ha dificultado verificar la magnitud de los daños en las regiones interiores.
El gobierno ha fijado un toque de queda, de las 19:00 a las 05:00, para evitar saqueos y vandalismo. Tan solo la noche del domingo 25 personas fueron detenidas por violar la orden.
Para la representante de Puerto Rico ante el Congreso de EE.UU., Jennifer González, la devastación que sufre la isla la ha hecho retroceder «de 20 a 30 años».
Desde el viernes, la presa Guajataca, en el noroeste de Puerto Rico, estaba en riesgo de ruptura, lo que tiene el potencial de provocar «inundaciones repentinas» que ponen en riesgo la vida de 8.000 personas.
La Guardia Nacional ordenó la evacuación de miles de personas en riesgo «inminente» por esta situación.
Personal de la Marina de EE.UU. desembarcó el domingo en el puerto de Roosevelt Rhoades para realizar trabajos de «reconocimiento de ruta, despejar carreteras primarias y la pista de aterrizaje», dijo el Pentágono.
El organismo indicó que la principal prioridad es «proveer recursos para salvar y mantener vidas» en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, como generadores y combustible.
¿Respuesta lenta?
La respuesta del gobierno de EE.UU. a la crisis en Puerto Rico ha puesto en el centro de las acusaciones al presidente Donald Trump.
Legisladores en Washington criticaron el hecho de que el presidente haya dedicado su tiempo el fin de semana a escribir mensajes en Twitter que critican a jugadores de la NFL, en vez de ofrecer mensajes de apoyo a los puertorriqueños.
El jueves pasado, Trump se limitó a decirle al gobernador Roselló: «Estamos contigo y con la gente de Puerto Rico. Manténganse seguros».
Y este lunes, también en Twitter, el mandatario escribió: «Puerto Rico, que ya estaba sufriendo de una infraestructura rota y una deuda masiva, está en graves problemas».
«Gran parte de la isla fue destruida, con miles de millones de dólares que se le deben a Wall Street y los bancos, lo que tristemente, se ha de afrontar. La comida, el agua y las medicinas son una prioridad».
La líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, llamó al gobierno de Trump a «actuar inmediatamente para poner a disposición recursos adicionales del Departamento de Defensa para las operaciones de búsqueda y rescate, seguridad y necesidades de transporte».
El senador Christopher Murphy, un demócrata de Connecticut, donde existe una de las mayores comunidades puertorriqueñas de EE.UU., dijo que el huracán María ha creado un «desastre humanitario» en Puerto Rico.
«Durante décadas, Washington ha descuidado sus obligaciones con la isla. Hemos negado a los residentes de Puerto Rico -ciudadanos estadounidenses- servicios humanos vitales y financiamiento adecuado para la atención médica, y no hay duda que nuestra negligencia hizo que la devastación en Puerto Rico fuera aún peor», dijo Murphy.
Pero la Casa Blanca defendió la respuesta del gobierno este lunes.
La portavoz Sarah Sanders dijo que el gobierno de Trump ha hecho «un movimiento sin precedentes en términos de fondos federales para el pueblo de Puerto Rico».
«La respuesta del gobierno federal ha sido todo menos lenta», añadió Sanders.
En tanto, cinco ex presidentes de Estados Unidos -Jimmy Carter, George H.W. Bush, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama- extendieron la campaña One América Appeal de recaudación de fondos para Texas, por el huracán Harvey, a Puerto Rico.