Audaces compras, inversiones multimillonarias y diversas alianzas han convertido a las entidades financieras de este país en actores principales en países como El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
La expansión de la banca de Colombia ha sido tal en los últimos años que ya desplazó a Estados Unidos y Canadá en el liderazgo en la región.
También es el país sudamericano con mayores inversiones en Centroamérica en el rubro financiero.
Si bien este movimiento enorme de capitales tiene sus riesgos, expertos consultados por BBC Mundo resaltan que esta expansión es «casi natural» por la proximidad geográfica y el crecimiento sostenido de la banca colombiana.
También indican que esta agresiva irrupción puede replicarse en otras regiones como los países sudamericanos.
La expansión
Diferentes estudios establecen que la gran internacionalización de la banca colombiana comenzó en la primera década de este siglo.
De acuerdo con datos del Banco de la República, entidad reguladora estatal, en esta primera etapa (2006-2012), las instituciones financieras del país pasaron de tener 29 empresas subordinadas en el exterior a tener 163.
Tres grandes conglomerados financieros protagonizaron el desembarco de la banca colombiana en Centroamérica.
De ellas, más de dos tercios estaban o están ubicadas en Centroamérica, tendencia que se ha acrecentado en los últimos años.
Las inversiones en este periodo han superado los 8.200 millones de dólares y algunos de los grandes protagonistas fueron entidades bancarias como Bancolombia, Banco de Bogotá y Davivienda.
De acuerdo a una investigación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), si bien las mayores inversiones colombianas en Centroamérica se dan en el rubro financiero, también se ha observado un crecimiento en el área energética y de manufacturas.
De hecho, Colombia incrementó su inversión extranjera directa (IED) en países centroamericanos en un 54% entre 2006 y 2013, mientras que Estados Unidos, el mayor inversionista de la región, apenas lo hizo un 9,3%, según el reporte «La inversión colombiana en Centroamérica», de CEPAL.
«Si bien individualmente, los países centroamericanos son pequeños, conjuntamente constituyen un mercado atractivo en términos de tamaño, capacidad de compra, perspectivas de crecimiento e integración económica», reseña Martha Cordero, autora de la investigación.
La experta añade en su estudio que la estrategia de la mayoría de los bancos de Colombia presentes en Centroamérica fue adquirir activos capitales locales y también bancos extranjeros «en busca de disminuir riesgos y lograr mayor eficiencia a partir de la suma de experiencias de ambas empresas».
Esto permitió que algunos de los conglomerados financieros colombianos se conviertan en los principales actores extranjeros en la banca centroamericana.
El actor principal
En criterio del economista Camilo Herrera, Centroamérica resultó convirtiéndose en la oportunidad que necesitaban los bancos colombianos para seguir su expansión, pues dentro de sus fronteras nacionales se hallaban muy cerca de los límites.
«Las empresas colombianas se dieron cuenta que para seguir creciendo tenían que mirar fuera del país y la banca encontró en estos países un mercado muy interesante», indicó a BBC Mundo el experto, quien es presidente de Raddar, un centro de investigación sobre consumo y economía.
Luis Carlos Sarmiento Angulo lidera el Grupo Aval, uno de los conglomerados que invirtió en la banca centroamericana.
Según explica Herrera, si estas entidades insistían en continuar su expansión solo en territorio colombiano, corrían el riesgo de incurrir en actividades monopólicas.
El investigador añade que, por ello, los conglomerados financieros colombianos aprovecharon su experiencia, tecnología y capacidad de inversión para instalarse en Centroamérica con éxito.
Según el experto, los bancos colombianos no tenían el músculo suficiente para ingresar a mercados más grandes como el brasileño, pero con la experiencia adquirida con el desembarco en Centroamérica les será más fácil apuntar a otras economías como las de Ecuador o Bolivia, por ejemplo.
«La industria bancaria centroamericana se dinamizó bastante en los últimos 10 años y eso fue una gran noticia para la banca colombiana, que controla buena parte del sector y no deja de expandirse», concluye Herrera.
El Banco de Bogotá está presente en Centroamérica a través de BAC Credomatic.
De acuerdo a un reporte del Consejo Monetario Centroamericano, el 35,7% de los bancos transnacionales de esa región pertenece o tiene participación mayoritaria de conglomerados de Colombia, superando a las entidades locales y a los antiguos grandes inversores como Estados Unidos y Canadá.
De hecho, en El Salvador alrededor del 50% del rubro financiero es controlado por colombianos.
El Banco de Bogotá, por ejemplo, destaca que el 42,1% de su utilidad neta proviene de sus operaciones en seis países centroamericanos.
La entidad, que es parte del poderoso Grupo Aval, cuenta con casi 700 oficinas en esa región y resalta que posee el 12% de las utilidades que generan los mercados de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
El grupo Bancolombia, por su parte, resalta que tiene el 14% de la cartera de Panamá y el 6% en El Salvador y Guatemala.
El consorcio, a través de sus filiales, reporta más de 1.000 oficinas en territorio centroamericano.
Los riesgos
Bajas barreras impositivas de ingreso, legislación flexible para el inversionista, cercanía geográfica, similitudes culturales y de idioma, además de debilidades de los competidores regionales, son algunos de los factores que el Consejo Monetario Centroamericano apunta para explicar el éxito de las inversiones colombianas.
La banca de ese país, señalan los expertos, aprovechó la coyuntura de la crisis financiera global de 2008 y la posterior dinamización de la economía centroamericana.
Una de las sedes de Bancolombia en Panamá.
Sin embargo, todos estos elementos favorables no significan que los capitales de estos conglomerados estén libres de cualquier riesgo.
Más cuando países como El Salvador o Nicaragua presentan niveles muy elevados de endeudamiento y son considerados de riesgo elevado en el pago de su deuda fiscal.
En una publicación reciente, el Banco de la República identificó factores de riesgo para las inversiones colombianas en Centroamérica relacionados con la pérdida de confianza, desvalorización de los capitales, problemas de liquidez y pérdidas de ingresos.
El reporte, sin embargo, concluye que «la solvencia y la utilidad agregada de los conglomerados colombianos tendrían impactos moderados» en caso de darse alguno de esos escenarios negativos.
Sentencia que puede significar que la «conquista» colombiana de la banca centroamericana goza de buena salud.