«Elliott será un verdadero activo en nuestra misión de ayudar al pueblo venezolano a restaurar plenamente la democracia y la prosperidad en su país».
Esas fueron las palabras del secretario de Estado de EEE.UU., Mike Pompeo, al anunciar el viernes el nombramiento del exdiplomático Elliott Abrams como el líder del equipo de la Casa Blanca que se enfocará en la crisis de Venezuela.
La reacción a ese anuncio no se hizo esperar en la nación sudamericana:
«EE.UU. nombró como ‘emisario en Venezuela’ al mismo personaje que ejecutó el golpe de 2002», fue el titular del artículo con el que la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) dio a conocer el nombramiento.
De acuerdo con la agencia oficial de información venezolana, Abrams es «el mismo personaje que ejecutó el golpe de Estado de 2002 contra el comandante y entonces presidente de la República, Hugo Chávez».
Y es que Abrams era parte del gobierno de George W. Bush cuando se produjo el intento de sacar del poder al líder bolivariano, el 11 de abril de 2002.
Luego de unos confusos acontecimientos, Chávez regresó a la presidencia 48 horas después y gobernó hasta su muerte, el 5 de marzo de 2013.
El gobierno de Bush negó consistentemente cualquier participación en esa intentona.
El contexto del nombramiento
Abrams asumió su nuevo reto de inmediato: acompañó a Pompeo en la sesión que se celebró este sábado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a pedido de Estados Unidos, para discutir la crisis en Venezuela.
En esa reunión, Washington pidió que los demás países reconozcan al líder de la oposición, Juan Guaidó, quien se autoproclamó «presidente encargado» de Venezuela el 23 de enero.
EE UU reconoce a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. Foto: GETTY
Días antes, la Asamblea Nacional de Venezuela, de la cual Guaidó es presidente, declaró a Nicolás Maduro un «usurpador» de la presidencia.
El 10 de enero, Maduro había inaugurado su segundo mandato presidencial, pese a las denuncias de la oposición venezolana y parte de la comunidad internacional.
Las autoridades de Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de los países latinoamericanos lo acusan de haber subvertido el proceso democrático en Venezuela y aseguran que las elecciones de 2018 no fueron libres ni justas.
Maduro, por su parte, ha acusado reiteradamente a los países que lo critican de «injerencia» y de haberse sometido a los dictados «imperialistas» impuestos por Estados Unidos.
El mandatario no reconoce la autoridad de Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional, la cual fue declarada en desacato por las autoridades judiciales de ese país.
Maduro considera la autoproclamación de Guaidó como un «golpe de Estado».
Situación «profunda, difícil y peligrosa»
Cuando se formalizó su nombramiento, Abrams calificó la situación en Venezuela como «profunda, difícil y peligrosa».
«Estoy ansioso por empezar a trabajar en ese tema», añadió.
Y es que las situaciones complejas no les son nada ajenas.
El funcionario se desempeñó como asistente adjunto del presidente George W. Bush y asesor adjunto de seguridad nacional en ese gobierno, para el cual también supervisó la política de Estados Unidos en el Medio Oriente», según el Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Washington.
Abrams ha desarrollado estudios sobre el Medio Oriente de esa organización sin fines de lucro, que se especializa en la política exterior y en los asuntos internacionales de Estados Unidos.
Se convirtió en uno de los asesores de la Casa Blanca en democracia global.
También fue uno de los que propuso la invasión a Irak durante el gobierno de Bush, según el periódico estadounidense Wall Street Journal.
Previamente sirvió en el gobierno de Ronald Reagan, en el que se desempeñó en cargos relacionados con derechos humanos, temas laborales y asuntos interamericanos.
El escándalo Irán-Contra
Abrams fue condenado por esconder información al Congreso de Estados Unidos en el escándalo Irán-Contra.
En esta foto del 2 de junio de 1987 se ve a Elliott Abrams poco antes de testificar ante el poder legislativo estadounidense por el caso Irán-Contra. Foto: GETTY IMAGES
Pero posteriormente fue indultado por George H. W. Bush.
Este caso se trató de uno de los principales escándalos de la historia reciente de Estados Unidos.
El tema acaparó la audiencia global cuando uno de los asesores de Reagan, Oliver North, compareció en 1987 ante el entre legislativo estadunidense para explicar cómo el gobierno de Washington le vendía armas a Irán de forma secreta para financiar a la guerrilla de la Contra, que luchaba contra el gobierno sandinista en Nicaragua.
Centroamérica
De acuerdo con el diario británico The Guardian, Abrams es «ampliamente recordado en Centroamérica».
En El Mozote hay un memorial en honor a los casi 1.000 ejecutados durante la masacre de 1981. Foto: GETTY IMAGES
El diario señala que, durante su paso por el gobierno de Reagan, Abrams «intentó encubrir una masacre de mil hombres, mujeres y niños en El Salvador».
Se trata de la masacre de El Mozote, ocurrida en diciembre de 1981, en la que unas 1.000 personas fueron ejecutadas por fuerzas especiales del Ejército, que realizaban labores de contrainsurgencia y perseguían a guerrilleros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
En 2011, en una ceremonia en ese lugar, el entonces canciller de El Salvador, Hugo Martínez, pidió perdón por lo que llamó la «ceguera del Estado».
Los asesinatos fueron cometidos por tropas salvadoreñas que pertenecían al extinto Batallón de Infantería de Reacción Inmediata Atlacatl.
En 2012, la Corte Interamericana de Derechos Humanos anunció una condena contra El Salvador por esa masacre ocurrida durante la guerra civil que tuvo lugar entre 1980 y 1992.
El reporte de HRW
Un reporte de 1992 de la organización no gubernamental Human Rights Watch(HRW) sobre lo ocurrido en El Mozote y «la necesidad de recordarlo» señala que:
«(…) Durante una audiencia en el Senado, el subsecretario de Estado para los Derechos Humanos, Elliot Abrams, astutamente distorsionó varios puntospara desacreditar las versiones públicas de la masacre».
«Abrams también insistió en que el número alto de víctimas reportadas en la prensaera inverosímil, señalando que sólo 300 personas habrían estado viviendo en El Mozote en el momento de la presunta masacre».
«(En el Senado) Abrams prodigó elogios al Batallón Atlacatl, diciendo que ‘el batallón al que usted se refiere (en relación con la masacre de El Mozote) ha sido elogiado en varias ocasiones en el pasado por su profesionalismo y por la estructura de comando y control cercano en que las tropas se mantienen cuando entran en batalla».
Cuba
En su intervención del sábado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Abrams indicó que «hoy existe un satélite presente aquí y es Venezuela, que desafortunadamente se convirtió en satélite de Cuba y Rusia».
Abrams criticó el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba durante el mandato de Obama. Foto: GETTY
Y es que su posición de cara a Cuba no ha sido la más positiva.
En 2014, frente a la noticia de que Estados Unidos planeaba normalizar las relaciones con el país caribeño, Abrams escribió en Weekly Standardque la medida debía preocupar a los aliados de Estados Unidos en el Medio Oriente, Asia y Europa, quienes se preguntarían si Estados Unidos anunciará algún día un »cambio de política importante» hacia otros provocadores regionales, como Irán, China y Rusia, recordaba el periodista de la BBC Anthony Zurcher.
«¿Cuánto valen las garantías y promesas estadounidenses si una política de 50 años seguida por demócratas como Johnson, Carter y Clinton se puede descartar de la noche a la mañana?», señaló.
«En más de unas pocas cancillerías, la pregunta que se planteará a medida que termine este año es: ¿quién es el siguiente en descubrir que Estados Unidos está hoy más interesado en propiciar a sus enemigos que en proteger a sus aliados?»
Un republicano
Abrams, de 70 años y con un español fluido, es considerado un conservador que en su carrera diplomática ha abogado por el liderazgo de Estados Unidos en el orden mundial.
Abrams es una de las apuestas de Pompeo frente a la crisis de Venezuela. Foto: GETTY
Es autor de cinco libros, entre ellos: «Undue Process, Security and Sacrifice» («Proceso indebido, seguridad y sacrificio»), «Faith or Fear: How Jews Can Survive in a Christian America» («Fe o miedo: cómo los judíos pueden sobrevivir en una América cristiana»), y «Realism and Democracy: American Foreign Policy After the Arab Spring» («Realismo y democracia: la política exterior estadounidense después de la Primavera Árabe»).
Tras su nombramiento este viernes, la prensa internacional ha evocado lo que este veterano republicano escribió en 2016 en un artículo de opinión publicado en Weekly Standard, titulado: «When You Can’t Stand Your Candidate» («Cuando no puedes apoyar a tu candidato»).
En ese comentario, Abrams le advirtió a su partido que «ha nominado a alguien que no puede ganar y que no debería ser presidente de Estados Unidos».
Esas palabras parecen haber quedado en el olvido tanto para Abrams como para el gobierno de Trump.