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Estos son fragmentos de tan solo tres de decenas de panfletos amenazantes, todos firmados por las Águilas Negras, que aparecen por casi toda Colombia:
«Sabemos dónde viví (sic) ese hifueputa (sic) está declarado objetivo militar… Hifueputa (sic) tiene una semana para irse del cuaca (sic, quiere decir Cauca) porque si no lo matamos».
«Periodistas serviles del castrochavismo sabemos que ese encuentran camuflados en todos los medios de comunicación que sirven a un proceso de paz donde el traicionero Santos está entregando el país a las FARC» (en el original todo está en mayúsculas).
«Sentencia de muerte a guerrilleros, farucos (en referencia a las FARC), tienen el tiempo contado se van o se mueren. Los siguientes hptas (sic) están declarados objetivos militar (sic) junto a sus familias y colaboradores» (todo en mayúsculas en el original y con una lista de organizaciones y nombres al final del texto).
El nombre Águilas Negras, que tiene reminiscencias nazis (a veces usan esvásticas en sus amenazas), mete miedo y ese es el objetivo.
Desde mediados de la década de 2000 es uno de los nombres asociados a la violencia política en Colombia, país en el que en 2016 asesinaron a entre 64 y 100 líderes sociales y defensores de derechos humanos (dependiendo de quién haga el cálculo).
El preocupante aumento de asesinatos de líderes sociales en Colombia que las autoridades no logran detener
Sin embargo, de acuerdo a diferentes fuentes, las Águilas Negras no existen.
«Intimidaciones apócrifas»
De acuerdo con DIPOL, hasta 2009 existieron estructuras llamadas Águilas Negras, como a la que la incautaron estos fusiles en 2008.
En la Dirección de Inteligencia de la Policía (DIPOL) le dijeron a BBC Mundo que no han identificado una estructura criminalmente organizada bajo la denominación Águilas Negras.
Por lo tanto, de acuerdo con DIPOL, las amenazas bajo ese nombre son «intimidaciones apócrifas».
Las Águilas Negras no existen ahora, pero existieron.
Fue un nombre que adoptaron cinco bandas criminales emergentes a partir de 2006, tras la desmovilización paramilitar que desbandó a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, grupo armado de derecha responsable de masacres y con vínculos con el narcotráfico y ciertos políticos, que había nacido como oposición a las guerrillas de izquierda).
Sin embargo, según la DIPOL, todas desaparecieron entre ese año y 2009, porque fueron desarticuladas o fueron absorbidas por otras organizaciones criminales.
Esa dirección policial identifica una serie de elementos que hacen que no se pueda considerar que las amenazan provienen de una misma entidad.
Por un lado, los logotipos varían mucho (incluso a veces aparecen invertidos, como si estuvieran mal copiados) y la redacción es muy diferente entre uno y otro, tampoco utilizan un lenguaje que se corresponda al de una organización estructurada, de acuerdo con la DIPOL.
Por otro, los investigadores no han logrado identificar una línea ideológica o de mando unificada en los panfletos ni en los eslóganes o frases con que cierran los textos.
Algunos dicen: «Un nuevo país», otros: «En defensa de la patria que busca libertad», otros: «Tú decides, estás con nosotros o estás en contra». Y hay muchas variaciones más.
Tipos de amenazas
«Si bien como estructura armada dejaron de existir, sigue su marca», le dijo a BBC Mundo Eduardo Álvarez, director de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Es un hecho: entre 2016 y lo que va de 2017 a la DIPOL llegaron para investigar al menos 75 panfletos con ese nombre.
La FIP identificó cuatro tipos de amenazas que llevan la firma de Águilas Negras, según escribió Álvarez junto a Andrés Cajiao (investigador de la FIP) en un artículo publicado en el sitio Razón Pública:
«Las que intentan impedir las acciones de líderes y organizaciones».
«Con fines extorsivos», utilizado por criminales para presionar un pago.
«De limpieza social o dirigidos contra la población LGTBI, habitantes de calle, consumidores de drogas, prostitutas y ladrones, entre otros», para amedrentar y forzar que dejen la zona.
«De tipo contrainsurgente o donde se amenaza a supuestos auxiliadores, milicianos y ‘guerrilleros encubiertos’.»
Panfleto que apareció en una universidad en el departamento de Santander.
Respecto a este último punto, Álvarez dice que suelen aparecer esas amenazas coincidiendo con operaciones contrainsurgentes, lo que hace sospechar que en algunas ocasiones pueda haber detrás agentes del Estado.
Eso cree también Camilo González Posso, exministro de Salud de Colombia y director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), quien advierte sin embargo que Águilas Negras es un razón social que utilizan distintos grupos.
Incluso, cuenta: «Por ejemplo, en el Cauca, a raíz de un conflicto interno en una universidad, un grupo de gente decidió sacar un panfleto firmado Águilas Negras contra unos profesores; eso fue hace unos años y volvió a aparecer hace pocos días».
Es como si el nombre. los logos, e incluso partes de los textos fueran una marca.
¿Autoamenazas?
Las autoridades y expertos advierten que las organizaciones que sí están detrás de homicidios son aquellas como las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC, a las que el gobierno llama Clan del Golfo).
Eso es lo que ha detectado también la DIPOL, que no tiene entre sus hipótesis la de un uso por parte de organismos de contrainsurgencia.
La que sí tienen es la de autoamenazas. Creen que en algunos casos se trata de personas que buscan mantener esquemas de protección por parte del Estado y recurren a esta estrategia para conseguirlo.
«Eso no es creíble», le dijo a BBC Mundo González Posso, «es muy muy poco probable».
Sin embargo, Eduardo Álvarez, de la FIP, considera que no lo puede descartar.
Y una noticia reciente podría respaldar esta hipótesis.
La primera semana de abril un juez ordenó la detención domiciliaria de Marta Elena Díaz Ospina, defensora de derechos humanos, por cargos de fraude procesal, falsa denuncia y fraude a subvenciones, luego de que la Fiscalía determinara que un atentado que ella había denunciado en noviembre de 2016 probablemente nunca ocurrió.
Díaz Ospina no aceptó los cargos.
En cualquier caso, el director de seccionales y seguridad ciudadana de la Fiscalía, Luis González León, señaló que además de ese, otros tres casos en 2009 y uno en 2013 de amenazas y atentados fueron posiblemente denuncias falsas.
González León agregó que esas denuncias ocurrieron cuando la Unidad Nacional de Protección (encargada de proveer escoltas a personas en riesgo) estaba evaluando si continuar o no ofreciendo seguridad a quienes se presentaron como víctimas.
Sin acciones
Hay algo en lo que coinciden todas las fuentes consultadas: las amenazas firmadas Águilas Negras casi nunca anticipan una acción violenta.
La DIPOL no registró un solo caso de amenaza de esta «razón social» que se siguiera de un asesinato o un atentado.
Carlos Guevara, de la ONG Programa Somos Defensores, que compila una estadística de asesinatos de líderes sociales y defensores derechos humanos en Colombia, coincide.
Y explica que las entidades que sí cometen homicidios, como pueden ser el grupo posparamilitar Clan del Golfo (autodenominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia) o la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) no utilizan panfletos amenazantes.
Esas sí son estructuras reales, con hombres armados, con líderes conocidos.
«A las amenazas del Clan del Golfo la gente debe tomarlas muy en serio, porque suelen ser seguidas por asesinatos», señaló a BBC Mundo Todd Howland, representante en Colombia del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, coincide.
De Águilas Negras dijo que es una entidad amorfa. En ese sentido, Camilo González Posso, de Indepaz señaló: »Hasta la fecha no ha habido una sola foto de un mando de las Águilas Negras».
No obstante, en la DIPOL dicen que muchas veces quienes envían los panfletos con la firma de Águilas Negras aprovechan una muerte para luego asociarla a la amenaza; todo consiste en maximizar el impacto temor.
Y en ocasiones ocurre que en vez de usar el nombre de Águilas Negras, le explicaron a BBC Mundo, utilizan el de las AGC en zonas donde saben que operan, para darle más credibilidad a la amenaza. Según la DIPOL las AGC, el Clan del Golfo, nunca usan panfletos para amenazar.
Como suele suceder con estos panfletos, este tiene problemas de redacción que llegan incluso a la firma, donde dice «Águilas Negra» en vez de «Negras». Es del tipo que la FIP clasifica como de «limpieza social».
«Amigo de Pablo Escobar»
Desde las entidades no gubernamentales consultadas por BBC Mundo suelen cuestionar la voluntad estatal de investigar a fondo los panfletos de las Águilas Negras.
«Han estado detrás de más de 1.000 amenazas en los últimos cinco años», señaló Carlos Guevara, de Somos Defensores, quien cree que no se les da la importancia que merecen.
«El gobierno nacional siempre ha negado la existencia de esos grupos», le dijo a BBC Mundo.
En la DIPOL aseguran que por cada panfleto que conocen abren una investigación, pero en muchos casos terminan en callejones sin salida.
O bien porque los denunciantes se echan atrás cuando se quiere comenzar la indagación, o porque no es posible rastrear el origen de los panfletos (son dejados al pasar por alguien que no se logra identificar; o llegan desde celulares nuevos, de usar y tirar; o vienen de direcciones de correo electrónico creadas especialmente para ese fin, que no pueden vincularse a una persona) o por la congestión que existe en la Justicia, que no permite avanzar en la investigación.
En cualquier caso, BBC Mundo no pudo conocer una sola condena por amenazas que llevaran la firma de las Águilas Negras.
Y eso es clave, porque las autoridades y todas aquellas personas vinculadas con la protección de los derechos de los ciudadanos tienen claro que si no hay castigo, quien quiera intimidar usando esa «marca» lo seguirá haciendo sin temor a ser alcanzado por la justicia.
Como le dijo Álvarez, de la FIP, a BBC Mundo: »Es como si estuviéramos entre los 80 y 90 en Medellín y uno dijera que es amigo de Pablo Escobar».