A medida que la presión política y económica se intensifica sobre Nicolás Maduro, quien cree que hay una persona en la que puede confiar: Vladimir Putin.
El Kremlin ha acusado al líder de la oposición, Juan Guaidó, de encabezar »un intento ilegal de tomarse poder» con el respaldo de Estados Unidos.
Moscú ha dicho que hará «todo lo que sea necesario» para apoyar a Maduro como el «presidente legítimo» de Venezuela.
Pero el apetito ruso por proteger las relaciones con Caracas podría ser más limitado de lo que su retórica sugiere.
Años de alianza
Por mucho tiempo, Moscú ha sido un aliado clave de Maduro, como también lo fue de su predecesor, Hugo Chávez, ambos férreos críticos de Washington desde su propio continente.
El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, le dio la bienvenida en diciembre a los pilotos rusos que llegaron en dos bombarderos| AFP
«La relación es simbólicamente importante. Se trata de decir: ‘no estamos solos, hay otros que son muy críticos de Estados Unidos y de la política de Occidente», explica Andrei Kortunov del Consejo de Asuntos Internacionales Rusos.
Eso explica en parte por qué, en años recientes, Moscú ha expandido su cooperación con Caracas. Sus ventas de armas han aumentado, sus créditos se han extendido e incluso dos aviones bombarderos fueron movilizados en diciembre pasado como una muestra de su apoyo a la nación sudamericana.
El respaldo ruso a Maduro en la actual crisis también se ve impulsado por el temor que generan potenciales levantamientos populares, en particular aquellos que puedan estar apoyados abiertamente por Occidente.
«Políticas sociales impopulares, una población empobrecida y crisis económica en un contexto en el que se lucha contra todo el mundo y políticos… corruptos. ¿Adivinen a qué país nos estamos refiriendo?», señalaba, la semana pasada, el periódico ruso independiente Novaya Gazeta.
Ese medio de comunicación intentaba presentar los paralelos con Rusia que cree que el Kremlin ve -y teme- en Caracas.
Dinero
Moscú también tiene dinero en juego en Venezuela.
Ha destinado importantes cantidades en apoyar a Maduro, muchos de esos préstamos podrían perderse si el mandatario es obligado a abandonar el poder.
El alcance total de ese involucramiento ruso no está claro.
Algunos analistas hablan de US$17.000 millones, la mayoría repartidos en créditos otorgados a Maduro.
Pero el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, no quiso ofrecer una cifra concretacuando la semana pasada se le preguntó sobre ese tema.
Incluso se mantuvo aún más reservado cuando se le preguntó si Rusia temía que podía perder esa inversión.
«No responderé a eso», señaló Peskov.
El factor petróleo
Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo.
El presidente ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, ha supervisado gran parte de la inversión petrolera de Rusia en Venezuela| GETTY IMAGES
«Cuando enviamos armas, nadie pensó en cobrar la deuda. Lo que realmente está en mente, creo yo, es el acceso a los pozos de petróleo, a la producción», plantea Andrei Movchan, economista del instituto Carnegie Centre en Moscú.
La empresa energética estatal rusa, Rosneft, tiene acciones en múltiples proyectos en Venezuela y le ha otorgado préstamos significativos a la gigante petrolera venezolana, Pdvsa.
«Venezuela se encontraba en mala situación. Por eso fue fácil acordar los términos», indicó Movchan.
«Un agujero negro para Rusia»
Pero mientras los programas de la televisión estatal rusa han estado dando titulares en los que se golpea a Estados Unidos por «intervenir en los asuntos de un estado soberano», otros han estado cuestionando la sensatez de la propia política del kremlin con respecto a Venezuela.
«Venezuela es un agujero negro para Rusia, donde miles de millones de dólares se han hundido y el efecto es cero», le dijo el analista Mikhail Krutikin al periódico ruso Kommersant.
El especialista habló de «absoluta incompetencia y despilfarro».
«Es una situación muy desafortunada», indicó Andrei Kortunov. «Sabíamos que esto vendría. Por eso me pregunto por la posición de repliegue, de retroceso, de quienes invirtieron allá, pero no la puedo ver».
Rusia se encuentra abogando por negociaciones políticas en Venezuela a través de la intermediación internacional.
Presenta a la oposición y a Estados Unidos, como intransigentes por seguir haciendo un llamado a nuevas elecciones.
¿Qué está haciendo Moscú?
Mientras tanto, ante la ausencia de señales de inminentes deserciones masivasen el sector castrense, han surgido reportes que apuntan a que Moscú podría estar fortaleciendo su apoyo hacia Maduro.
Tras el anuncio de las nuevas sanciones estadounidenses a Caracas, Novaya Gazeta sugirió que Rusia había ayudado a movilizar el oro venezolano de sus depósitos en el Banco Central Ruso para ser vendido en Dubái.
Fuentes de ese periódico aseguran que más de US$1.000 millones en efectivo fueron llevados a Caracas. La presidenta del Banco Central indicó que esa información «no correspondía con la realidad».
También ha habido reportes de que Moscú ha desplegado contratistas militares privados, posiblemente para la protección del presidente Maduro.
El Kremlin ha negado esa información. El mandatario venezolano, por su parte, fue simplemente evasivo cuando periodistas rusos le preguntaron sobre ese tema. «No estoy haciendo ningún comentario al respecto», señaló la semana pasada.
¿Cuán lejos llegará?
La promesa de la cancillería rusa de que hará «todo» por respaldar a Nicolás Maduro parece tener límites.
«No creo que Rusia defendería a Maduro militarmente. Estamos a favor de un acuerdo político», indicó el teniente general retirado Evgeny Buzhinsky, quien calificó el envío de los bombarderos a Caracas, el año pasado, como un acto simplemente «simbólico».
«Sería una locura para Rusia intentar intervenir con fuerza», explica Andrei Movchan. «Venezuela no es Siria. Los chinos están allá y los estadounidenses están mucho más cerca».
Al menos en público, Rusia se ha conformado con condenar la presión estadounidense, hacer llamados por el diálogo y esperar. Quizás aspira a que su aliado pueda capotear la tormenta.
En Rusia, mientras un tabloide considera que algunas marchas opositoras fueron menos concurridas de lo esperado, otro diario está convencido de que los días de Maduro en la presidencia están contados y sugirió que el Kremlin simplemente debería ofrecerle a «su amigo» asilo político.
«El largo y frío invierno moscovita no es ideal para Maduro, acostumbrado a las palmares y a una temperatura anual promedio de 25 grados», indicó Moskovsky Komsomolets.
«Pero aun así es mejor que una celda calurosa en Caracas».