Cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dice que «todas las opciones» están sobre la mesa para Venezuela, sugiere la posibilidad de una acción militar. Pero, ¿qué pasaría si optase por la alternativa del petróleo?
Trump ha venido optando por no cortarle los vitales ingresos que el gobierno de Nicolás Maduro recibe por las exportaciones de crudo venezolano a EE UU, pese al creciente encono entre ambos.
Sin embargo, esta semana surgió una clara señal de que las cosas pueden cambiar.
El consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, indicó que EE UU busca cómo detener el flujo de dinero que recibe Maduro y dirigirlo al líder opositor y autoproclamado «presidente encargado» de Venezuela, Juan Guaidó.
«Es consistente con nuestro reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino constitucional de Venezuela que esos ingresos deban ir al gobierno legítimo», declaró Bolton el jueves.
El funcionario admitió que se trata de algo «complicado» de llevar a cabo.
John Bolton indicó que EE UU busca cómo detener el flujo de dinero que recibe Maduro | Getty
Y distintos analistas coinciden en que, si la Casa Blanca logra su objetivo, seguramente se paralizarían los envíos de crudo venezolano a EE UU por orden de Maduro, que controla la producción petrolera y considera a Guaidó responsable de un intento de «golpe de Estado».
«Van a cerrar el grifo cuando se den cuenta de que no están recibiendo nadapor sus exportaciones», dice Christopher Sabatini, profesor de asuntos internacionales en la Universidad de Columbia, en Nueva York, a BBC Mundo.
Eso, agrega, plantearía un escenario «muy riesgoso» para Venezuela y también para EE UU.
«Perder los dólares»
Venezuela envió el año pasado un promedio de unos 500.000 barriles de crudo por día a EE UU, prácticamente la mitad de lo que el país exporta a todo el mundo.
Y aunque esos envíos petroleros a EE UU han disminuido a menos de la mitad en los últimos años, todavía generan gran parte del flujo de caja de la empresa petrolera estatal de Venezuela, PDVSA.
Para el país sudamericano, que atraviesa una colosal crisis económica y humanitaria, y tiene al petróleo prácticamente como única fuente de ingresos, las exportaciones a EE UU son un pilar clave.
Venezuela coloca parte de sus exportaciones de crudo en China e India | Getty
«Venezuela va a perder los dólares que necesita si hay un embargo para la venta de petróleo a EE UU», dice Sabatini. «Eso lo va a poner en una posición mucho más difícil para importar medicamentos, alimentos… La gente va a sufrir aún más».
Una posibilidad para el gobierno de Maduro sería buscar mercados alternativos.
De hecho, Venezuela ya coloca otra parte de sus exportaciones de crudo en China e India, pero los envíos se usan para el repago de deudas asumidas por Caracas, señala Francisco Monaldi, académico del Instituto Baker de la Universidad de Rice, en Houston.
«No es que no puedan exportar los 500.000 barriles a otro lado. Pero va a ser más difícil, más costoso y con menores márgenes (de ganancia)», le dice Monaldi a BBC Mundo.
«Por lo tanto, va a ser un golpe adicional importante para el gobierno (de Maduro) y lo más probable es que lleve a una caída adicional de producción», agrega.
Una situación así puede plantear otra prueba para el apoyo que la cúpula de las Fuerzas Armadas ha expresado a Maduro, ya que los militares controlan la producción de petróleo en el país.
Un cierre del mercado de EE UU puede volver al gobierno de Maduro más dependiente del apoyo de Rusia y China | Getty
«Gran preocupación»
Un cierre del mercado de EE UU también puede volver al gobierno de Maduro más dependiente del apoyo de Rusia y China, coinciden los analistas.
«Esto es una gran preocupación», dice Sabatini. «La implicación sería más poder de China y Rusia en la economía venezolana».
Algo así significaría un efecto adverso para el gobierno de Trump, que quiere disminuir la influencia china y rusa en América Latina.
Washington maneja desde hace meses la posibilidad de sancionar al sector petrolero de Venezuela, pero hasta ahora también lo ha evitado también por razones de política interna.
Una de ellas es que las refinerías estadounidenses en la zona de la costa del Golfo de México precisan el petróleo pesado venezolano para mantener sus tasas de producción.
De hecho, ese sector con influencia en el Partido Republicano de Trump ha reclamado en los últimos tiempos a la Casa Blanca y al Congreso que eviten cualquier restricción a las importaciones de Venezuela.
Trump ha dicho que «todas las opciones» están sobre la mesa para Venezuela | Getty
Algunos estudios indican que un corte de esas compras de crudo tendría unimpacto relativamente menor en el precio de la gasolina en EE UU y el gobierno podría minimizarlo si libera petróleo de su reserva estratégica, señala Monaldi.
Pero agrega que, para esas refinerías diseñadas para procesar petróleo pesado de Venezuela, sería todo un desafío encontrar proveedores alternativos.
En México, la producción también cae, Canadá carece de infraestructura suficiente y recurrir a los países de Medio Oriente supondría costos de transporte más elevados, explica.
«Va a subir el precio del petróleo pesado en relación al liviano», concluye el experto.
«Y eso va a llevar a una caída en la rentabilidad de las refinerías, que puede tener algún efecto políticamente, porque son zonas republicanas que le han pedido a Trump que no hiciera eso».