El puente binacional Las Tienditas, por el que se cree tenía previsto ingresar desde Colombia la ayuda humanitaria prometida por el presidente de la opositora Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, se encuentra totalmente bloqueado.
Los nueves canales de esa infraestructura, que une a las ciudades fronterizas de Cúcuta y la venezolana Ureña, fueron cerrados con la colocación de un camión cisterna y dos contenedores.
El diputado opositor Franklyn Duarte dijo a la Agencia Efe que la vía había sido bloqueada por un convoy de militares venezolanos.
El cargamento de ayuda humanitaria está en el centro de la confrontación política desarrollada en ese país desde que el mes pasado Nicolás Maduro inició su segundo mandato.
Al no reconocer su legitimidad, Guaidó, en su condición de presidente de la AN, se juramentó como «presidente encargado» del país, alegando un supuesto vacío de poder.
Guaidó anunció que encabezaría un gobierno de transición que llevaría al país a unas elecciones libres, mientras que Maduro denunció un intento de golpe de Estado en su contra.
Entre las medidas anunciadas por el presidente del Legislativo se encuentra la llegada de un cargamento de alimentos y medicinas para ayudar a paliar la grave crisis que vive Venezuela, que lleva varios años sufriendo de una escasez crónica de estos productos esenciales.
Maduro ha rechazado en numerosas ocasiones las ofertas de envío de ayuda a su país, rechazando que exista una crisis humanitaria y achacando los problemas de escasez a una supuesta «guerra económica» en contra de su gobierno.
Guaidó ha dicho que ese cargamento de ayuda está destinado a la atención de entre 250.000 y 300.000 venezolanos que «están en riesgo de muerte».
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El conflicto político se traslada a la frontera
Análisis de Daniel García Marco, enviado especial de BBC News Mundo a Venezuela
Los puntos fronterizos de Venezuela con Colombia y Brasil serán los nuevos escenarios donde se libre el conflicto político.
La entrada de ayuda humanitaria es uno de los muchos elementos de presión que la oposición quiere utilizar para debilitar al gobierno de Nicolás Maduro.
La ayuda, sobre todo insumos médicos para empezar a paliar la crisis de salud, llegará en las próximas horas a los centros de acopio. El de Cúcuta, en Colombia, será el principal.
Pero aún pasarán varios días o semanas hasta que se produzca el momento decisivo: el intento de entrada a Venezuela, que será todo un movimiento político.
La oposición pretende poner en un dilema al Ejército, que se mantiene leal a Maduro. Si frena el ingreso del material, la comunidad internacional alineada con la oposición tendrá un nuevo motivo para sus acusaciones contra el gobierno.
Pero si entra, Maduro estará dando una muestra de debilidad que puede provocar el quiebre de filas que buscan los rivales del presidente socialista.
De nuevo la oposición pone el destino de la crisis en manos de los uniformados.
«A los funcionarios militares de los puntos fronterizos les pedimos que no sean parte del generalato, que la ayuda es también para ustedes y sus familiares», dijo el martes el diputado opositor Miguel Pizarro, encargado de coordinar el plan de llegada de la ayuda.
«Hay una línea roja: robarse lo que implica la vida de personas. A los que están en la frontera les van a dar una orden que los altos cargos son incapaces de ejecutar. No crucen esa línea delgada que genere un escenario que queremos evitar y que podemos lamentar», alertó Pizarro.
«Es la oportunidad para los uniformados de demostrar que son parte de la solución y no cómplices del problema», apeló en línea con el discurso de la oposición de quebrar el apoyo del Ejército a Maduro.
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