Miles de policías y militares ingresaron en la cárcel venezolana de Tocorón en la madrugada de este miércoles.
Durante años esta prisión, ubicada a unos 140 kilómetros al suroeste de Caracas, ha sido el centro de operaciones del Tren de Aragua, el mayor grupo de crimen organizado de Venezuela y uno de los más importantes de América Latina.
Las autoridades indicaron que 11.000 policías y militares participaron en la redada, sin precisar si hubo víctimas o qué ocurrió con los líderes o integrantes de la organización criminal.
Aunque no mencionaron directamente al Tren de Aragua ni a sus líderes, fuentes gubernamentales dijeron en un comunicado que el objetivo de la intervención era “desarticular y poner fin a las bandas de la delincuencia organizada y demás redes criminales que operaban desde el Centro Penitenciario de Tocorón”.
Horas después del inicio de la operación, el ministro de Relaciones Interiores, Remigio Ceballos, confirmó que las autoridades asumieron el control de la cárcel.
Ceballos indicó desde el penal que Tocorón “pasará a un proceso de reestructuración y será desalojado por completo”, informó la agencia de noticias AP.
Además, dijo que en la prisión “reinaba el delito”. Precisó que se descubrieron túneles hacia el exterior y se frustró la fuga de los reclusos durante el operativo.
El ministro añadió que los cuerpos de seguridad buscan capturar a los delincuentes involucrados con la banda que están fuera de la cárcel y que tomaron las huellas dactilares de los reclusos para identificarlos, reportó AP.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, felicitó a los cuerpos de seguridad por el resultado de la redada.
«Ahora nos preparamos para la segunda fase de la Operación de Liberación Cacique Guaicaipuro. ¡Vamos hacia una Venezuela libre de bandas criminales!», escribió en la red social X.
La periodista e investigadora venezolana Ronna Rísquez, autora del libro «El Tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina», asegura que se trata del mayor despliegue de seguridad ordenado por el presidente Maduro en los 11 años que lleva en el poder.
Sin embargo, Rísquez advierte que la intervención en la cárcel donde surgió esta megabanda, con actividades criminales en al menos siete países de América Latina, no implica que la organización haya sido desmantelada.
A continuación te presentamos la conversación que mantuvimos con Rísquez sobre la operación llevada a cabo en la prisión de Tocorón.
¿Qué se sabe sobre lo que ocurrió en la cárcel de Tocorón en las últimas horas?
No hay claridad sobre lo que pasó, lo único que parece evidente es que la cárcel fue tomada por los cuerpos de seguridad del Estado venezolano y los presos fueron desalojados.
(En las redes sociales) se han visto algunas fotos de presos vestidos con uniformes amarillos, como los que se usan en las prisiones que están bajo el régimen penitenciario del gobierno.
Cerraron todos los accesos a la prisión, al pueblo de Tocorón, que es donde queda la cárcel, y a las comunidades aledañas.
Hay versiones que dicen que hubo un muerto y heridos, pero no está confirmado. La realidad es que pareciera que hubo algún tipo de conversación o acuerdo con los líderes de la prisión para que esto se diera de esta manera.
Al ser una organización criminal muy poderosa, como reconoció el propio gobierno al desplegar 11.000 funcionarios, es difícil pensar que no hubiese habido ni un disparo, que no pasara nada.
Se supone que la operación comenzó en la madrugada y el último comunicado del Ministerio de Relaciones Interiores salió siete u ocho horas después. Fue un proceso demasiado rápido para desalojar una prisión que se supone que hasta hoy albergó al grupo criminal más fuerte de Venezuela y uno de los más poderosos de la región.
¿Qué representa Tocorón para el crimen organizado en Venezuela y América Latina?
Como decían los propios presos y los líderes del Tren de Aragua, Tocorón es la “Casa Grande”, es decir, el búnker desde donde opera una organización criminal que ha logrado tener operaciones en siete países de América Latina y en la frontera con Panamá y Colombia.
Es el sitio donde estaba el líder de la organización, desde donde daba instrucciones a las personas que estaban en Chile, Perú, Ecuador y Colombia, según las incautaciones de teléfonos de los miembros de la organización que han hecho los policías en estos países.
En estas comunicaciones siempre pedían autorización o recibían órdenes desde la prisión de Tocorón.
Su libro retrata una estructura de criminalidad muy compleja. ¿Es suficiente tomar Tocorón para desmantelar esta organización?
No creo que el desalojo de la prisión de Tocorón signifique la desaparición del Tren de Aragua. Es posible que desaparezca, pero esa no sería la razón específica.
En este caso, por lo que vemos, se trata del cierre de su centro de operaciones, pero los líderes de la organización y las células que están fuera de Venezuela pueden seguir operando.
No es algo automático, no significa que porque se cierra Tocorón, se elimina el Tren de Aragua.
Hay que recordar que es conocida como una organización multipropósito, que no se dedica solamente al narcotráfico, como los carteles mexicanos o colombianos, sino que tiene un portafolio de más de 20 delitos, que incluyen narcotráfico, microtráfico de drogas, trata de personas y tráfico de migrantes, contrabando y sicariato.
Esta variedad de delitos les permite tener distintas rentas o fuentes de ingreso y eso los ayuda a mantenerse, no solo desde el punto de vista financiero, sino a ser un poco menos vulnerables a que si una actividad no está dando suficiente en un momento, tienen otras opciones.
La organización opera principalmente desde Tocorón, con algunas extensiones en otras localidades del estado Aragua y otras provincias de Venezuela.
¿Por qué ocurre esta intervención ahora?
Las razones pueden ser muy diversas. Si hablamos de la coyuntura, la razón pudiera ser que justamente hoy (miércoles 20 de septiembre de 2023) salía a la luz un nuevo informe de la Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre Venezuela, que documenta violaciones de derechos humanos por parte de funcionarios del Estado venezolano.
Ayer también comenzó una campaña para pedir el cierre de los centros de tortura en Venezuela y para visibilizar la situación de las torturas en estos últimos años.
Una de las razones de fondo pudiera ser el hecho de que algunos gobiernos de la región, como Perú, Chile y Colombia, han solicitado al gobierno venezolano actuar sobre la cuestión de Tocorón.
Esto definitivamente es algo que está afectando la imagen del gobierno de Venezuela.
Esto no es muy conveniente porque el presidente Nicolás Maduro está intentando legitimarse, está intentando ser reconocido por distintos gobiernos que estuvieron apartados de Venezuela en los últimos años, y que las sanciones de Estados Unidos sean levantadas.
Lo que pudiera estar detrás de esta acción es avanzar en esta legitimación que busca el gobierno de Maduro.
¿Qué procedimientos se están siguiendo contra los líderes del Tren de Aragua y sus miembros?
No se sabe nada. Pareciera que no estaban en la prisión en el momento de la intervención, pero eso no me consta. Lo cierto es que no hay información oficial sobre ellos ni su paradero.
¿Qué se sabe sobre cómo transcurrió el operativo?
He recibido algunos videos que muestran que dentro de la prisión había familias completas, mujeres, ancianos y niños.
Es importante tener claro que Tocorón no es una prisión cualquiera, había una especie de ciudad dentro de la prisión donde vivían los familiares de los presos.
¿Se puede esperar que mejore la seguridad ciudadana en Venezuela después de esta redada?
Es muy pronto para saberlo, esto no necesariamente está relacionado con la seguridad ciudadana.
Aunque el Tren de Aragua cometió delitos de extorsiones y secuestros muy esporádicos en los últimos años, sus miembros han estado enfocados en actividades de crimen organizado transnacional. Esto puede influir un poco, pero no necesariamente cambiar la dinámica de las poblaciones.
Hay que esperar también a ver si esta medida se hace extensiva a otros estados y a otras cárceles, si se trata efectivamente, como dice el comunicado, del rescate de las prisiones por parte del Estado.
Hay otras siete cárceles que están bajo el control de los pranes (líderes carcelarios). Habría que ver qué va a pasar con ellas.
Lo que sí es cierto es que en Venezuela no se había hecho un operativo militar y policial tan grande como éste, ni siquiera en la guerra del estado Apure contra las disidencias de las FARC o en la intervención de la (barriada caraqueña) Cota 905 para sacar a la banda del Koki en 2021.
Más allá de esta coyuntura, es importante recordar que desde hace muchos años no hay una política de seguridad clara desde el gobierno venezolano.