Angélica Ángel pidió ayuda a través de sus redes sociales, mientras miles de venezolanos protestaban en Caracas, pero también en resto del país, contra la proclamación de Nicolás Maduro como presidente por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), en medio de denuncias de fraude de la oposición.
Su teléfono no paraba de sonar.
Por el chat de Whatsapp recibía videos de manifestantes que quemaban pancartas de Maduro en Anzoátegui, tocaban cacerolas frente a la Base Aérea El Libertador en Aragua o bloqueaban la Autopista Regional del Centro, que conecta a la capital con los estados del norte de Venezuela.
Muchos de los manifestantes vivían en barriadas populares que históricamente votaban a favor del chavismo.
Sin embargo, la estudiante de 23 años solo contestaba los mensajes de sus compañeros de la Universidad de Los Andes. Habían emprendido la búsqueda de seis jóvenes que fueron detenidos en la ciudad de Mérida, ubicada 668 kilómetros al oeste de Caracas.
Uno de ellos era una adolescente de 13 años.
“Los estudiantes estábamos bien organizados y sabíamos que no debíamos salir a protestar solos ni en grupos pequeños porque es muy peligroso”, le explicó Ángel a BBC Mundo vía telefónica. “Pero algunos no aguantaron y salieron”.
Al menos 11 personas han muerto en las manifestaciones, reportaron en una conferencia de prensa el martes las organizaciones Foro Penal, Justicia, Encuentro y Perdón, Provea y Laboratorio de Paz. Seis de ellas se encontraban en los estados de Aragua, Táchira, Yaracuy y Zulia.
El fiscal general venezolano, Tarek William Saab, indicó que 749 personas han sido detenidas.
La organización Observatorio Venezolano de Conflictividad Social contabilizó 187 protestas en 19 de los 23 estados del país, hasta las 6:00 p.m. del lunes.
“Mérida, detuvieron a nuestros muchachos”, decía el post de Instagram que Ángel publicó al final de la tarde del lunes, con los nombres de los jóvenes.
“Ayúdanos a localizar a sus familiares”.
Una estatua caída
El martes por la mañana, Raúl recorrió la ciudad de Coro, 450 kilómetros al oeste de Caracas, después de que un grupo de manifestantes derribara a martillazos y pedradas la estatua del expresidente Hugo Chávez, una escena inimaginable para los venezolanos que se convirtió en un hito de estas manifestaciones.
Horas después cayeron otras cuatro estatuas del fallecido exmandatario en Aragua, Carabobo, Guárico y La Guaira.
En varias transmisiones y apariciones públicas, Maduro condenó estos actos y los catalogó como vandalismo. El mandatario acusa a la oposición de gestar un golpe de Estado en su contra.
Raúl, quien es periodista y pidió mantener su identidad anónima, visitó la sede del CNE en Coro que fue incendiada el día anterior, al igual que la tanqueta militar que custodiaba la instalación.
En los alrededores encontró actas de votación del domingo, los comprobantes que la oposición exige a las autoridades electorales para cuestionar la victoria de Maduro.
“Este es el pueblo arrecho (molesto), agarrando lo que nos pertenece”, se escucha decir a un hombre que grabó con su teléfono el momento en que un grupo de manifestantes se llevan plantas eléctricas, mientras quemaban la sede del poder electoral en aquella ciudad ubicada en la costa norte de Venezuela.
Las alcaldías de los municipios Colina y Carirubana, el tribunal de menores de Punto Fijo y las sedes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela en La Vela y Punto Fijo también fueron saqueadas.
Al finalizar el recorrido, Raúl se detuvo en una de las pocas panaderías abiertas para tomar un café cuando llegaron hombres armados. Afirma que son parte de los “colectivos” o grupos de civiles que apoyan al gobierno de Maduro.
“Me apuntaron con una pistola y me insultaron en ese momento. ‘Escuálido, coño de madre’. Estaban tratando de quitar los carros que estaban frente a la panadería”.
La lucha por las actas
El domingo por la noche, las autoridades del CNE anunciaron que Maduro había obtenido 51,2% de los votos, frente a 44,2% del aspirante opositor Edmundo González Urrutia, con 80% de las actas de votación escrutadas.
Sin embargo, González Urrutia rechazó el resultado junto a la líder opositora María Corina Machado, quien resultó electa como precandidata en primarias pero luego fue inhabilitada para postularse, y exigieron al CNE que presentara las actas.
El lunes en la noche, Machado indicó que González Urrutia contaba con 6,2 millones de votos, frente a 2,7 millones de Maduro, con 73% de las actas escutadas. Y habilitó una plataforma para que los electores pudieran revisar el resultado del lugar donde habían votado.
El gobierno de Maduro reitera que la elección fue legítima y que en los próximos días publicará los comprobantes.
Mientras gobiernos de la comunidad internacional cuestionaban los resultados y exigían al CNE mostrar las actas, Ángel localizó a los familiares de los seis jóvenes y confirmaron que estaban detenidos en el comando de la Guardia Nacional de La Mata en Mérida.
“Logramos conectar a los familiares de esos muchachos con abogados de derechos humanos”, afirmó. “El problema es que ahora sabemos que hay al menos 10 más que no sabemos dónde están”.
La hermana de uno de los detenidos le dijo a la estudiante que les habían advertido que iban a ser acusados de instigación al odio, un delito penado con hasta 20 años de prisión en Venezuela.
El lunes por la noche, una hora después de pedir ayuda en sus redes sociales, la estudiante recibió un mensaje de texto: “Angélica, no busques que tu odio sea revertido, te quedas quieto, estás ubicado (sic). Queremos paz”.