Finlandia se enfrenta a una época política compleja, con repercusiones más allá de sus fronteras.
El país celebró el fin de semana unas elecciones parlamentarias en las que ganó el Partido Socialdemócrata (SPD), con 17,7% de los votos.
«Por primera vez desde 1999, somos el partido más votado en Finlandia», declaró triunfante el líder del SPD, Antti Rinne.
Pero su victoria se produjo por un muy estrecho margen: en segundo lugar quedó la formación de ultraderecha Verdaderos Finlandeses (VF), que consiguió el 17,5% de las preferencias, logrando recuperar apoyo popular que habían perdido.
Y se espera que VF -un movimiento antiinmigración- tenga tan solo un asiento menos que los socialdemócratas en el Parlamento de Finlandia, de 200 miembros.
El resultado de Verdaderos Finlandeses fue mayor que el que estimaban las encuestas y, aunque se considera difícil que vaya a formar parte del gobierno, los expertos aseguran que su voz tendrá peso en la política del país y probablemente en la de Europa.
«Por primera vez desde 1999, somos el partido más votado en Finlandia», declaró triunfante el líder del SPD, Antti Rinne
Los partidos que forman actualmente la coalición de gobierno, el Partido del Centro del primer ministro Juha Sipila, y el partido conservador Kokoomus, se quedaron con 13,8% y 17 % de los votos, respectivamente.
Se trata de la primera vez en un siglo que ninguna formación consigue más del 20% de los votos en las elecciones generales, lo que abre la puerta a difíciles negociaciones para formar el próximo ejecutivo de coalición.
¿Cómo se llegó hasta aquí?
El sistema de salud y bienestar social, pilar del modelo social nórdico, fue una de las claves de estas elecciones.
Los partidos de izquierda abogan por preservarlo a través de aumentos de impuestos mientras que el centro-derecha se inclina por recortes por su alto coste.
El mes pasado, el gobierno de Sipila dimitió por su fracaso en la reforma de ese sistema.
Preocupado por el elevado coste del sistema en el marco del envejecimiento de la población, Sipila se fijó como uno de sus principales objetivos frenar la deuda del país, llevando a cabo reformas para ahorrar 3.000 millones de euros en una década.
El anterior gobierno dimitió en pleno por su fracaso en la reforma del sistema de salud y bienestar social.
Las medidas de austeridad -reducción de servicios sociales o congelación de las pensiones- tuvieron efecto: Finlandia redujo su deuda gubernamental por primera vez en una década el año pasado, pero las reformas fueron muy impopulares y controvertidas políticamente.
En ese marco, el Partido Socialdemócrata, de centro-izquierda y con estrechos vínculos con los sindicatos del país, vio aumentar su popularidad, ante el creciente sentimiento de inseguridad entre los votantes de mayor edad y de rentas más bajas.
¿Qué pasó con la ultraderecha?
En cuanto a Verdaderos Finlandeses, una de las causas de su ascenso más destacadas por los medios locales es la llegada del eurodiputado Jussi Halla-aho, de corte más radical, a la dirección del partido en 2017.
En las elecciones del fin de semana, Jussi Halla-aho, quien fue multado por el Tribunal Supremo en 2012 por unos comentarios en un blog en los que vinculaba el islam con la pedofilia y a los somalíes con el robo, se situó como el político más popular del país, según informó la agencia Reuters.
Halla-aho logró el mayor número de votos, más de 30.000. El líder de los socialdemócratas, en comparación, no llegó a los 12.000, indicó la agencia.
Tras dos años en una coalición de gobierno que impuso duros recortes a las prestaciones sociales y se enfrentó en 2015 a la peor crisis migratoria del país, VF puso al frente a Halla-ho, que dio un giro a la formación hacia la ultraderecha.
Nada más inaugurar su puesto, Halla-aho pidió una estrategia »más agresiva» a las políticas sobre la Unión Europea y la inmigración, y sus diferencias con el primer ministro llevaron a la expulsión de VF de la coalición gubernamental.
La inmigración también fue un tema crucial en estas elecciones tras varios supuestos casos de abuso sexual a menores por parte de hombres extranjeros.
Como resultado, la popularidad de VF, que prometió reducir la inmigración e implementar normas de asilo más estrictas, aumentó en los últimos meses.
Halla-aho defendió en el pasado que los finlandeses habían invertido demasiado en problemas como la inmigración y el cambio climático, otro de los temas más importantes de estos comicios, a costa del bienestar de sus ciudadanos.
Mientras otros partidos llegaron a defender medidas ambiciosas, como dejar de consumir todo tipo de hidrocarburos en los próximos 20 años, VF adquirió una retórica más escéptica sobre nuevas regulaciones medioambientales.
«No me esperaba un resultado como éste, nadie lo esperaba», dijo Jussi Halla-aho, Líder de Verdaderos Finlandeses (VF)
La posición de VF en este aspecto -por ejemplo con su oposición al impuesto propuesto en el consumo de carne- atrae especialmente a los votantes de las áreas rurales, preocupados por el aumento de los precios de la gasolina y reacios a cualquier cambio de lo que consideran «el modelo de vida tradicional finlandés», informó Reuters desde Helsinki.
«Finlandia no es capaz de salvar el mundo. Ya hicimos lo que nos corresponde», defendió el líder de la formación, en referencia a las políticas para atajar el cambio climático.
Verdaderos Finlandeses es el único grupo en el país -que, según la OMS, tiene la mejor calidad de aire del mundo-, que defiende que el próximo gobierno no debería acelerar la reducción de las emisiones de carbono para combatir el cambio climático.
¿Cómo puede afectar a Europa?
Los resultados en Finlandia también pueden tener repercusiones fuera de sus fronteras.
El país se prepara para ocupar la presidencia de la Unión Europea el próximo mes de julio y el éxito de VF, de tendencia euroescéptica, podría afectar la formulación de políticas en el bloque.
La gente común que está detrás del auge de la extrema derecha en el mundo
A ello se suman las elecciones al Parlamento europeo que se celebran en menos de dos meses, para las que VF ya anunció su alianza con el partido de ultraderecha alemán Alternativa para Alemania (AfD), La Liga de Italia y el Partido Popular Danés (DPP).
Compitiendo desde distintos países, su objetivo es formar un grupo parlamentario, la Alianza Europea de los Pueblos y las Naciones, para desafiar el poder de los partidos de centro.
«El objetivo es llegar a ser el primer grupo europeo, el más numeroso. Tenemos el objetivo de ganar y cambiar Europa», afirmó el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, en la presentación del plan en Milán el pasado 8 de abril.
Pese a la iniciativa, se desconoce si los partidos nacionalistas coinciden en muchos aspectos.
A pesar de su acuerdo en la lucha contra la inmigración ilegal, su visión sobre políticas económicas o en materia de asuntos exteriores pueden ser muy distintas.
En el actual Parlamento europeo, estas formaciones están divididas en varios grupos.
AfD actualmente pertenece al grupo de Europa de las Libertades y la Democracia Directa (Efdd), mientras que el Partido Popular Danés y Verdaderos Finlandeses forman parte de los conservadores y reformistas europeos (ECR).
La Liga de Salvini, por su parte, está en la Europa de las Naciones Libres (ENF), junto al francés Agrupación Nacional de Marine Le Pen.
«Formamos parte de familias políticas distintas (…) Pero lo importante es que estamos ampliando las alianzas, estamos trabajando para hacer realidad un nuevo sueño europeo, aunque para algunos en Bruselas sea una pesadilla», manifestó Salvini.
En el evento en Milán, no obstante, hubo destacadas ausencias de partidos de tendencia similar en Europa, entre ellos, el liderado por Le Pen en Francia o por el primer ministro Víktor Orban en Hungría.
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