La noticia ha generado un enorme interés y no es para menos: la vacuna contra el coronavirus en la que trabaja la Universidad de Oxford junto a la farmacéutica AstraZeneca llegará a América Latina.
Y lo hará antes de que se termine la fase de pruebas y de registro, para poder salir al mercado lo antes posible si los resultados son positivos.
Los gobiernos de México y Argentina anunciaron este miércoles y jueves el acuerdo, que implica la producción y distribución de la vacuna por empresas privadas de sendos países y cuenta con financiación de la fundación del millonario mexicano Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina.
Se trata de un convenio de crucial relevancia en un momento en el que Latinoamérica se ha convertido en el epicentro de la pandemia de covid-19.
«Es una oportunidad para toda Latinoamérica de no esperar que primero compren los países desarrollados y lo tengan, y nosotros [acabemos] a la cola», subraya Graciela Ciccia, directora de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Grupo argentino INSUD, una de las partes involucradas.
Aquí te contamos más detalles.
Qué se sabe de la producción de la vacuna
El proceso parte de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, que son quienes han buscado socios en diversas partes del mundo para comercializar la vacuna en la que trabajan.
Desde Oxford, explica Ciccia en conversación con BBC Mundo, se transferirá la tecnología al laboratorio mAbxience, del grupo INSUD, en Argentina.
Y ahí se producirá «el corazón de la vacuna». En otras palabras, el principio activo.
La firma argentina mAbxience dedicará una de sus plantas en el país, que produce anticuerpos monoclonales, a esta tarea en exclusiva, y el proceso puede empezar en cualquier momento, aseguran.
La «materia prima» entonces se enviará a México, donde se llevará a cabo el proceso de «fill and finish», es decir, «de envasado y acabado», en el laboratorio mexicano Liomont.
En esa etapa, la materia prima se fracciona en el envase que se escoja para acercarlo a la población -«frascos o jeringas», ejemplifica Ceccia- para que pueda comenzar la distribución.
«Pensamos que a fin de noviembre vamos a tener ya el producto», comenta la también miembro fundadora de la Cámara Argentina de Biotecnología.
No obstante, eso no significa que vaya a estar disponible para ese momento.
El proceso se hará de manera simultánea a los ensayos clínicos que lleva a cabo AstraZeneca, la llamada fase 3, que se considera crucial para determinar la eficacia de la vacuna.
Sylvia Varela, presidenta de AstraZeneca México, explicó este jueves que se espera que esas pruebas terminen para finales de noviembre o diciembre.
A ello hay que sumarle posteriormente el proceso de evaluación y aprobación por los distintos organismos regulatorios, que deben dar el visto bueno para que el medicamento entre al mercado.
Una «muy buena noticia» y «un gran riesgo»
Para la hondureña María Elena Bottazzi, codirectora del centro de desarrollo de vacunas del Hospital Infantil de Texas y la Universidad de Medicina Baylor, en Houston, el anuncio de Argentina y México es una «muy buena noticia» para Latinoamérica, pues puede ser una muy buena solución para la región.
Bottazzi, que ha trabajado con todos los actores involucrados aunque no en materia de covid-19, subraya el «gran riesgo» que están asumiendo, ante la posibilidad de que las pruebas restantes no den los resultados esperados.
De hecho, la investigadora, cuyo equipo también está trabajando en una vacuna contra la covid-19 junto a Biological E. Limited, explica que no es común arriesgarse a producir a esta escala una vacuna antes de que acaben los ensayos clínicos.
«Aquí es donde ocurre el altruismo», considera en conversación con BBC Mundo.
Hay muchos factores en juego, pues no solo dependerá de si funciona, también de qué manera, quién la puede usar y cómo sería ese uso o su distribución.
«Va a ser muy difícil que no vaya a haber vacunas que no sean seguras, pero hay que tener pausa, porque la seguridad con un individuo sano no es igual que con alguien con cáncer, o presión alta. Esa es la dificultad, que la vacuna no es igual para todos».
«Si el ensayo clínico no da el resultado que estamos esperando todos, será un producto que no se va a utilizar», reconoce Ciccia, del grupo argentino INSUD.
Hasta el momento, los resultados de las pruebas realizadas con la vacuna de Oxford son «prometedores», según destacaron los investigadores del equipo de esa universidad a la BBC.
¿Cuántas dosis se harán y cuándo podrían estar disponibles?
Se producirán 250 millones de dosis para abastecer al mercado latinoamericano, excepto Brasil, que tiene otros planes, informaron desde INSUD.
La presidenta de AstraZeneca México, por su parte, situó esa cifra en 150 millones, si bien señaló que podría elevarse hasta los 400 millones con el apoyo de los gobiernos.
La fecha en que la vacuna podría estar disponible no está clara, si bien las diferentes partes involucradas apuntan al primer semestre de 2021.
Esteban Corley, director del laboratorio mAbxience Argentina, señaló que podrían producir 23 millones de dosis por mes cuando haya luz verde para su comercialización, a partir de febrero, si bien a eso se tendría que añadir el proceso en México y su distribución para que llegue al público, informa la periodista de BBC Mundo en Argentina, Veronica Smink.
«Puesto que la manufactura es en México y puesto que parte del fondeo a riesgo está viniendo de México, pues México está teniendo la oportunidad de tener una voz preponderante dentro de la prioridad en las dosis que estaremos entregando», señaló este jueves Sylvia Varela, la directiva de AstraZeneca México.
«Dicho esto, nuestra responsabilidad es tratar de establecer una distribución equitativa entre todos los países», precisó, añadiendo que dependerá del «interés» que muestren los distintos gobiernos de la región.
Varela subrayó que se priorizará a las poblaciones más vulnerables y comentó que el coste, aunque no es final, no excedería los US$4.
Desde AstraZeneca insistieron que la «alianza es sin fines de lucro».
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la vacuna será universal y gratuita en el país.
Además, destacó que su gobierno usará menos de 25.000 millones de pesos (casi US$1.120 millones) para acceder a las dosis.
Por su parte, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, destacó el «inmenso desafío» que supone la producción y distribución de la vacuna contra la covid-19 y consideró que es un «reconocimiento de la calidad de los laboratorios argentinos».
«Este acuerdo lo que permite a Latinoamérica, y Argentina particularmente, es poder acceder entre 6 y 12 meses antes a la vacuna», incidió.
Argentina, en concreto, también tiene otras líneas de investigación en marcha contra el coronavirus, entre ellas, ensayos clínicos de otra de las vacunas actualmente más prometedoras o el desarrollo de potenciales tratamientos.
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