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Infidelidad: No es el pecado ni el pecador, sino el comportamiento asumido tras descubrirla

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Bien lo expresó Marcos en su versículo 4 22 de la Biblia: «Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz». La infidelidad no es lo que era. No porque nunca haya existido, sino porque está creciendo a niveles perturbadores. Engañar y que nadie se entere es tarea compleja, sobre todo en una realidad donde reina lo digital y con un clic puede quebrarse lo que se creía indestructible. Entonces, ¿cómo hacerle frente a una situación que, para muchos, podría ser el fin del mundo?

Tomando como ejemplo la abrupta y mediática separación de Shakira y Gerard Piqué, que desde hace varias semanas lleva acaparando titulares alrededor del globo e incurriendo en debates públicos acerca de cómo una canción puede –o no– ser catalizador de un corazón afligido, ¿cómo saber si se están tomando las mejores decisiones?, ¿qué es correcto y qué no?, ¿qué papel juegan los hijos en el proceso?, ¿cuándo es demasiado?

Infidelidad como base

Sophia Behrens, psicóloga y sexóloga, experta en terapia cognitiva conductual, conferencista e investigadora, expresó que hablar de infidelidad se refiere a «aquello se produce cuando un individuo no respeta la lealtad que le debe a alguien o algo». Es decir, una persona fiel es quien mantiene un compromiso asumido mientras que el que es infiel hace exactamente lo contrario.

Argumenta, sin embargo, que es un tema que está sujeto a la moralidad, pero que nada tiene que ver con ello. «Como psicólogos, no vemos los fenómenos desde la perspectiva única de lo bueno y lo mano. Nuestro trabajo se rige en ver las cosas desde lo humano», recalcó.

Destacó, además, que la infidelidad es tan frecuente en hombres como en mujeres actualmente y que implica, en gran parte de los casos, un drama personal de gran trascendencia. «Es la vulneración de la confianza en la pareja, ahí es donde se socava el compromiso, los anhelos, los pactos, la intimidad… Esta experiencia humana tan habitual origina infinitas grietas del corazón, dando forma a unas situaciones que no siempre manejamos con la necesaria eficacia», expresó.

Como es un comportamiento tan frecuente en el ser humano, estudios han concluido que tiene diversos determinantes, pero no hay una causa exacta que la explique como muchos desearían.

«Uno de ellos es la insatisfacción de pareja, sobre todo cuando es de larga data o crónica», declaró. «Cuando esto ocurre, van a consulta a ‘reparar’ la situación. No obstante, son la minoría. Destacan también la falta de atención, problemas comunicacionales, expectativas diferentes de la relación, perspectivas diferentes del mundo, problemas en el desempeño e intereses en otros aspectos y exploraciones del área sexual, falta de conexión, entre muchos otros», enlistó la experta. «Ojo, no todas las parejas llegan al punto de la infidelidad, por supuesto, pero la gran mayoría sí».

«Otros motivos van mucho más allá del carácter, la personalidad o la existencia de posibles déficits, pero, sea como sea, el resultado siempre es el mismo: insatisfacción, sufrimiento, problemas que se enquistan y el complejo dilema sobre cómo actuar después de dicha infidelidad», resaltó.

Caso Shakira y Piqué: escrutinio público

Sobre el caso Shakira-Piqué, la psicóloga expresó que «viéndolo desde afuera, parece que Piqué no es un hombre que realmente tiene una postura monogámica», aseveró. «Está claro que no es capaz de mantener esa exclusividad sexual y afectiva. Se habla de la cantidad de veces que, alegan, fue infiel a Shakira. Ahora se habla de que también le fue infiel a su actual novia, Clara Chía… Es decir, cuando las personas no tienen una estructura monogámica y entran en relaciones que sí la tienen –o se espera que se tengan–, pasa que tarde o temprano esa premisa no se podrá cumplir, lo que generará mucho dolor y complicación en el proceso», aseguró.

Según Behrens, existen características de personalidad que llevan a las personas a ser infieles. Por ejemplo, las narcisistas suelen ser más infieles que el promedio; las personas con características sociopáticas, que no respectan las normas, también tienen tendencia al adulterio.

Según expertos de Psychology Today, el trastorno de personalidad narcisista (uno de varios tipos de trastornos de la personalidad) es un trastorno mental en el cual las personas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia; una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás. Sin embargo, detrás de esta máscara de seguridad extrema, hay una autoestima frágil que es vulnerable a la crítica más leve.

Por su parte, el trastorno de personalidad antisocial, a veces llamado sociopatía, es un trastorno mental en el cual una persona no demuestra discernimiento entre bien y mal e ignora los derechos y sentimientos de los demás. Las personas con trastorno de personalidad antisocial tienden a hostigar, manipular o tratar a los demás con crueldad o indiferencia. No muestran culpa ni remordimiento por su conducta. También, suelen violar la ley; pueden mentir, comportarse violenta o impulsivamente y tener problemas con el consumo de drogas y alcohol.

Comportamiento tras infidelidad

«Shakira, a lo largo de su vida, ha compuesto canciones sobre lo que le pasa. No debería ser algo raro de ver o escuchar de cara al público», señaló Behrens. «Anterior a todo esto, hubo canciones en donde habló de cómo conoció y se enamoró de Piqué… Ella compone en relación a lo que le ocurre. En aquel momento nadie dijo nada porque era ‘lo bonito’. En este caso, cuando las personas la critican por tanta exposición es, quizás, porque abre lo negativo de su expareja. Sin embargo, es una línea de composición. Para ella es hacer catarsis a través de la música. No es la primera ni la última vez que veremos algo así», recalcó.

“Tenemos el caso de Paquita la del Barrio, por ejemplo. Sin los despechos no hay boleros, tangos ni rancheras”

Existen varias etapas en una ruptura, pues se debe tratar como un duelo. Según la especialista, «la primera es la negación, luego la activación de la parte emocional y –quizás– es en este momento la que está viviendo Shakira: rabia, ansiedad y tristeza», enumeró. Luego vendría la resignación y por último la aceptación.

«Eso de hablar mal de la pareja es una etapa que debe cumplir su proceso. Por supuesto que la rabia hay que sentirla, pero también gestionarla de la mejor manera. Shakira hizo una canción, pero hay personas que hasta rompen vehículos y otros que llegan al extremo de la violencia física. Los niveles pasionales son, a veces, muy extremistas», reseñó.

«Sí, hay que sentir, pero aprendiendo a gestionar», recalcó.

¿Superación?

La infidelidad genera dificultades a nivel emocional; de hecho, estudios aseguran que las personas que pasan por este tipo de escenarios, tienen síntomas parecidos al estrés post traumático. «La mayoría rememora la situación una y otra vez a través de flashbacks, padecen ataques de ansiedad y mucha rabia concentrada», manifestó. «Así mismo, debemos entender que, a pesar de esto, existen aquellos que deciden seguir juntos y recuperar la relación. Además, tienen que aprender a autotranquilizarse, crear resiliencia, buscar apoyo externo y trabajar conjuntamente con su pareja en el establecimiento de la confianza», dijo.

Cuando hay una ruptura de pareja por infidelidad no siempre hay separación. «Esto depende de los niveles de insatisfacción que se tengan en la relación; el número de veces que el engaño haya sucedido, lo que tanto se apuesta al bienestar estando juntos», rescató Behrens. «Como es un fenómeno tan frecuente, hay quienes lo procesan distinto; sobre todo aquellos que están conscientes de qué pasó y no culpabilizan al otro o se victimizan. Existen personas que evalúan muy bien lo ocurrido y estudian si vale la pena luchar por la relación o no. Pero algo que sí es certero es que existen diversas formas de superar, mejorar y avanzar en una relación: buscar ayuda», agregó.

La posibilidad de obtener ayuda especializada existe, siempre entendiendo que las parejas no son eternas, aseguró la especialista. «Eso de hasta que la muerte nos separe es una postura religiosa que a veces pierde su significado. Hay parejas que funcionan bien años y después no; otras que retoman la relación de tras un tiempo de dificultades y que mejoran; algunas en las que la separación o el divorcio es inminente para la salud y bienestar de los involucrados, sobre todo los niños», añadió. «Pero la terapia ayuda mucho. Salva. Ayuda a superar las crisis y eso es un hecho. Es un recurso que debe ser aprovechado para gestionar situaciones difíciles en la vida», subrayó.

Finalmente, algo que es imposible de negar: «Ser famoso no te salva de ser un ser común con problemas humanos».

Cuando los niños también son protagonistas

Oscar Misle, fundador y Director de Cecodap, orientador, terapeuta familiar, escritor, especialista en Derechos Humanos de la Niñez y Adolescencia y en la Atención y Prevención de la Violencia Familiar y Escolar, habla de cómo influye en los hijos la separación de los padres.

Para el también educador, la noticia de la infidelidad de Piqué a Shakira puso el tema sobre la mesa, haciéndolo viral como nunca antes se había visto. Esto comenzó a generar opiniones diversas a favor de uno o del otro, planteándose el tema de cómo quedaron sus dos niños en todo esto.

«Estas figuras, por ser tan públicas, se convierten en espejos para muchos», recalcó. «Por eso los fanáticos –y los no tanto– se sienten reflejados en lo que les hubiese gustado decir o hacer en una determinada situación. Las personas que están o viven la misma situación, pueden sentirse de acuerdo por la forma en que procesa la persona ese sentimiento. Ahora, con nuestros hijos debemos ir abordando todos los sentimientos que afloran tras esas decisiones», expuso.

«Este enguerrillamiento no solamente lo ven los hijos de Shakira y Piqué sino los pequeños de cualquier familia en el mundo. Es como un pacto que se rompió y se requiere un trabajo de mucha comunicación y madurez para poder actuar y hacer lo debido de cara a los hijos. Normalmente, si sienten que papá y mamá no se quieren, puede exacerbarse en ellos la rabia e inclusive el odio, causando efectos emocionales importantes», aseveró.

Perfil de los niños con padres divorciados

Para Misle, hablar de estadísticas, en este caso, no sería idóneo porque cada proceso de desarrollo evolutivo es particular en cada niño, si bien es cierto que hay ciertos rasgos que son parecidos de acuerdo con la edad.

Sin embargo, dependerá mucho de cómo el niño vive en su vínculo familiar y del apego que haya con la familia. «Hay niños pequeños, por ejemplo, que están pasando una situación con los padres, pero tienen una percepción inclusive mucho más clara que los hermanos mayores», manifestó.

«Todo depende, incluso, hasta de las causales del divorcio», señaló. «Si fue por violencia doméstica, por abusos o abandono; hay muchas cosas que pueden desencadenar comportamientos diferentes en los niños. Todo varía dependiendo de cada característica o particularidad psicológica y emocional de cada uno, todo esto, independientemente de la etapa de desarrollo en la que esté», expresó.

No obstante, es claro que mientras más pequeño es el niño, más difícil podrá poner en palabras lo que está viviendo o sintiendo. «Está en pleno desarrollo y capaz no pueda verbalizar. En estos casos pueden esperarse comportamientos o actitudes regresivas, pasivas o pataletas como orinarse en la cama, berrinches y volver a acciones que se creían superadas. Esa es la forma de manifestar su malestar, de expresar dolor, angustia, malestar», aseguró.

Infidelidad: una marca en los niños

«En el caso de los hijos de Piqué y Shakira, no sabemos cómo fue la relación. Si el desencadenante fue la separación por infidelidad u otros problemas que hayan afectado a la pareja», expresó. «Se conoce el meollo, pero no necesariamente la infidelidad podría ser el centro de todo; pudo ser el desencadenante».

Para el orientador, la infidelidad puede no ser la única causa de la separación y, a veces, todo se reduce a una única protagonista, en este caso la traición, sin conocer en profundidad lo que realmente pasa.

¿Qué hacerse entonces? «Existen casos de niños que presentan gran alivio porque era tanta la tensión, agresividad, violencia o problemas de comunicación, que sienten la separación como una solución al problema», señaló Misle. «Por eso cuando se dice que se debe mantener la relación por los hijos, a costa de las consecuencias, no siempre es la mejor opción. Lo ideal es que la pareja pueda continuar su relación; ese sería el mejor escenario, pero no se da en todos los casos», añadió.

¿Cómo explicar que el divorcio es una necesidad?

Para el profesor, debe y tiene que haber un lenguaje sencillo y claro. «Hacer preguntas sobre si entendieron o cómo se sienten al respecto es importante. Reiterar que las personas se casan con la fe de permanecer juntas, pero que a veces eso no ocurre y no está mal que pase pues los intereses cambian», resaltó.

«Los padres deben saber coexistir en un mismo espacio, dejando de estar en pareja, eso está claro, pero entendiéndose con amistad. Haciendo entrever que los que se divorcian son las parejas, no los hijos. Lo que habrá es un cambio de relación», subrayó.

Para ello, se requiere comunicación, madurez y asesoría. Son las mejores herramientas. Si no se pueden procesar las emociones porque predomina la rabia, el resentimiento y no hay forma de superarlo, debe haber un apoyo emocional de parte de un profesional que ayude al impacto que esto pueda generar en la familia, sobre todo en los niños. «Deben evitarse los comentarios hirientes o groseros. Los niños lo menos que desean escuchar son insultos múltiples entre padres que no saben cómo comunicarse. Esto puede enconarse o puede marcarlos; mientras más distorsionada esté la imagen, mayor el impacto emocional», aseguró Oscar Misle.

En el caso de la cantante colombiana y el futbolista, manifestó que los famosos son seres humanos. «Y como tal, pasamos por conflictos. Sus dos pequeños hijos también van a la escuela, participan en actividades extracurriculares, en donde oirán opiniones de todo el mundo y muy encontradas. Unas apoyando a la madre y descalificando al padre y/o viceversa», rescató. «Son situaciones que están claramente marcadas por emociones y sentimientos. Esto afecta a los pequeños porque no tienen ningún argumento para poder defenderse de las amenazas que puedan surgir del entorno. Dicen que los niños de famosos deberían estar preparados para la vida pública y para enfrentar estos escándalos pero la verdad es que nadie está preparado. Mucho menos ellos».

“Los niños son niños. Requieren protección, cuidado y ser abordados en su condición de niños, independientemente de la condición de los padres”

El error y la exposición de la nueva pareja

«Cuando hay una situación que se ventila y se hace pública sin tomarse en cuenta el impacto que generará en los niños; sobre todo cuando existe una audiencia determinada que los hace referentes a ciertos temas o patentes, se debe ver hasta qué punto lo que estoy transmitiendo pueda –o no- revelar cosas intimas que respondan a una necesidad de retaliación, pero en el caso de los niños eso tiene una implicación importante», aseguró Misle.

A su parecer, se debe tener mucho cuidado en cómo se ventila lo privado. Siendo personas con vidas tan públicas, existen redes sociales que puedan ser atractivas como método de desahogo. «Pero son situaciones familiares, que en aras de los niños y padres, es mejor tratarse con cuidado para evitar inconvenientes», añadió.

«No deberían enseñarse públicamente como “una forma de venganza”, debe existir primero un entendimiento, una solución»

¿Cómo y cuándo presentar a la nueva pareja? «Dependerá mucho de cómo está la relación en el presente; en el vínculo que exista y cuáles son las expectativas», resaltó. «La idea es buscar el momento oportuno. Sin embargo, no necesariamente los niños van a querer o aceptar a esta ‘nueva’ persona en sus vidas; es algo comprensible».

Según el especialista, este es un proceso que debe tratarse con respeto. «No es consultarle al niño si se puede o no tener una nueva relación. No es pedir permiso; es tener consideración con ellos y sus sentimientos», aclaró. Deben estar claros de que esa nueva relación no pondrá en riesgo su seguridad e integridad. «Es un proceso de transición que debe respetarse y no imponerse u obligarse. Hay que tener paciencia», sentenció.

Cómo concluir con la historia de estos personajes que nos revela una situación de conflicto. Cómo entender que, en cualquier separación, y más en una pública, hay un impacto grandísimo a nivel emocional que puede generar trauma y tristeza. Para Misle, esa es la pregunta que debemos hacernos.

«Se debe tener en claro que lo que debería cambiar es la relación entre la pareja y no romper el vínculo pues los niños siempre necesitarán de sus padres en los momentos más significativos de sus vidas. Ambos deben estar presentes, aunque no estén vinculados como pareja», recalcó. «Deberíamos poder hablar con ellos por separado, considerando cada necesidad como algo único e importante. Hay que darles la posibilidad de expresar su individualidad a través de sus emociones y sus palabras: habrá rabia, incomodidad, tristeza, llanto e incluso miedo de que alguien se aleje o no esté en el panorama», aseguró.

Comentó que los padres no deben convertir a los niños en cómplices y confidentes. «Los hijos no son un confesionario ni una almohada de desahogos’. No están preparados para entender la carga emocional que se les viene encima y que además acompaña a los padres con cada una de sus decisiones».

Para Oscar Misle, hay que tener paciencia, no presionar, obligar o pretender. «Debemos esperar, dar amor e inspirar confianza. Si no se puede trabajar esto, desde el punto de vista personal hay que buscar la ayuda necesaria con alguien calificado o las herramientas que ayuden en este proceso con alguien que pueda servir de guía», enunció.

La palabra clave es la empatía. Tomar en consideración la situación en la que se vive. «Y eso conlleva a la comunicación. Comunicación empática, reconociendo la condición de niño, con un lenguaje que se adapte, es clave. Hay que ponerse en su lugar», concluyó.

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