Al menos 5.684 migrantes han muerto desde el principio de 2021 cuando intentaban llegar a Europa, indicó este martes la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU (OIM), que señaló que las rutas del Mediterráneo central y occidental se mantienen como las más peligrosas.
2.836 personas murieron o desaparecieron en la ruta central, por la que migrantes desde Libia, Túnez o Argelia suelen intentar llegar a Italia o Malta, mientras que 1.532 fallecieron en la vía occidental, que suele tener por destino las españolas Islas Canarias, indicó la OIM.
«Estas muertes continuadas son otro recordatorio de que se necesitan desesperadamente rutas más seguras y legales para la migración», destacó al presentar estos datos la experta de OIM Julia Black, parte del Proyecto Migrantes Desaparecidos, que hace un seguimiento periódico de estos datos a nivel global.
Las dos cifras en el Mediterráneo central y occidental ya superan en ambos casos las del bienio anterior completo (2019-2020), advirtió la OIM, quien aclara que los números reales podrían ser incluso mayores ya que no todas las muertes y desapariciones son registradas.
La agencia de Naciones Unidas también subrayó aumentos en las muertes de migrantes desde 2021 en otras rutas como las que implican la frontera entre Turquía y Grecia (126 fallecimientos documentados), los Balcanes occidentales (69), el Canal de la Mancha (53) o el paso desde Bielorrusia a la UE (23).
OIM además ha documentado la muerte de al menos 17 ucranianos en su huida de la guerra hacia otros países de Europa.
Por otro lado, los datos de OIM revelan que al menos 252 migrantes fallecieron en expulsiones forzadas de las autoridades desde inicios de 2021, incluyendo 97 en el Mediterráneo central, 70 en el oriental o 58 en la frontera turco-griega.
Otros 23 murieron en la ruta mediterránea occidental (la cifra coincide con los fallecidos en el intento de cruzar la valla de Melilla el pasado mes de junio), y cuatro, en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.
Muchos de estos casos «son casi imposibles de verificar debido a la falta de transparencia, de acceso, y de la naturaleza altamente politizada de estos hechos», por lo que las cifras reales podrían ser mucho mayores, afirmó OIM.
Desde que se inició este seguimiento en 2014, la OIM ha registrado más de 29.000 muertes de migrantes que intentaban llegar a Europa, y denuncia que más de 17.000 de ellos fallecieron sin que se disponga de datos sobre su lugar de origen.
De los que sí fueron identificados, 791 provenían de Siria, 695 de Marruecos, 625 de Argelia, 384 de Túnez, 333 de Senegal, 312 de Eritrea y 270 de Afganistán, siempre según los datos de OIM.
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