El accidente en la mina de carbón en el norte de Turquía, cerca del mar Negro, le ha costado la vida a 41 mineros, confirmó hoy el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el lugar del siniestro.
Según el mandatario, los equipos de rescate pudieron localizar y llegar hasta el cadáver del último desaparecido del accidente, ocurrido ayer, viernes.
«Como nación estamos muy tristes», dijo Erdogan ante la prensa, agregando que una investigación desvelará si alguien es responsable de la explosión, que se produjo a unos 300 metros de profundidad.
El presidente turco prometió a las familias de los mineros fallecidos ayudas financieras del Estado.
En total, once mineros se encuentran aún hospitalizados, cinco de ellos en estado grave, mientras que 58 personas fueron rescatadas ilesas, explicó el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu
Mustafa Turan, jefe de la unidad de quemados del hospital Çam Sakura Hospital de Estambul, explicó a EFE por teléfono que recibieron a seis heridos que fueron trasladados en helicópteros medicalizados y que uno de ellos tuvo que ser operado de urgencia.
«Cinco hombres se encuentran en la unidad de quemados y su estado es grave», explicó el médico.
Un total de 110 mineros se encontraban en la mina de Amasra, en la provincia de Bartin, en el momento de la explosión, que por razones aún desconocidas se produjo el viernes a las 15.15 GMT.
Mientras, la Fiscalía local ha designado a tres fiscales para investigar la causa del siniestro.
El ministro de Energía turco, Fatih Dönmez, que también acudió anoche a Amasra, declaró a los medios que según las primeras pesquisas el desastre fue causado por una explosión de grisú.
«Hay varios derrumbes parciales», explicó.
«No sabemos nada. Había polvo y humo, no pudimos ver qué pasó. Yo salí por mis propios medios. Los que estábamos algo alejados solo sentimos la presión de la explosión, pero no pudimos ver nada», indicó a la cadena NTV un minero que salió del pozo antes de que llegaran los equipos de rescate.
La mina siniestrada pertenece a la empresa estatal Turkish Hard Coal Enterprises.
Según el diario turco Evrensel, un informe del Tribunal de Cuentas ya indicó en 2019 que en este pozo se estaban registrando filtraciones de gas con riesgo de explosión.
Turquía es uno de los países del mundo con más accidentes en sus minas de carbón y lignito, que los sindicatos achacan a las escasas medidas de seguridad en un sector escasamente regulado y controlado.
El peor desastre minero en la historia de Turquía ocurrió en 2014 cuando 301 personas murieron por un incendio en el interior de la mina de Suma, en el oeste del país.
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