La policía anunció este jueves que el hombre que irrumpió ayer en una clínica en Tulsa (Oklahoma, EE UU), donde mató a cuatro personas y luego se quitó la vida, quería asesinar a un médico que lo operó recientemente, por el dolor que sufría tras la intervención quirúrgica. El médico es uno de los fallecidos.
El jefe del Departamento de policía de Tulsa, Wendell Franklin, identificó en rueda de prensa al presunto asesino, Michael Louis. Así como a sus víctimas: dos médicos, entre ellos el que lo trató en el pasado, Preston Phillips, una recepcionista de la clínica y un paciente.
Los agentes encontraron que el sospechoso llevaba una carta «donde dejaba claro que tenía la intención de matar al doctor Phillips y a cualquiera que se cruzara en su camino», revelóel funcionario.
Atacante quería matar a su médico
«Culpaba al doctor Phillips de su dolor continuo tras una operación quirúrgica» en la espalda el 19 de mayo, detalló el jefe de policía.
Luego de darle el alta médica el 24 de mayo, Louis llamó varias veces al médico para quejarse de su dolor y pidió que le proporcionara algún tratamiento.
De acuerdo con la policía, el 31 de mayo el médico tuvo consulta con el sospechoso. Y el mismo día del tiroteo Louis volvió a telefonear a la oficina del facultativo para «quejarse de dolor de espalda y buscando atención adicional».
Llamada luego del asesinato
El funcionario agregó que la esposa de Louis llamó a la policía hora y media después del ataque diciendo que «su marido asesinó a varias personas en la consulta del doctor Phillips».
«La mujer del sospechoso llamó a la oficina y entregó información a la policía -indicó Franklin-. La información de que disponemos actualmente es que ella no sabía lo que iba a pasar. Pero él la contactó o bien antes de que ocurriera el tiroteo o durante el tiroteo para informarle lo que había hecho».
Por otro lado, Franklin reveló que antes del ataque el presunto agresor compró legalmente dos armas de fuego. Un rifle semiautomático del tipo AR-15, que adquirió el mismo día del tiroteo, y un arma de fuego semiautomática calibre 4.0, que compró el 29 de mayo.
El debate sobre el control de las armas de fuego se reactivó en EE UU después de la muerte el 24 de mayo de 19 niños y 2 profesoras en una escuela primaria de Uvalde (Texas) por disparos de un joven de 18 años de edad.
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