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Asesinaron a funcionario del Cicpc cuando iba a visitar a su papá

Familiares indicaron que los asesinos se acercaron hasta la casa del padre del detective y le dijeron que su hijo estaba muerto

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De múltiples disparos asesinaron a un funcionario del Cicpc e hirieron a su acompañante el sábado en la Carretera Nacional Cúa-San Casimiro, cuando iba de visita a la casa de su padre y fue interceptado en una alcabala hecha por delincuentes de la zona.

El detective Anderson Javier Graterol de 31 años de edad y su compadre, un hombre identificado como Andris Alexis González de 28 años de edad y del que se desconocen más datos, se desplazaban por la carretera a la 1:30 pm en un vehículo Ford Ka, de color gris cuando fueron interceptados por tres hombres, al detenerse los obligaron a descender inmediatamente del vehículo.

Tras percatarse de que Graterol era funcionario del Cicpc, a través de su carnet, los delincuentes les dispararon varias veces, para luego someterlos y regresarlos al interior del vehículo, en el que le volvieron a disparar, hasta ocasionarle la muerte a Graterol, y herir de gravedad a su acompañante, refiere el informe policial.

De acuerdo con el relato de los familiares en las afueras de la Medicatura Forense de Bello Monte, luego de dar muerte al detective, los homicidas se acercaron hasta los alrededores de la vivienda del padre del funcionario, le arrojaron el carnet de identificación, le dijeron que su hijo estaba muerto y que se acercara al lugar donde yacía su cuerpo. Según el reporte policial, los asesinos forman parte de una banda conocida como Los Dobles, que opera en la zona.

Una comisión del Eje de Homicidios del Cicpc de Los Valles del Tuy llegó al lugar para el levantamiento del cadáver y empezar con las pesquisas correspondientes. La venganza es el móvil que cobra mayor fuerza. Hasta el momento se desconoce el estado de salud del acompañante del funcionario.

Parientes de Graterol manifestaron estar devastados por la manera violenta en la que murió el agente. Aseguraron que no merecía morir de esa forma. Para el momento del crimen el detective vestía de civil y no portaba armas de fuego. Era padre de cinco hijos y el menor de cuatro hermanos. Tenía seis años trabajando en la sede del Cicpc de la avenida Urdaneta, en el departamento contra la violencia de género.

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