Oscar Jiménez Rodríguez, venezolano, cédula de identidad 7.555.284, oficial de Marina Mercante con rango de capitán, de 58 años de edad, remitió a la redacción de El Nacional una denuncia en forma de artículo, que tituló: Perdimos Los Roques, señor presidente.
En la comunicación, ya publicada en Aporrea, portal del que Jiménez es articulista, habla de su barco, y de la extorsión de la que está siendo objeto en las instalaciones de la Empresa Socialista Pesquera Industrial del Alba (Pescalba), en Cumaná, estado Sucre.
Jiménez está desempleado. Se asoció para comprar ese barco, llamado Los Roques, e indicó que aún no ha podido trabajar con él.
Los Roques, hundido
Jiménez relató que el jueves pasado le cortaron el suministro de luz y agua a la embarcación, lo que a su entender es la sentencia de muerte: «La intención no es otra que dejar el barco a su merced total, sin embargo dejamos un vigilante que se quedó el fin de semana, hasta que el gerente se enteró hoy y lo expulsó».
Indicó que hace un tiempo extraños se metieron al barco «y se llevaron todo lo que pudieron». Advirtió que seguramente volverán en los próximos días a llevarse el resto.
La historia de Los Roques comenzó en 2007. Con el barco quería montar una ruta turística que, explicaba emocionado, llevaría gente, «y para eso el barco tendría distracciones de música típica y bailable, y en cada puerto invitaría a las bandas locales a que tocaran, para que la gente conociera su música».
«El gobierno socialista se burló de tus sueños»
Jiménez señaló, parafraseando una carta que le escribió su hija en la que le instaba a abrir los ojos y darse cuenta de que el gobierno socialista hundió su barco y se burló de sus sueños, que en la embarcación irían muchachos, maestros, policías, amas de casa, bomberos, pero además quien quisiera ir, gracias a planes económicos, subsidios o alianzas.
«Te vimos vender carro, parcela, lancha, todo lo que pudiste para financiar tu proyecto que hiciste nuestro, pues todos en casa dependíamos de tus finanzas», le escribió su hija.
«Vimos mermar nuestras actividades, pero no nos pesó realmente, pues tu emoción era nuestra fuerza; pero papá, nosotros nos sentimos defraudados de tu gobierno socialista (te hablo en nombre de todos tus hijos); sé que nos has explicado infinitas veces que no es culpa del gobierno sino de tu empeño en (como dices cada vez) poner todos los huevos en una sola cesta, y que son funcionarios puntuales los que te han reducido a la nada, no el proceso y esas cosas», agregó.
Su hija, la mayor para más señas, le recordó que en su empeño habló con ministros, viceministros, gobernadores, alcaldes y gerentes de bancos. Todos lo oyeron, pero ninguno se interesó en el proyecto. Indicó que le aprobaron la factibilidad en Mintur y que el Bandes le aprobó asimismo la factibilidad técnica del proyecto. Sin embargo, cuando estaban a punto de aprobar los recursos le dijeron que tenía que tener tres veces lo que pedía prestado.
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El Banco del Tesoro
«Luego vino el Banco del Tesoro (recuerdo que cada estudio económico que presentaste te costó un montón de plata) que no te aprobó el crédito ‘pues no cumplía con los parámetros de un crédito agrícola», señaló.
«Por primera vez te vi defraudado y te recuerdo comentar que seguramente algunos pillos (infiltrados de la derecha, como los llamaste) te robaron esos reales (lo cual seguramente ocurrió pero no me extrañaría que hayan sido pillos compatriotas de tu gobierno socialista)», advirtió.
La hija de Jiménez le señaló que terminó asociándose con dos amigos, «y de ese proyecto que desbancó por completo toda tu economía, que se llevó lo ganado en los atuneros, en el turismo, en el comercio, te quedó una alianza que reducía tu participación a un pequeño 12%; y lo aceptaste contento ‘mejor 1% de una empresa que funcione a 100% de un sueño’, dijiste con ese optimismo que tenías y que fue lo primero que tu gobierno socialismo mató».
Y continúa: «Ahora te veo muy angustiado pues el barco está hundiéndose por falta de recursos y acumulando deudas en el muelle del astillero de Pescalba; andas con tu carpeta en mano para donde haga falta buscando algún soñador que crea que el socialismo es más rentable que el capitalismo, pero te encuentras con que ni en voceros de tu gobierno socialista encuentras a ese ser humano o a esa gente que buscas».
«Tratando de conseguir un plazo para cumplir con esa deuda que han acumulado y que no tiene ninguna explicación técnica que la justifique (millones de dólares, según los malandros de esa empresa te aseguran), hablaste con el entonces ministro socialista de Pesca, quien además era el presidente de Pescalba en ese entonces, y hoy es el flamante candidato a gobernador de una isla que su gestión como protector tiene reseca, donde solo él y los hoteles tienen agua y luz; nos dio tristeza oírte decir que como respuesta en ese encuentro en las instalaciones de Puerto de la Mar te dijo que deberías pagar lo que debes y hasta más, pues él que tiene un barco más pequeño que el tuyo (comprado con su sueldo de ministro, seguramente) paga 10.000 dólares mensuales de muelle (pagados con su sueldo de ministro, por supuesto), mientras enrollaba la carpeta que le entregaste con una propuesta. Un ministro que manejó la cartera de pesca solo porque nació en una isla, pero que jamás se ha montado en un barco pesquero como lo hiciste tú durante años, en el Caribe y en el Pacífico», aseveró.
La tristeza de la hija
«Ay, papá, qué tristeza siento de verte así, nadando contra la corriente de tu propio gobierno que te hunde tu tiempo, tus sueños y tu barco. Nos da rabia, realmente nos da rabia, que sigas confiando en esa gente que para lo único que sirve es para sacarse fotos y hacer propaganda, pero que nos tiene en el suelo a todos y ni lavan ni prestan la batea», continuó.
«¿No te basta con ver cómo tienen la empresa en la que tú mismo trabajaste durante tantos años?, la empresa de mayor producción de pescado de país durante años está en el suelo y los barcos que tu manejaste a punto de hundirse. Imagínate, ¿si así tienen los que ahora están en sus manos cómo vas a pensar que te van a apoyar para mejorar el tuyo?», subrayó.
Hasta aquí el escrito de la hija de Jiménez, que él mismo dice no poder refutarle.
Los Roques en la oscurana
«Por ahora Los Roques (la embarcación, no la isla) quedó atrapado en la oscurana de un socialismo que murió antes de nacer y nos ha ido matando poco a poco a los que creímos alguna vez en el éxito de la utopía», indicó Jiménez.
«Mis hijos tienen un punto de vista producto de las cosas que pasamos y no los puedo criticar, pues los resultados de esta lucha de tanto tiempo han afectado completamente nuestra economía; la verdad es que el proyecto que ellos mencionan quedó atrapado entre un mundo capitalista que no tendría la menor intención de revisarlo y un mundo socialista que lo mira como gallina que mira sal», agregó.
Jiménez puntualizó que el gerente de Pescalba secuestró Los Roques porque dice que le deben 250 millones de dólares por uso de muelle, agua y luz. El barco costó 400.000 dólares al momento de su compra y, según Jiménez, tuvo 2 años para pagarlo: «Ese gerente no sabe cuánto es esa cantidad ni cuánto cuesta un barco, así es su ignorancia del tema; además no nos ha pasado nada por escrito pues ese tipo de facturaciones no tiene justificación. El BCV le acaba de inyectar 50 millones de dólares a toda la banca para poner un equilibrio a la economía global de país y él en su ignorancia pretende que tengamos 250 millones para ponerlos en su cuenta».
Jiménez dice, sin embargo, que seguirá empeñado en la defensa del socialismo. Apoya asimismo el gobierno de Nicolás Maduro, aunque ya no encuentra cómo explicarle a sus hijos su empeño en el socialismo como modelo.
«Que alguien me ayude para que Los Roques no se hunda y para que no terminen de hundirme a mí con él», señaló.
«Por ahora (esa frase que una vez nos lleno de esperanza y ahora de angustia), el barco está en las manos del gerente de Pescalba y el ministro del Poder Popular para la Pesca y Acuicultura, y por los vientos que soplan no lo ven como un filete de atún, de pargo o de mero, sino como mil toneladas de jugoso hierro», concluyó.
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