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Caracas espera por un alcalde y alguien más… (segunda parte)

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AFP

Sancho, aunque aborrecía el ser GOBERNADOR,

como queda dicho, todavía deseaba volver a mandar y a ser obedecido;

que esta mala ventura trae consigo el mando, aunque sea de burlas”.

Tomado del QUIJOTE

En el artículo anterior (https://bitlysdowssl-aws.com/opinion/caracas-espera-por-un-alcalde-y-alguien-mas-primera-parte/) señalé someramente las deficiencias de los servicios denominados de redes de nuestra capital, señalamientos hechos con la intención de evidenciar la grave situación, para la que los candidatos a alcaldes andan prometiendo salidas milagrosas.

El viejo estilo de hacer política no cambia, los nuevos actores reflejan las viejas mañas, el desparpajo, el lenguaje fácil, la promesa imposible.

Si antes los viejos políticos podían tener la excusa de la ignorancia, ahora, el descaro resulta peor porque seguramente todos están al menos, “informados” de la compleja crisis que presenta en todos los ámbitos la antes denominada Gran Caracas, Distrito Metropolitano o  Distrito Capital, como se le llama ahora.

Las promesas electorales de los aspirantes a dirigir los diferentes municipios están revestidas de mucha e intencional falsedad, algunas pudieran parecer tan ingenuas como la promesa del Hidalgo Don Quijote a su fiel escudero, Sancho Panza, que para garantizarse su compañía y lealtad le ofrece una ínsula de la cual podría ser  gobernador y en un desliz oratorio le dice que hasta rey pudiera ser.

Dada las actuales circunstancias políticas, y las venideras que presagian una situación de precariedad presupuestaria y de acentuacion de los esfuerzos del régimen por establecer el estado comunal, es muy probable que a nuestros flamantes alcaldes les toque ejercer un gobierno tan falso y bufonesco como el ejercido por Sancho Panza en la Ínsula Barataria.

Así como el seudogobiernó del ingenuo Sancho sirvió para divertir a los  duques, nuestros próximos alcaldes y gobernadores ejercerán sus quijotescos cargos para deleite y burla de los personeros del régimen.

Tan triste fue  el gobierno de Sancho, que de regreso a su aldea, su mujer Teresa Panza, lo recibe con estas palabras: ¿Cómo venís así, marido mío, que me parece que venís a pie y despeado, y más traéis semejanza de DESGOBERNADO que de GOBERNADOR?

Hecha esta digresión, continúo con el análisis de la situación de los servicios y de la infraestructura de nuestra metrópoli, que deberán enfrentar quienes asuman las funciones de gobierno despues del 21 de noviembre de este año de pandemia y socialismo.

¿Y qué decir de los servicios puntuales, los que requieren de infraestructuras para apoyar las actividades humanas, las que se desarrollan en edificaciones ajenas a la vivienda y a los locales de trabajo y producción, tales como educación, cultura, religión, salud, esparcimiento y recreación?

A nivel nacional, los servicios se salud evidencian un marcado deterioro. El sistema de salud tradicional fue sustituido, en gran medida, por un sistema de salud propio de una situación de emergencia.

Al principio construyeron unos módulos hexagonales, con acabados precarios, y limitada dotación, luego, desecharon la red secundaria de ambulatorios y construyeron los CDI, mejor dotados, bajo las órdenes de médicos y paramédicos cubanos, cuya orientación en salud está a medio camino entre la medicina preventiva y la medicina tradicional china, que denominaron, medicina comunitaria.

No se construyeron nuevas camas de hospitalización, abandonaron el mantenimiento hospitalario, diluyeron las funciones de FIMA, descuidaron los ambulatorios, privilegiaron la formación de médicos comunitarios, desatendieron presupuestariamente las facultades tradicionales de medicina, atacaron la academia y la medicina privada, prácticamente eliminaron los seguros médicos (HCM), limitaron severamente el servicio de medicinas de alto costo y la atención a las enfermedades crónicas.

Despues descuidaron al sistema médico paralelo que crearon y dejaron a los enfermos desamparados.

Toda esta situación tiene en Caracas su fiel reflejo.

Poco que decir del servicio de salud en nuestra ciudad. Sufre las mismas calamidades que el resto del país.

En infraestructura educativa padecemos lo que el resto del país, acentuado abandono de las escuelas y liceos, FEDE, resulta una entelequia y por si fuera poco, al descuido oficial se suma el vandalismo que saquea y destruye las edificaciones educativas.

La infraestructura cultural, resultó afectada por las concepciones socialistas de la cultura, no supieron diferenciar entre la cultura popular y la académica, ambas requieren espacios diferentes, al sacar a la cultura popular de su medio y revestirla de un falso academicismo, terminan desarraigándola, y desvirtuando tanto los espacios de la cultura académica como los de la popular, esta concepción afectó también a los espacios culturales, irrespetaron sus usos, construyeron pocos, tal como la Villa del Cine,  descuidaron el mantenimiento de los existentes, y más que promover la cultura, se dedicaron a la promoción de eventos nacionales e internacionales para publicitar el régimen.

Ni la cultura popular ni la académica estuvieron, realmente, dentro de los propósitos socialistas, mientras dispusieron de recursos indiscriminados, sus actividades en este sector estuvieron dedicadas al proselitismo y al adoctrinamiento.

Dejaron la cultura bajo la dirección de un arquitecto de profundas raíces gallegas, (sin pretender ser ni xenófobos ni peyorativo), que durante la renovación universitaria escribió  un poema que decía: “la arquitectura puede ser un ladrillo, pero un ladrillo lanzado con suficiente fuerza…”), como ministro lo lanzó con tanta ira, que destruyó la gestión cultural que se venía adelantando en el  país y destruyó parte de la estructura urbana de la ciudad, ocupando con viviendas, los espacios verdes que tanto defendimos desde la FAU-UCV.

El resultado en cuanto a la infraestructura cultural es el mismo que en el sector salud, construyeron muy poco, y abandonaron la infraestructura existente.

En lo referente a áreas verdes, parques y recreación, podemos señalar, como positivo la buena recuperación del parque El Calvario,  no así el abandono de los  parques Zoológico de Caricuao, el del Pinar, el descuido generalizado del Parque del Oeste, especialmente de las obras de arte;  el Parque del Este, a punto de perder su valor  patrimonial por las modificaciones al diseño original de Burle Marx, la basura y el vandalismo, los Caobos torpemente intervenido y con grave pérdida de especies vegetales, Mirador de la Cota Mil, utilizado más policialmente que como área recreativa, Los Chorros, deteriorados, el Jardín Botánico muestra  su visible abandono, Los Próceres, relativamente conservado con algunas intervenciones parciales, Etc.

En resumen, las áreas verdes y los espacios destinados a la recreación y el esparcimiento han resultados notablemente disminuidos.

El mobiliario urbano, en términos sencillos es equiparable al mobiliario de nuestras residencias.

Son los objetos urbanos que hacen la ciudad confortable, amigable y disfrutable a sus habitantes.

Por sus alcances, su competencia corresponde a las alcaldías, gobernaciones y gobierno nacional. Pueden ser competencias exclusivas o compartidas, pero en mayor grado corresponden a las alcaldías.

Las ciudades en su proceso de conurbación van creciendo. Pasando por procesos sucesivos de metropolización y megalopolización.

En estos procesos van apareciendo nuevas formas de gobierno que permiten el paso de administraciones locales a vecinales o de  vecinales  a urbanos, etc. Hay tantos enfoques como teorías de abordaje de la cuestión urbana.

En la medida que se da la expansión urbana, también aparecen nuevas formas de gobierno, en nuestro caso, teníamos la Zona Metropolitana de Caracas y la Alcaldía Metropolitana, como ente regulador y de administración de la zona metropolitana.

Sin embargo, debido al afán centralizador y de control del gobierno nacional, al perder el gobierno del Área Metropolitana y de varios municipios metropolitanos, decidió acabar con la metropolización y creó el Distrito Capital con un gobierno establecido sin participación de los ciudadanos, que asumió gran parte de las competencias y recursos de la a Alcaldía Metropolitana.

En la práctica desmantelaron institucionalmente la Zona Metropolitana de Caracas.

Esta negativa medida influyó de manera determinante en el deterioro de los servicios de redes intermunicipales, como transporte intermunicipal superficial, y en la dotación del mobiliario urbano, además del deterioro del sistema de impuestos metropolitanos.

Caracas carece de un catálogo de mobiliario, cuando se hace algo en este sentido, tiende más al capricho del ente contratante que a las tipologías que determinan dichos diseños.

El catálogo mínimo de mobiliario urbano debería contener, modelos tipológicos de paradas, plazas y parques infantiles de pequeña escala, caminerías, aceras, brocales, acceso para personas de movilidad disminuida, bancos, luminarias, semáforos, papeleras, soportes de publicidad exterior, baños públicos. etc.

Dicho esto, ya puede sacar sus conclusiones el lector, poco del mobiliario mencionado existe en nuestra ciudad.

La elaboración de este catálogo se debería hacer mediante concurso nacional o internacional, que ayude a la promoción de la ciudad y a la discusión sobre la cuestión urbana.

El balance es absolutamente negativo y el resultado de esta ausencia del mobiliario urbano, trae, como resultado una ciudad hostil al ciudadano.

El tercer elemento de análisis, el mantenimiento urbano, parece ausente de la ciudad, pese a que se crearon las Corporaciones de Servicios Municipales, que teóricamente deberían asumir las funciones de conservación y mantenimiento urbano.

La recolección y disposición de desechos sólidos y el saneamiento ambiental, tampoco soportan una evaluación seria, nos limitaremos a señalar, que los caraqueños hemos terminado por habituarnos a convivir con la basura y en terribles condiciones de salubridad. Evidencia de ello es la invasión de zamuros en casi toda la ciudad.

Un elemento importante en las consideraciones sobre la ciudad es el comportamiento ciudadano y el empoderamiento de sus habitantes de los espacios públicos, solo señalo al respecto, que la creación de ciudadanía, no ha sido una preocupación  de nuestros gobernantes, y que nos hemos dejado ganar por el irrespeto a las más elementales normas, al punto que las calles las hemos convertido en  baños públicos y el tráfico, ahora sin colas, lo hemos caotizado, tanto que circulamos,  normalmente en vía contraria, no solo en las calles sino en la vida misma.

Durante el periodo, que abarca el último año del siglo pasado y lo que va del siglo XXI, revisado críticamente en este artículo, se aprobaron dos instrumentos legales, que pese a las observaciones que se les puedan hacer, y a su sesgo ideológico, de haberse  implementado efectivamente, hubieran reducido en alguna medida este desastre urbano:  El “Reglamento Especial del Decreto con Rango y Fuerza de Ley de  Regionalización Integral para el Desarrollos Socio Productivo de la Patria (2014)” y la “Ley de Regularización de la Propiedad de la Tierra Urbana y Urbanización de Barrios Populares” (2016), este ultimo de alto contenido político y marcadamente populista.

El primero hubiera podido ayudar a gestionar coordinadamente la planificación urbana, aun dentro de la concepción de la planificación socialista, peor es no haber hecho nada, y el segundo, pese a su acentuada carga populista hubiera podido dar continuidad   a lo que se venía haciendo en cuanto a recuperación y equipamiento de barrios.

Ante un tema tan extenso, necesario es concluir, en veinte años de ejercicio de gobierno, son escasos los resultados que se puedan señalar como positivos, existe una recurrente violación a los derechos que tenemos los caraqueños sobre nuestra ciudad.

En cuanto a seguridad urbana, nada que decir.

El derecho a la vivienda y a la propiedad resulta permanentemente violado, congelaron los  alquileres, invaden y desalojan. Cuando han construido viviendas, no entregan la propiedad de la misma, las asignan en su mayoría bajo la condición de usuarios.

De habérsele concedido a la familia, el derecho de propiedad al asignarles la vivienda, estas hubieran servido  como instrumento para la superación de la pobreza, la vivienda siempre ha sido el principal patrimonio de la familia y el mejor mecanismo para el desarrollo del arraigo y la pertenencia.

Nuestro derecho a la movilidad urbana, nos lo arrebataron, es evidente el deterioro del  Metro y la pauperización del  trasporte urbano e interurbano superficial, ni que hablar de los derechos de las personas de movilidad reducida o de los ciclistas.

Al limitarnos nuestro derecho a la movilidad nos quitaron también el derecho al acceso a las áreas recreativas deportivas y culturales, sin considerar la inseguridad.

Nuestro derecho a la identidad cultural ha sido violado, tratan de borrar nuestra historia y hasta nuestros símbolos patrios, tratan de quitarnos nuestra identidad para convertirnos en hombres nuevos, al estilo cubano, esclavos de un Estado autocrático.

Nos quitaron nuestro derecho a la participación ciudadana y nuestro derecho a la autodeterminación urbana.

Luego de esta catarsis urbana, me pregunto: ¿realmente los candidatos que reclaman el voto para dirigir nuestros municipios tendrán la sincera intención de resolver algunas de las situaciones descritas?

¿Tendrán alguna posición sobre los derechos urbanos de los ciudadanos?

¿Qué cree usted estimado lector?

@wilvelasquez

 

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