Hace más de un año y medio que el Museo de los Niños, ubicado en la Avenida Bolívar, Caracas, cerró sus puertas para resguardar a los niños y a sus trabajadores de los contagios por covid-19. La pandemia significó para la institución la pérdida de espacios educativos importantes en los que se fomentaba el desarrollo, la creatividad y la habilidad cognitiva de los niños. Por primera vez en 39 años de labor, el museo se vio obligado a enfrentar uno de los mayores retos de su historia: incentivar la educación y apuntar al desarrollo del país desde la virtualidad.
“Tenemos año y medio cerrados, financieramente eso afecta a cualquier institución. A nosotros nos afecta aunque tengamos un equipo pequeño porque debemos cumplir con el pago de la nómina y el mantenimiento del museo y servicio, que es bastante costoso a puerta cerrada”, comenta Darwin Sánchez, director de educación del Museo de los Niños.
En nómina hay aproximadamente entre 45 y 50 personas con las que se ha cumplido el pago de sus salarios a pesar de las dificultades. Hay reservas para proyectos nuevos, actividades que se tenían pensadas y que se están utilizando para los compromisos con terceros. “Somos una fundación privada, sin fines de lucro, cualquier colaboración que venga sería buena para que la fundación siga su rumbo hacia su 40 aniversario”, afirma Sánchez y agrega que la institución ha buscado las maneras de sostenerse.
A pesar de las dificultades el museo, su directiva y su personal se mantienen firmes en el compromiso de mantener el proyecto que Alicia Pietri de Caldera inauguró el 8 de mayo de 1982: contribuir con la educación en Venezuela, a través de dinámicas interactivas y bajo el lema “aprender jugando”.
Lo importante, a juicio de Sánchez, es mantenerse activos, al menos a través de la virtualidad. El Museo de los Niños, al igual que su icónico personaje Museíto, creado para acompañar a los niños durante su proceso de aprendizaje, saben que cuentan con el respaldo de los venezolanos. “Muchas personas han estado pendientes de las actividades que hemos realizado en la pandemia. La virtualidad, además, rompe las fronteras de la ciudad para que muchos niños en el país también puedan conocer los contenidos”.
La situación no ha sido fácil. Como toda institución, el Museo de los Niños debe mantenerse económicamente, un aspecto que en medio de la crisis sanitaria global se ha dificultado. Sin embargo, la prioridad en estos momentos sigue siendo la misma que la de hace más de un año y medio de cierre: resguardar al público y a los trabajadores para evitar convertirse en un foco de contagios.
El panorama es incierto y volver a recibir a los niños depende de que las condiciones se den para mantenerlos seguros en las instalaciones. Tal y como lo publicaron recientemente en sus redes sociales a través de un comunicado, Sánchez reiteró que solo se abrirán las puertas cuando el proceso de vacunación en curso esté más adelantado y el número de contagios baje significativamente.
“Queremos que nuestro equipo de trabajo y posibles visitantes tengan la menor posibilidad de contagiarse en nuestros espacios. De esta forma los niños, como desde hace 39 años, podrán aprender jugando, pero siempre bajo la premisa de la seguridad y en este caso de la seguridad sanitaria”.
Mantenerse vivos en la virtualidad
La pandemia le presentó al Museo de los Niños la oportunidad de aprovechar las herramientas tecnológicas e implementarlas como estrategia para continuar su labor formativa desde la virtualidad. “Hemos potenciado nuestras redes sociales ideando videos con colaboradores que hablan de diferentes temas que tienen que ver con ciencia y tecnología. También hemos respondido preguntas relacionadas con distintos aspectos tecnológicos. Eso es lo que hemos implementado en más de un año y medio de pandemia”, comenta Sánchez.
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Desde el primer día en el que se cerraron las puertas el museo afirmó que aunque estén cerrados siempre pueden estar abiertas las ventanas de la virtualidad. Por ello, a través de las diferentes plataformas han brindado varias formas de contenido. “Empezamos informando sobre las maneras de prevención del covid-19, luego hicimos preguntas científicas. Estamos siempre pendientes de las efemérides tecnológicas y de los aspectos tecnológicos en general. También implementamos videos de personas que colaboraron con nosotros”, señala Sánchez.
Pero su labor va más allá de solo educar a los niños: también se han encargado de capacitar docentes para que los profesionales en la educación del país puedan adaptarse mejor a la nueva modalidad virtual. “Hicimos las vacaciones divertidas virtuales que consistieron en clases magistrales de capacitación docente. Allí se formaron más de 600 docentes en enero de este año para conocer estrategias y herramientas que pueden utilizar a través de la virtualidad con los estudiantes para mejorar su desempeño. Estamos viviendo una situación que no sabemos cuánto va a durar, lo más importante es fortalecer a los docentes”, explica.
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Sánchez señaló que realizan otro tipo de actividades. Entre ellas, hay una actividad por medio de un grupo de WhatsApp que se llama “Museíto y su pandilla”. Por esta vía se comparten audios de cuentos de autores venezolanos para que los niños puedan discutir en una actividad familiar. Es una dinámica que se realiza todos los lunes a las 7:00 pm.
También planifican celebrar su aniversario número 39 con la creación de un nuevo recurso: un canal en Telegram para disfrutar todos los jueves, a las 7:00 pm, un encuentro con los curiosos. “Ellos son los que nos van a decir con actividades, recorridos e historias amenas aspectos relacionados con la ciencia de una manera divertida. Museíto y sus amigos podrán hacer que los niños puedan disfrutar de estos contenidos. Será una forma de reforzar los contenidos que estudian en sus aulas de clase”, afirma.
No desistir en la adversidad
El esfuerzo que ha hecho el Museo de los Niños por mantenerse vivo a través de las redes sociales ha dado sus frutos. Todas las actividades han sido bien vistas por las personas, comenta Sánchez. Además aumentó el número de seguidores en las plataformas y, sobre todo, aumentó la interacción y participación en las actividades.
“La interacción ha sido positiva, cercana y significativa. En el caso de los cuentos por WhatsApp se han dado respuestas íntimas e interesantes”, considera el director.
Las redes del museo han registrado, explica, un crecimiento mensual de aproximadamente 18%. Sin embargo, han tenido que enfrentar momentos difíciles. En enero de este año se dio a conocer la noticia de que la cuenta en Instagram del museo (@museitocaracas) fue hackeada. Aunque se logró recuperar el usuario, no se pudo hacer lo mismo con los 25 mil seguidores que tenía. El perfil, actualmente, cuenta solo con 2.300 seguidores. “Ahora estamos generando actividades para que esas personas se enteren que la cuenta ya es nuestra y que pueden seguirnos de nuevo”, comenta Sánchez.
“Prohibido no tocar”
El tipo de experiencia que brinda el Museo de los Niños no se puede comparar con la de otros museos o tiendas en Caracas. El lema en las instalaciones es “Prohibido no tocar” y, dadas las condiciones de bioseguridad que se deben seguir por el covid-19, sería incongruente abrir las puertas sin permitirles a los niños vivir la experiencia como se ha hecho desde hace 39 años.
Sin embargo, el museo sí ha pensado en el reencuentro y continúa preparándose para el día en el que vuelva a abrir sus puertas. Actualmente en las instalaciones hay un equipo mínimo que se encarga de la supervisión, seguridad y mantenimiento para que los equipos estén listos para los visitantes. También desde hace unos meses ya tiene un plan de cómo sería el ingreso. Se ha planteado cómo sería la disposición si se llega a dar la posibilidad de abrir bajo medidas de bioseguridad en semanas flexibles.
“Es importante saber qué ha pasado más de año y medio. Una de las cosas más importantes que tenemos es una figura llamada el amigo guía. Ya pasó año y medio desde que ellos estaban, probablemente tenemos que buscar nuevos guías. Tendremos que hacer un proceso de selección-reclutamiento, selección-entrenamiento y una vez que esto ocurra es que podemos abrir. Esa es la razón por la cual se ha tenido la discreción de no abrir las puertas de inmediato. Es todo un proceso”, explica.
El director reitera que el Museo de los Niños es una institución educativa. Por ende, debe seguir con los estándares que la ha caracterizado. “La premisa del museo es: prohibido no tocar. Bajo estas circunstancias de pandemia las interacciones con las exhibiciones serían limitadas. Así no valdría mucho la pena venir al museo porque no se cumpliría uno de nuestros principios. Cuando la dirección del museo considere que se dieron las condiciones y que no seremos un foco de contagio, la reapertura se dará de la mejor manera. Abriremos con el personal seleccionado y entrenado”, concluye.
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