Para el universo NBA, las desdichas de 2020 comenzaron antes de que se declarase la pandemia de coronavirus con el fallecimiento en un accidente de helicóptero de Kobe Bryant, a quien los Lakers, el equipo de su vida, homenajeó ganando el campeonato más insólito de la historia.
La muerte a los 41 años de edad del legendario exjugador, uno de los mejores de la historia y un ícono de los Lakers, junto a su hija pequeña Gianna y otras siete personas la mañana del domingo 26 de enero, conmocionó al deporte a nivel global.
En sus 20 años con el uniforme oro y púrpura, Bryant había conquistado cinco anillos de la NBA, el último de ellos en 2010, quedándose a solo uno de igualar a Michael Jordan, de quien fue considerado su sucesor.
Su inesperado fallecimiento llegó cuando la franquicia cumplía una década de sequía de títulos y seis años consecutivos sin clasificar a playoffs, récords negativos en su historia.
LeBron James comenzaba entonces su segunda temporada en los Lakers pero, aunque es una figura a la altura de los grandes mitos angelinos, los fracasos de su primera campaña generaban dudas de si a sus 35 años le quedaba energía para resucitar al equipo.
Con la afición angelina y él mismo llorando la pérdida de su ídolo, ‘King’ James no dudó en aceptar el reto. «Te prometo que continuaré tu legado», se comprometió James en su mensaje de despedida a Kobe.
Ambos habían ganado juntos dos medallas de oro olímpicas con Estados Unidos y LeBron reveló que Bryant fue también un apoyo clave en su aterrizaje en Los Ángeles.
«Cuando decidí venir aquí, Kobe me envió un mensaje que decía: ‘Bienvenido, hermano. Bienvenido a la familia’. Fue un momento muy especial porque en ese momento la afición de los Lakers no estaba del todo conmigo», explicó LeBron, que acababa de cerrar su segunda etapa con los Cleveland Cavaliers y sumaba nueve Finales y tres títulos en la NBA.
«Mucha gente decía: ‘No queremos a LeBron en este momento de su carrera’. O se preguntaba: ‘¿nos llevará a las Finales?», recordó. «Así que leer eso de él y tener su aprobación significó mucho para mí».
La ‘mentalidad Mamba’
En marzo, la NBA cerró por la pandemia durante más de cuatro meses, hasta la reanudación de la temporada a puerta cerrada en el complejo deportivo de Disney World (Orlando).
Los Lakers llegaban como el mejor equipo del Oeste en la fase regular pero en esas circunstancias no podían contar con la ventaja de jugar frente a su afición en los partidos decisivos.
Liderados por LeBron y el pívot Anthony Davis, la segunda estrella que le faltaba al equipo, los Lakers se encomendaron al feroz espíritu competitivo de Kobe, la llamada ‘mentalidad Mamba’, para salir victoriosos de los tres meses de competición bajo aislamiento y de las frustraciones por la falta de resultados del activismo de la NBA contra el racismo y la brutalidad policial.
El propio LeBron y sus compañeros llegaron a respaldar la cancelación de los playoffs cuando los Milwaukee Bucks impulsaron un boicot de partidos durante la primera ronda, en protesta por el ataque a tiros de policías de Wisconsin contra el afroestadounidense Jacob Blake.
Tras ser asesorado por el expresidente Barack Obama y otros mediadores, LeBron concluyó que debían seguir jugando y utilizar su plataforma mediática para mantener la presión por cambios sociales.
El «sexto anillo» de Kobe
Decididos a brindarle el anillo como tributo, Kobe fue una presencia constante en el vestuario de los Lakers en Disney World.
Los jugadores gritaban «1-2-3-Mamba» al juntarse antes de los partidos, portaron el uniforme especial «Mamba Edition» que Kobe diseñó, sus números 8 y 24 en las zapatillas e hicieron propio su lema: «Deja un legado».
En uno de los momentos decisivos de las eliminatorias, Anthony Davis gritó el nombre de Kobe cuando logró el triple de la victoria en un juego ante los Denver Nuggets, que luego fue bautizado como el «Tiro Mamba».
Acariciando ya el título en las Finales, LeBron citó a Kobe después de ganar el quinto partido ante los Miami Heat y ponerse en ventaja 3-1.
«El trabajo no está terminado», advirtió con semblante serio James, al igual que había hecho Bryant durante las Finales de 2009 ante los Orlando Magic.
La victoria final ante Miami desató una celebración en las calles de Los Ángeles en la que el jugador más aclamado fue Kobe, con aficionados portando su camiseta y fotografiándose frente los murales con su imagen que se pintaron por toda la ciudad, como si por fin Bryant hubiera ganado su ansiado sexto anillo.
«Después de todo lo que pasamos (en 2020), fue un buen final para ellos ganar el campeonato», dijo Shaquille O’Neal, el recordado compañero de Bryant en tres de sus títulos. «Estoy seguro de que si (Kobe) todavía estuviera aquí, definitivamente estaría orgulloso».
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