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Karol G, «la bichota» del reguetón

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Karol G oyó tantas veces a su novio, Emmanuel —Anuel AA, para los fans del artista— hablar del «bichote», para referirse a un hombre duro ante el que hay que andar con cuidado, que ella misma se preguntó por qué no se hablaba nunca de una «bichota» para referirse a una mujer. Si no las había, ella se encargaría de ser la primera.

Y lo logró. Con la canción «Bichota», su éxito más reciente, no solo ha hecho que se use el término en países de habla hispana diferentes a Puerto Rico (tierra que vio nacer a su novio), sino que en cuestión de pocos meses, desde el lanzamiento de esa canción, Karol G y bichota se convirtieron en sinónimos. Puede ser que se sigan refiriendo a ella con esta palabra por mucho tiempo y lo celebrará, seguramente, a juzgar por las entrevistas que ha dado.

No siempre Karol G —cantante de reguetón y trap, nacida en Medellín con el nombre de Carolina Giraldo Navarro hace 29 años— cantó letras fuertes o provocadoras para algunos.

“Salgo acicalá’ de pie’a tope. Porque puede ser que con el culo mío te tope’, tope’. Me siento bichota sin salir del bloque. To’ me quieren partir y no tienen con qué”.

Se vale admirarse de que esa canción sea interpretada por la misma niña de 14 años que en el 2006 se dio a conocer ante los colombianos por su participación en el Factor Xs. Desde esa experiencia hasta «Bichota», el camino ha sido largo. Después del reality que buscaba talentos infantiles fue corista del artista urbano Reykon y su primer éxito local fue una canción a dúo con él titulada 301.

“Al principio era una cantante de música urbana súper fresa, hasta que en algún momento le fui infiel a la pareja que tenía entonces y dije: ‘voy a hacer una canción de esto’ ”, recordó en entrevista con Ángela Janiot para Univisión.

Poco después grabó «Ahora me llama», acompañada con Bad Bunny, lo que no era un logro pequeño. Y empezó a posicionarse entre las grandes estrellas femeninas del reguetón (que siguen siendo pocas).

Pero esa canción apenas era el comienzo de una sucesión de éxitos que, en un tiempo relativamente corto —dos años—, la han convertido en una superestrella mundial, categoría respaldada por cifras: cuando Spotify anuncia que «Tusa» —su dúo con Nicki Minaj— ha sido la canción latina del 2020 en el mundo lo hace porque tuvo 900 millones de reproducciones.

Si Billboard la proclama artista femenina nº 1 del año, por segunda vez consecutiva, es porque la misma canción se apoderó del primer lugar en sus listas latinas (latin airplay, latin pop airplay, latin rhythm airplay) y «Bichota» termina el año en el nº 6 de su listado global.

En el 2020, Karol G ha llegado al Hot 100 —una de las listas más importantes de Billboard— con tres de sus canciones: «Tusa», «Ay, DiOs Mío!» y «Bichota». En YouTube también ha tenido cifras gigantes. «Bichota», lanzamiento del 26 de octubre, ya superó los 100 millones de visualizaciones.

Su camino no ha estado libre de críticas. Tampoco de la fuerte intromisión en su vida privada por parte de los medios, algo que se multiplicó por dos al ser pareja de Anuel AA, otro famoso del reguetón. Pero Karol G hizo el “curso” de aprender a enfrentarse al público desde muy pequeña y a no dejarse detener por negativas.

Una mujer en el reguetón

Para la historia quedaron esas veces tocando puertas, al lado de su padre,  Guillermo Giraldo, que en sus comienzos fue su inseparable mánager. Una vez, al comienzo, llegaron a una disquera a mostrar su música y algún alto ejecutivo le decía: “¿Tú ves esto? Es una mujer cantando reguetón. Eso no va a pasar”. Ella contaba en entrevistas que pasaron siete años antes de que la llamaran de la misma empresa a hacerle una propuesta. En ese lapso alcanzó a dejar la música y se fue a Nueva York a estudiar Mercadeo, pero volvió más convencida.

Hizo canciones como «Amor de dos»al lado de Nicky Jam (2013); «Ricos besos y Mañana», en compañía de Andy Rivera, en el 2014, y una canción con fragmentos de «Mil horas«, de Los Abuelos de la Nada, titulada «Ya no te creo», entre otros hits locales.

En el 2018, cuando el reguetón empezaba a tomarse en serio a estrellas femeninas, la invitaron a participar en una canción junto con Natti Natasha y Becky G. Al comienzo aceptó, pero ya avanzada en grabaciones se retiró del proyecto alegando que no estaba de acuerdo con el mensaje que daba. Afirma que no canta “las canciones que no pueda defender con orgullo”.

Aunque letras suyas posteriores como algún dueto con su novio —sobre todo por una foto de ambos en la cama como imagen— le valieron críticas, la tildaban de tener doble moral. “Yo sabía que esa canción sería un éxito desde el día 1 —explicó—. Pero cambiaron el coro a que ‘fumábamos marihuana sin pijama’. Si yo no fumo marihuana, para qué voy a cantarlo si no lo hago”.

Apenas se retiró del proyecto, agregó, llegó «Mi cama«.

En esa canción, una mujer le dice al hombre que la dejó que si esperaba verla triste y sola. En contraste, afirma que su cama no deja de sonar y la música hace «gráfico» el sonido de dicho movimiento. “Aquí va a ser donde esto se va a conmocionar —dijo la artista—. La revolución es una mujer diciendo que su cama no para de sonar”.

El estrellato estaba cada vez más cerca. Tusa vino después y puso la vara muy alta. Al principio había descartado la idea de grabarla. Su productor, Ovy On The Drums —otro talento colombiano con el que ha trabajado en equipo varios de sus éxitos— se la presentó un día, pero no se conectó con la letra. Tuvo que pasar un año para que volviera a preguntarle: “Oye, ¿qué pasó con esa canción que hablaba de una tusa?”. Le gusta contar la historia porque siente que la obra la estaba esperando. Y la cantó con Nicki Minaj, no podía pedir más.

Las cifras subieron, los números uno eran simultáneos en países a los que la colombiana ni había soñado llegar. “Para mí hubo un antes y un después de Tusa”, ha dicho. Le abrió camino en el mercado anglo y en el resto del mercado hispano tuvo que explicar —como ahora explica Bichota— que tusa en Colombia es un término para referirse a un desconsuelo incontenible por una pena de amor. No importaba, era ya un éxito mundial aun sin explicarla.

Se volvió la canción infaltable de sus conciertos como estrella principal y única (dejó de ser una invitada más en festivales). Quienes la entrevistaron desde entonces le preguntaban si sentía el vértigo de haber llegado muy arriba y no saber qué hacer después. A comienzos del 2020 respondía que ese tema le había permitido recoger lo sembrado, pero ya: “A Tusa la amo, le agradezco, pero ya fue. Hago borrón y cuenta nueva para trabajar en lo que viene”.

Y lo siguiente era «Ay, Dios Mío!» Contaba la artista paisa que se había sentado a escribir una canción con Danny Ocean y que él había empezado con la frase: “Ella me escribió y me dijo a mí…”

Al oírla dijo que prefería más bien cantar la historia de cómo conoció a Annuel AA. La letra parte del primer mensaje que el puertorriqueño le escribió en redes sociales y recrea la inolvidable primera cita, una noche entera de baile y el comienzo de una relación que ya supera los dos años.

“Todos estaban esperando a ver qué venía y teníamos listas otras colaboraciones importantes, pero decidí que era el momento de «Ay, Dios Mío!» —le dijo a Efe cuando la canción llegó al top 15 de más vistas en el mundo en YouTube, en septiembre—. Quería saber qué tan lejos podíamos llegar y ver el verdadero alcance de Karol G”. Y se declaró sorprendida por el resultado.

Ser bichota

Ahora, predica que ser «bichota» es tener el control de sí misma, por eso quiere representar a las mujeres. A lo largo de su carrera no ha dejado que nadie le diga hasta dónde puede llegar, ni cómo —el novio la acompaña a grabaciones, pero no interviene en la parte creativa, tampoco ella lo hace de vuelta—. Se demostró entonces que no necesitaba unirse a otro artista más grande para que le abriera camino y que ya lo puede hacer por gusto.

Karol G, la niña que soñaba con ser una estrella como Britney Spears, hizo su camino sin imitar a esta artista, pero reconociéndola como inspiración. Ahora se prepara para cerrar el año como una de las pocas mujeres latinas invitadas a la celebración global de fin de año de YouTube Originals, Hello 2021, en la que también estará J Balvin.

“Un día entendí que si quiero vivir de esto que hago, de la música que escribo, debo cantar algo que me represente —dijo alguna vez—. A veces soy dulce, a veces más sensible. Se trata de mostrar todos los momentos de la vida, incluso aquellos en los que no hablo bien o estoy enojada”.

Y puede ser que sus letras a algunos le suenen fuertes, pero Karol G ha sido fiel a esas palabras.

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