Me quiero referir a esta buena noticia para los venezolanos como es la renovación del mandato de la Misión de Determinación de Hechos para Venezuela. Ellos fueron los que redactaron el informe que señala a Maduro y sus funcionarios como un gobierno genocida perpetrador sistemático de crímenes considerados de lesa humanidad. El hecho es que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU con el apoyo de 22 países, la abstención de otros 22 y la negativa de 3 que incluye el mismo régimen de Maduro, ha respaldado la continuidad de esta Misión y por lo tanto la vigencia del Informe de determinación de responsabilidades en violaciones de derechos humanos en Venezuela, significa que continúa la investigación sobre estos hechos lamentables que han enlutado a cientos de miles de venezolanos y que son la peor tragedia nacional vivida por los venezolanos en tiempos modernos cuyo único responsable es el régimen de Maduro, y entiéndase esto como el conjunto de funcionarios del régimen con Maduro a la cabeza que están siendo señalados por delitos de lesa humanidad.
Lo revelador de la extensión del mandato de la Misión es que promete una actividad de seguimiento que dará como resultado reportes que seguramente engrosara nuevos nombres a la lista de denunciados, naturalmente ahora que el público conoce de la existencia de este mecanismo veremos circular muchas solicitudes con información apremiante de sucesos no conocidos que constituyen evidencia contra funcionarios del régimen.
Habida cuenta de que Venezuela está prácticamente a merced de este régimen genocida que emplea nuevas técnicas para encubrir sus crímenes, creando matrices de opinión con el propósito de distraer a la opinión pública, mintiendo al decir que las acusaciones y denuncias que les señalan forman parte de una estrategia de Estados Unidos que busca declararles culpables en un juicio político y que la realidad objetiva es que en Venezuela no está pasando nada.
Ha sido de ese modo que el régimen de Maduro ha maquillado todo el andamiaje de tortura que rodea a su gobierno, bajo el pretexto de persecución política de la derecha internacional ha logrado atraer potenciales apoyos de factores dentro de la centroizquierda mundial, particularmente es visible en España, lo cual le ha permitido permear el blindaje de sanciones de la Unión Europea, pero además han logrado un nivel de reconocimiento instrumental fáctico obligando a los países a una negociación que no incluye de ninguna manera la salida de Maduro, pese a todo el impacto del Informe de la ONU, sino una relegitimación de su gobierno por medio de la convocatoria de sus elecciones parlamentarias, que consecuentemente dará con la continuidad de su proyecto hegemónico y tiránico, ahora teniendo como nuevos invitados a buena parte del liderazgo opositor.
No conforme Maduro ahora mismo ha logrado revertir algunos avances en el rescate de bienes de la república que ha logrado el gobierno de Guaidó, y me estoy refiriendo específicamente a la reciente decisión del tribunal Inglés que anula el fallo que le daba acceso a Guaidó a los lingotes de oro depositados por el BCV en Reino Unido, lo cual es una mala señal para el futuro de esta iniciativa global por la liberación de Venezuela.
Así que, por muy triste que sean para los venezolanos todas estas noticias sobre el régimen y lo que significa que les estén oxigenando su estrategia de permanencia, lo cierto es que ha sido un duro golpe para ellos la presencia de la Misión, porque al final es un aval de sostenimiento de la vigilancia internacional sobre el comportamiento del régimen de Maduro en materia de derechos humanos, y es particularmente útil cuando la observancia internacional llega a los ciudadanos comunes, que son los más expuestos y vulnerables a las atrocidades de los funcionarios de Maduro. La utilidad de la Misión de la ONU la pudimos comprobar recientemente en las protestas contra el desabastecimiento de gasolina, cuando vimos en las redes sociales cómo funcionarios del régimen de Maduro –actuando en conjunto con los colectivos– intimidaban y secuestraban a manifestantes, incluso dentro de sus casas, pero las organizaciones de derechos humanos publicaban en las redes sociales estos acontecimientos mientras invocaban la vigencia del informe de la ONU y tan solo esto sirvió como un dique de contención para controlar las agresiones de Maduro.
Así que definitivamente esta Misión es muy importante para los venezolanos, es una garantía de vigencia del derecho internacional que incluso va más allá de los intereses políticos de los países. En este sentido ha sido consistente la votación de España a favor de la resolución, al igual que lo hicieron Argentina, Brasil y Perú; no así fue bien recibida por la opinión pública internacional la abstención de la delegación mexicana, que justificó su votación bajo el argumento de que la Misión de la ONU actúa políticamente.
Lo cierto es que son innegables las evidencias presentadas por la Misión, que además están debidamente soportadas y reposan sobre la mesa de los representantes de los países. Con respecto al caso mexicano, los venezolanos no esperamos convencerles de una serie de hechos que no necesitan explicación, porque las víctimas existen, las pruebas son determinantes y están liberadas al alcance para su escrutinio, no hay tintes políticos en estos fatídicos resultados. Hay toda clase de víctimas de todas las facciones, así que lamentablemente lo que creo es que son ellos, los miembros de la delegación mexicana, los que utilizan el prisma político. Ellos no han recurrido a la conocida tradición mexicana en materia de relaciones internacionales de imparcialidad y objetividad así que es poco lo que podemos esperar en el futuro de esta delegación para el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
Lo de Maduro es definitivamente un régimen delincuencial que si tiene la oportunidad va a seguir cometiendo crímenes horrendos y esta Misión de la ONU ha comprobado su valía como mecanismo de control del régimen.
Quiero llamar la atención sobre la representación de Maduro en este Consejo y lo que ellos hacen en nombre de Venezuela. En efecto el señor Valero, representante del régimen genocida, fue el único que votó en contra de una resolución de la ONU que buscaba proteger a la población siria, permitir el acceso humanitario, cumplir con obligaciones del derecho internacional sobre los derechos humanos y desistir del uso de armas químicas. Tan solo imaginen ustedes que de más de 47 países, solo Venezuela votó en contra.
La conclusión tiene pocas palabras, es todo un bochorno la actitud de Carlos Valero, el representante de Maduro en el Consejo, incluso países en guerra y bajo vigilancia de violación de derechos humanos como Burkina Faso, Filipinas y Sudán se abstuvieron mientras Venezuela votó en contra. Naturalmente que esta defensa férrea del régimen de Siria es otro elemento que se debe considerar en este escrutinio del comportamiento del régimen en materia de derechos humanos, pero también dice mucho de los intereses de este país dominando la política exterior del régimen de Maduro.
Nuestro caso es francamente complejo, se ha convertido es un entramado de intereses de potencias extranjeras. Venezuela es hoy receptora y deudora de la banca china, tiene apoyo militar y también deudas con los rusos, pero además ha creado un holding de intereses con mucho dinero, oro, petróleo y diamantes en la mesa con los iraníes, indios y sirios, y aún no sabemos cuántos lobbies políticos están activos y a la espera de oportunidades dentro de países democráticos en la Unión Europea y Estados Unidos.
Cuando observamos esta situación, la forma como los países apoyan resoluciones que pueden constituirse en activos para que mañana sean invocadas en favor de determinadas acciones, que en el caso de los exiliados políticos y de nuestras familias dentro de Venezuela un documento del calado y la importancia del Informe de determinación de responsabilidades en violaciones de derechos humanos de la ONU pudiera conducir a la liberación de 30 millones de rehenes, y que sería nuestro deseo incluso que esta liberación fuera inmediata, que la ONU organizara una acción al estilo Kosovo para proteger a los venezolanos. Al tomar conciencia sobre esta Misión le damos importancia a estos mecanismos internacionales; sin embargo, otra realidad es que en ocasiones a veces siento que la gente no tiene ni idea remota de lo que estamos jugándonos los venezolanos y entre nosotros creamos disputas y divisiones ajenas por completo a un espíritu de unidad nacional, así que conviene repasar algo de historia y vernos en el espejo de la Hungría del Pacto de Varsovia, porque estos países esperaron 40 años antes de que sus ciudadanos pudieran ver la luz de la libertad y cayeron no por una intervención militar, sino producto de la ruina económica que hizo insostenible el socialismo soviético, así que creo que es mucho lo que aún tenemos por hacer. Empecemos intentando un nivel de tolerancia y unidad.
Hemos llegado al final de nuestra columna de la semana, nos leemos en una próxima oportunidad, aquí en El Nacional. See you them
@estebanoria
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