La Conferencia Episcopal Venezolana pidió este jueves que se elabore con urgencia una hoja de ruta para la flexibilización de la cuarentena, con la participación de todos los sectores sociales del país.
La Iglesia resaltó la necesidad de que los trabajadores puedan movilizarse, de que se reactive la economía y el comercio, así como la reincorporación a otras actividades. Todo con el debido cumplimiento de las normas sanitarias.
«No se puede administrar la crisis solo como un arma de control social y político», manifestó la conferencia en un comunicado.
Resaltó que la caída de la capacidad de producción y distribución de bienes se agrava porque muchas empresas y comercios, que venían debilitándose antes de la llegada del covid-19, no pueden pagarle a sus trabajadores.
«Económicamente vemos al país a la deriva. Sin el sustento diario, habrá más hambre y sufrimiento en las familias. El país está cerca de una quiebra económica de grandes proporciones. El malestar de la gente por las múltiples carencias se ha expresado en diversas protestas que, en ocasiones, han sido reprimidas con violencia», expresó.
La CEV señaló que las actuaciones de algunos cuerpos de seguridad constituyen en muchos casos violaciones a los derechos humanos. Rechazó también el hostigamiento a líderes, periodistas y médicos; además de la persecución y el encarcelamiento de activistas políticos.
«Hay que agradecer a los médicos, enfermeras y trabajadores del sector salud por los esfuerzos que están haciendo al prestar la debida asistencia a los enfermos, sin contar muchas veces con los medicamentos, equipos e insumos ni con la necesaria agilización del expendio de combustible para el cumplimiento de sus funciones», dijo.
La Iglesia manifestó que la pandemia ha dejado en evidencia las múltiples carencias que sufren los venezolanos y la incapacidad de las autoridades para dar respuestas adecuadas ante la situación.
«Escuchamos en medio de la cuarentena social un inmenso clamor que sube al cielo ante el desamparo de millones de hombres y mujeres sin recursos económicos, sin comida, sin medicinas, sin trabajo, sin servicios adecuados de electricidad, agua, transporte, gas doméstico y combustible. Nuestro pueblo, todo, sin distinción, está inmerso en una cadena de calamidades», expresó.
La Conferencia Episcopal Venezolana pidió a todos los factores políticos y a las distintas instituciones que hacen vida en el ámbito nacional que busquen soluciones concertadas para sacar al país de la crisis en el que está sumergido.
«Venezuela no podrá salir de esta situación si el pueblo todo no interpela definitivamente a las autoridades y al conjunto del liderazgo político, social y cultural, y se declara en emergencia nacional. Es urgente superar la actual exclusión política, social, económica y hasta espiritual, con la conciencia y voluntad inequívocas de un cambio fundamental acordado con el máximo de legalidad y legitimidad, sin violencias y en paz», dijo.
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