El consejero delegado (CEO) del grupo Air France-KLM, Benjamin Smith, consideró este sábado que la vuelta a la normalidad de la actividad tras la crisis del coronavirus tardará «al menos dos años».
Y añadió que durante «mucho tiempo» presentará una oferta reducida de vuelos.
«Actualmente, la actividad de Air France solo es entre un 2 y 3 % del programa normal de abril», indicó en una entrevista en el diario económico «Les Échos».
Allí calificó de difícil ese retorno a los niveles habituales «antes de dos años, puede incluso que más».
«Debemos esperar a la reapertura de las fronteras europeas, posiblemente hacia finales del verano, para poder relanzar nuestro programa de largo recorrido, que se resume de momento a algunos vuelos de repatriación y carga. Será necesaria también la reapertura de las fronteras de países importantes para nosotros, como Estados Unidos», dijo.
El consejero de Air France dice que hay que reducir la frecuencia de sus trayectos
Smith añadió que «durante mucho tiempo» deberán reducir la frecuencia de sus trayectos.
Recalcó, no obstante, que en destinos destacados como Tokio, Los Ángeles o Nueva York tienen flexibilidad para adaptarse y mantener los vuelos diarios.
Por ejemplo mediante el reemplazo de los A380 por aparatos que transporten menos pasajeros.
El directivo admitió que muchas empresas no resistirán la crisis provocada por la pandemia de coronavirus.
Dijo que su prioridad es consolidar la posición de Air France en el mercado francés, «que todavía ofrece importantes posibilidades», y convertir su filial regional HOP! en una compañía rentable.
Préstamos para sortear la crisis
Smith consideró que los préstamos bancarios y del Estado francés por valor de 7.000 millones de euros anunciados este viernes les otorgan los medios de atravesar el periodo más difícil estos próximos meses.
Período en lo que la liquidez corría el riesgo de alcanzar un nivel «crítico».
Esa cifra les facilitará igualmente el cumplimiento de su plan de transformación, presentado en noviembre.
«Debemos hacer que esta crisis sea la ocasión de hacer reformas estructurales que algunos competidores ya han hecho», dijo Smith sobre una hoja de ruta que se ha marcado reducir un 50 % sus emisiones para 2030, proseguir la renovación de su flota y utilizar en la medida de lo posible biocarburantes.
El CEO se comprometió a que el impacto social de la transformación de Air France y de una caída duradera de la actividad «sea el mínimo posible».
«Somos una empresa responsable y nuestros trabajadores son nuestro principal activo. Lo último que queremos es perderlo», señaló en «Les Échos», donde destacó que se barajan planes de salida voluntarios en un primer momento y de formación y cambios para los que se queden.
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