En Occidente se maneja una imagen diferente de Jesús de Nazareth. Tanto historiadores y documentales de cadenas como Discovery Channel concuerdan en que fue un hombre moreno, de pelo corto, barba frondosa y contextura robusta. Pero el director italiano Franco Zeffirelli presentó hace 43 años su propia versión del Mesías, que sirvió como referencia.
La representación la hizo el británico Robert Powell en una miniserie de cinco capítulos que se considera un clásico en Semana Santa, Jesús de Nazareth, en 1977. Un papel que tuvo gran incidencia en su trayectoria.
Al principio, el director quería a un gran rostro para el personaje. La BBC señala a Dustin Hoffman o Al Pacino como posibles candidatos. Sin embargo, cuando Powell se presentó para el papel de Judas, Zeffirelli pensó que su físico podía coincidir más con las imágenes religiosas de Jesús. Así empezaron ambos la creación del personaje del hijo de Dios, reseña el diario El Mundo.
«Queríamos combinar el Cristo divino con el humano. Pero descubrimos que no era posible. En el momento en el que comienzas a interpretarlo como una persona real, pierdes la divinidad. Y el elemento más importante de esta historia es que el personaje tiene que ser extraordinario», comentó Powell a History en 2017.
Tras su estreno, Jesús de Nazareth obtuvo nominaciones al Emmy y a seis premios BAFTA, además de convertirse en una de las películas religiosas más vistas de todo los tiempos.
«Creo que el papel y la película han tenido gran impacto porque fuimos poco específicos en nuestro enfoque de Jesús. Le presentamos a la audiencia algo con lo que podían trabajar: un Jesús para todos. Nunca nadie me ha dicho: ‘Así no es como me lo imaginaba», confesó Powell hace tres años.
No obstante, la representación de Cristo también trajo fuertes consecuencias para Powell. Incluso solía ser confundido con el mismo nazareno.
«Una vez estaba en Venezuela grabando una serie italiana, era Semana Santa y todos mis compañeros fueron a una misa en Puerto Ordaz. Y cuando volvieron, todos estaban riéndose en el almuerzo, diciendo: ‘Qué bueno que no nos acompañaste a la iglesia, porque, detrás del altar, la imagen que veneran es la tuya‘. Era una imagen de una revista», contó al programa The Wright Stuff en 2017.
Medios dijeron que el actor se comenzó a sentir confundido y que le costaba deshacerse de su personaje de Jesús. Powell nunca confirmó estas especulaciones.
También hizo frente a otros problemas, que involucraron su vida privada. Cuando hizo el papel de Jesús, Powell estaba viviendo con su novia, pero sin haber formalizado su relación.
«Él tuvo que lidiar con el hecho de convivir con una mujer sin haber contraído matrimonio. Después de que se supo que sería el Mesías, aparecieron titulares como ‘Jesús vive en pecado con su novia», publicó el periodista Quentin Falk en su libro Extraños, pero ciertos, momentos en la historia de la televisión.
Al final llegó al altar con la única mujer de su vida: la bailarina Barbara Lord. «La conocí cuando bailaba en el grupo Pan’s People. Ella era muy glamorosa, aún lo es, y nos enamoramos muy rápido«, confesó el actor a The Guardian en 2014, además de hablar sobre sus dos hijos, Barney y Kate, su nieto Oscar y los dos perros Cockapoo con los que vive.
Después del éxito de Jesús de Nazareth, realizó más de 30 producciones. Pero no volvió a destacarse en el cine o en la televisión. También prestó su voz para animaciones y documentales.
A sus 75 años de edad, Powell se define como una persona tranquila, a la que le gusta la cerveza y no puede vivir sin Google Maps.
«(Me parece) increíblemente deprimente que, como otra gente, me desespere cuando no veo mi teléfono. Estoy pegado a él gran parte del tiempo y me gusta ver Twitter y Facebook», confesó al Express en 2017.
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