Durante la cuarentena no importa lo que se haga, la ansiedad hará que las personas vayan a comer. Ya sea mientras se teletrabaje o se mire el celular, ese antojo puede nublar la mente. Habría que ver, sin embargo, a qué responde esa necesidad del cuerpo. Es probable que se trate de ansiedad y caer en ella, más allá de sumar un número en la balanza, puede generar enfermedades a mediano y largo plazo.
Especialistas en nutrición y psicología dieron algunas pautas de cómo disminuir la ansiedad de comer durante la cuarentena y diferenciarlo con el hambre de verdad.
Ansiedad
La psicóloga Ana María Sotomayor explica que es un “estado emocional que se acompaña de cambios somáticos expresados a través del cuerpo. Y cambios psíquicos expresados a través de pensamientos y emociones”.
La especialista añade que este estado emocional es “inherente al ser humano, pero podemos considerarla patológica cuando se presenta de forma irracional, injustificada e inmotivada”.
Es inherente al hombre porque es una de las emociones más primitivas, y tiene una relación con la supervivencia de la especie humana. Desde la época de las cavernas, ha permitido reaccionar para huir o enfrentar los peligros o amenazas que se encuentran en el ambiente. En esta temporada, en la que se debe estar en casa, es normal sentir ansiedad por el futuro incierto que se viene.
La psicóloga Katherin León Olórtegui complementa que es importante diferenciar un trastorno de ansiedad de un episodio. “Se tiene que evaluar la frecuencia, la permanencia e intensidad. Lo primero es una condición de la persona ya sea genético o a raíz de un suceso que lo desencadenó. Mientras que el episodio se da debido a un suceso en específico que pasado un tiempo corto se va y la persona vuelve al equilibrio”, indica.
Las situaciones desencadenantes pueden ser múltiples, como por ejemplo el estrés por la carga laboral, relaciones interpersonales, pandemia, delincuencia, entre otros. Identificarlos también permite disminuir los niveles de ansiedad.
Comer por ansiedad
Luego de tener un episodio de ansiedad y por no haber aprendido a identificar y mostrar las emociones, muchos lo expresan a través de la relación que tienen con la comida. “Algunas pueden tener emociones reprimidas o no aceptadas. Cuando esto sucede aparece el hambre emocional”, indica Claudia Tassara, psicoterapeuta y neuroeducadora.
El hambre emocional se define como el acto de comer sin tener hambre sino una necesidad emocional tales como la ansiedad, que se gestiona por medio de la comida. “El hambre emocional está vinculada a una sensación de vacío urgente y muy incómodo que debe llenarse con comida para sanarse. Es importante aprender a diferenciar el hambre real o fisiológico del hambre emocional”, comenta Tassara.
La psicóloga Andrea Montalvo añade que no solo la ansiedad hace comer de manera compulsiva. “Hay otras emociones que tienen el mismo efecto, como son la tristeza, el miedo e, incluso, la alegría. Por eso, en psicología existe el concepto de hambre emocional, que es esta idea que engloba la actividad de comer no por hambre real o fisiológica, sino empujados por las emociones”, agrega.
Cuando las personas comen dirigidos por una emoción, se suele echar la culpa a esa emoción. Sin embargo, “la realidad es que la ansiedad es una respuesta a algo que nos está sucediendo realmente. Algo que nos afecta de manera emocional y que no sabemos cómo podemos manejar, controlar o enfrentar», explica.
La comida se vuelve un espacio seguro, pues es algo que sí se puede controlar y que genera placer. “Podemos decidir qué comemos, cuándo y en qué cantidad. Esta sensación de control ayuda, de manera superficial, reduce, momentáneamente, la intensidad de la emoción incómoda que dicha situación nos genera”, añade Montalvo.
Sin embargo, esas ganas de comerse todo el refrigerador, suelen traer problemas después, ya que se generan sentimientos de culpa y esto se puede convertir en algo mucho más difícil de controlar.
Consejos para no comer por ansiedad
La nutricionista Adriana Carulla explica algunos consejos para que, en estos días de cuarentena, se controle la ansiedad por comer.
- Respira y analiza la situación. Pregúntate si estás aburrida o sientes un vacío emocional. Pregúntate si comerías una ensalada o una fruta; y si definitivamente no es el caso, no tienes hambre, tienes ansiedad.
- Come alimentos saludables. La mejor forma de lograr un balance en la alimentación es considerar, en lo posible, consumir productos altos en proteína y fibra, como verduras, huevos, cereales integrales, menestras, frutas.
- Procura estar en movimiento dentro de casa. Los espacios libres en casa pueden ser reducidos. Sin embargo, podemos mantener la mente ocupada haciendo ejercicios, rutinas de baile, yoga o estiramiento. Esto produce endorfinas que nos hará sentir bien y de paso oxigena nuestros músculos y cerebro.
- Evitemos productos altos en azúcar. Cuando tenemos hambre, pero “no sabemos de qué” es porque nuestro cuerpo nos está pidiendo nutrientes, que normalmente no le proveemos. En su lugar solemos darle golosinas o alimentos vacíos que solo nos provocan ansiedad.
- Mantén siempre una actitud positiva: enfrenta la realidad de la mejor manera posible, no lo vuelvas negativo. Muy por el contrario, busca algo positivo de todo esta situación y aprovecha el tiempo en descansar. Leer libros que tenías pendiente, ver películas en familia, preparar recetas saludables que tanto guardaste en el cajón, organizar tu armario, ordenar, arreglar lo que ya no uses, entre otras actividades.
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