La cifra de feminicidios en Venezuela en lo que va de 2020 es alarmante. En un garaje y metido dentro de un saco estaba el cadáver de Anubis Contreras, de 10 años de edad.
La niña fue raptada por un adolescente de 16 años el 6 de enero después de jugar con varios amiguitos frente a su casa, ubicada en el barrio Pueblo Nuevo en el municipio Libertador, estado Mérida.
El adolescente se llevó a la fuerza a Anubis a la casa donde vivía con una tía. En una habitación, la amordazó con un trapo, abusó sexualmente de ella y le causó múltiples lesiones en el cuello con una tijera, de acuerdo con la versión policial.
Solo en los primeros 10 días de 2020, en Venezuela se cometieron alrededor de 8 feminicidios. Pero varias organizaciones feministas consultadas por El Nacional temen que los números sean más alarmantes si se toman en cuenta los posibles casos que no han sido visibilizados.
«Es una realidad que las organizaciones feministas hemos denunciando desde hace años tanto la grave situación del acceso a la justicia como la ausencia de programas de prevención», dijo Magdymar León, coordinadora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa.
La muerte de Geraldine Quintero, de 16 años de edad, también conmocionó al estado Mérida. Cuatro jóvenes, con edades comprendidas entre 19 años y 20 años, fueron detenidos por funcionarios de la policía científica por el asesinato, ocurrido también el 6 de enero en el municipio Libertador en Mérida.
Las autoridades localizaron el cadáver carbonizado dentro de un maletín en una zona boscosa. José Hernández, con quien Quintero mantenía una relación amorosa, le dio un tiro en la cabeza en medio de una fuerte discusión.
La organización Tinta Violeta registró en Venezuela más de 140 feminicidios en 2019.
«Hay una debilidad institucional importantísima en el acceso a la justicia y en la protección a las mujeres. Estamos ante un sistema de justicia que no está siendo eficiente a la hora de proteger y sancionar. Entonces, se está generando una cultura de impunidad porque no se sancionan estos delitos», expuso León.
La experta subrayó que la situación, desde el punto de vista institucional, no ha variado. Alegó que existe un patrón que se presenta con el agravante de que las víctimas son muy jóvenes.
«Vemos un patrón en el que hay violencia sexual: niñas o adolescentes que son violentadas sexualmente, torturadas y terminan siendo asesinadas por agresores también jóvenes. Prolifera la idea de que esto es permitido y se promueve la cultura de la violación», dijo.
En Venezuela no se conoce la magnitud de la situación por las vías oficiales: desde 2016, el Ministerio Público no publica las cifras sobre feminicidios cometidos en el país. En ese año, aseguró León, hubo impunidad en más de 99% de los casos; es decir, ni siquiera 1% de las denuncias llegó a juicio.
«No publican datos sobre nada. La realidad debe ser tan espeluznante que ellos mismos no la publican«, resaltó.
León, también miembro de la organización Mujeres al Límite, dijo que la responsabilidad recae sobre el Estado venezolano al vulnerar los derechos de la mujer. Esta situación, prosiguió, la han presentado ante diversas instancias de la ONU, que han exigido la ejecución de programas.
Un informe publicado por la organización Mujeres al Límite correspondiente a 2019 señaló que 58,6% de las mujeres sufre violencia por parte de sus parejas actuales y 7,7% son agredidas por sus ex parejas.
Solo 32,14% de las mujeres que vivieron violencia presentaron las denuncias ante los órganos encargados.
Venus Faddoul, directora de la organización 100% Estrógeno, afirmó que Venezuela tiene una situación de normalización de la violencia debido a que, aun teniendo una ley, resulta difícil aplicarla porque la cultura misógina y machista no lo permite.
León advirtió que en Venezuela los operadores de justicia no saben cómo hacer funcionar la ley, por lo que cada quien hace lo que le parece.
«Se dice mucho desde el gobierno, que son feministas, pero no es cierto. La ausencia de reglamentos indica claramente la falta de políticas del gobierno para abordar esta problemática; tampoco existe un plan de prevención de la violencia contra las mujeres. Es falta de voluntad política«, aseguró.
Faddoul manifestó que la violencia se ha normalizado en Venezuela y precisó que el país se encuentra entre los primeros 15 en el mundo con más feminicidios.
Karol Moreno, de Mérida Feminista, resaltó que el Estado venezolano no tiene el compromiso real de generar las políticas y de mantenerlas en el tiempo para prevenir y sancionar la violencia de género.
«Vemos que muchas víctimas prefieren no denunciar porque temen a la impunidad o que su agresor quede en libertad. Las que sí denuncian sufren violencia institucional por parte de los funcionarios que toman la denuncia», criticó Moreno.
Feminicidios en Venezuela: la crisis
Además de la debilidad institucional en Venezuela, León indicó que la situación de emergencia humanitaria hace que la violencia aumente en sus diversas manifestaciones, incluida la agresión contra la mujer.
«En todas las emergencias humanitarias complejas ocurre un fenómeno que es el aumento de las brechas de género y en estas crisis crece la violencia sexual», dijo.
La coordinadora de la Avesa señaló que hay un aumento de la trata y el tráfico de personas, prostitución forzada y pornografía. Indicó que estas situaciones ocurren en Venezuela por la mayor vulnerabilidad generada por las condiciones del país.
«Vemos cómo muchas veces captan a las venezolanas bajo coacción, engaño o presión. También es cierto que surge el fenómeno del sexo por supervivencia. Entonces, que una mujer recurra al sexo por supervivencia supone mayor vulnerabilidad», expresó.
León puntualizó que la migración venezolana también ha dejado a muchos jóvenes solos porque sus padres salieron del país, debido a la crisis y no hay instituciones que respondan por estas ausencias.
«Todo eso está abonando para que ocurran esos delitos», expuso.
Dijo que la grave situación tiene que ver, por otro lado, con una cultura machista patriarcal que se suma a todo el debilitamiento de las instituciones, del sistema de justicia, de la educación y la familia.
«El hecho de que un joven piense que puede utilizar a una chica para su placer sexual, eso es machismo. Y que no se conforma con violarla, sino que la mata. En el caso de Anubis hubo violación sexual», alegó.
Los otros feminicidios, término también utilizado por el silencio del Estado y los altos índices de impunidad en los casos, ocurrieron en los estados Aragua (1), Miranda (2), Falcón (1), Lara y Carabobo (1), de acuerdo con las cifras del Observatorio Venezolano de Violencia que señala Comunicación Continua.
«Por estas cosas somos feministas, porque si no lo vemos nosotras es probable que otra gente no lo vea. Hay que seguir trabajando porque la ley no funciona, porque hay impunidad, por la crisis, porque no tenemos un plan. Estos problemas derivan de malas políticas públicas y de entornos en los que prolifera la violencia contra las mujeres y en los que todos tenemos un poco de responsabilidad», finalizó León.
@Luisdejesus_
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