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La leyenda Luis Scola fue galardonado con el Olimpia de Oro

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Luis Scola es un personaje que está más cómodo fuera de las luces, pero acepta sin demasiados complejos su condición de prócer deportivo.

Su vitrina está abarrotada de reconocimientos y anoche fue distinguido con el Olimpia de Oro, como el mejor de 2019, pero en realidad lo que representa Luis Scola, a los 39 años de edad, trasciende a cualquier trofeo o galardón.

El capitán del seleccionado argentino fue campeón olímpico en Atenas 2004 y sub campeón del mundo en 2002 y en 2019, apenas una parte de su legado.

Desde Milan, con Olimpia como su casa, Scola aceptó hablar con La Nación para contar las sensaciones de una nueva distinción.

Aunque en realidad, su presente en el baloncesto italiano, de la mano de Ettore Messina y su tremendo rendimiento en la élite del deporte europeo, concentró la atención del diálogo con el basquetbolista al que todos señalan como un estandarte del deporte argentino desde hace muchísimos años.

El abrazo de dos leyendas: Scola y Ginóbili, después del triunfo de Argentina contra Francia, en la semifinal del Mundial de China Crédito: @cabboficial

Luis Scola se enfoca en su presente

Sabe manejar muy bien cómo comunicar y entiende bien el juego. Evitó hablar de la situación de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB) y del cambio de conducción, se alejó de las especulaciones sobre su futuro y prefirió enfocarse en su presente.

No se aleja de la emoción, agradeció la distinción del Círculo de Periodistas Deportivos, sus padres Mario y Alicia, recibieron el Olimpia de Oro y desde Italia, Luis supo cómo dejar un mensaje.

¿Qué significa para un deportista ser reconocido con el Olimpia de Oro?

Ganar el Olimpia de oro es un orgullo muy grande. Pocos tienen el privilegio de haber sido distinguido como el mejor deportista del año. Y que me toque a los 39 años de edad, tiene un valor más que especial. Soy un afortunado.

Siempre disfrutaste de jugar al baloncesto, pero en los partidos que se pueden ver de Olimpia Milano, se te advierte con una sonrisa dentro de la cancha, ¿qué encontraste en esta experiencia en Italia?

Pienso que nada especial con respecto a otras experiencias. Salvo que uno está más grande y soy consciente que no me queda mucho tiempo más para jugar en el primer nivel. Eso me hace disfrutar mucho más de las cosas que estoy viviendo y los desafíos que me voy trazando. El resto lo trato de encarar con el mismo compromiso y de la misma forma que encaré todo en mi carrera. Lo único que cambia son los años y el físico. El agregado de ponerme cada vez más viejo me hace disfrutar mucho más.

¿Cuánto valor te da tener a Ettore Messina como entrenador en esta etapa de su carrera?

Ettore fue una de las razones por las que vine a Italia. Es un gran entrenador que siempre me pareció interesante. Pensé que nunca habíamos podido encontrarnos en un mismo equipo, porque yo me fui a Estados Unidos y pasamos muchos años por caminos diferentes.

Pero bueno, una cosa sumó a la otra y por esas casualidades de la vida terminamos juntos acá, en Milano. Si me hacías esta pregunta hace dos años lo veía como algo imposible. Por suerte se dio y las cosas van muy bien. Estoy muy contento.

¿Tu nivel de juego es lo que esperabas o te sorprendes cuando revisas lo que estás haciendo dentro de la cancha?

No me sorprendo cuando juego bien o las cosas salen como lo deseo. Soy una persona que habitualmente tiene mucha confianza en las cosas que hace. Obviamente, no siempre salen o me va bien como quiero, pero busco convencerme de lo mejor para lograrlo. Pero este rendimiento no me sorprende porque es en realidad lo que se me pasa por la cabeza.

¿Puede influir que este nivel tenga relación directa con la inyección anímica que implicó la experiencia China?

No creo que este nivel tenga que ver con el nivel que tuve en el Mundial de China. Desde antes de la concentración para los Panamericanos me preparé para jugar de esta manera. Se reflejó durante el Mundial y se advierte ahora con lo que estoy haciendo en Milano. Lo que me posiciona en este nivel es el trabajo día a día. Soy consciente que cada vez más será difícil, pero también sé que si hago las cosas bien voy a tener beneficios, voy a tener premio. A los 39 años de edad, estoy recolectando los beneficios del trabajo que hice durante toda mi carrera.

No hay dudas que el baloncesto te dio muchas satisfacciones, ¿Te reprochas algo de tu extensa trayectoria?

No me reprocho absolutamente nada. Algunas cosas estuvieron mejor que otras, pero estoy muy conforme con lo que me tocó y elegí para mi carrera. Si tuviera que volver a recorrer el mismo camino lo haría sin problemas.

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