Cuba dijo «Sí» a su nueva Constitución, pero la opción por el «No» dejó también una marca inédita.
El nuevo proyecto de Carta Magna promovido por el gobierno de Miguel Díaz-Canel fue aprobado con 86,8% de las boletas, mientras 9% votó para rechazarlo y 4,1% restante correspondió a votos en blanco o nulos.
Esta suma de 13,1% que no refrendó la opción del gobierno de forma activa en las urnas supone una cifra nunca antes registrada en elecciones en la Cuba comunista.
Mientras, del total del padrón (9.292.277), 84,4%, ejerció el derecho al voto, mientras el resto no acudió a las urnas, lo que indica que, en total, cerca de 2,5 millones de electores no votaron de una forma u otra a favor del proyecto.
En comparación, en 1976, cuando se sometió a votación la actual Constitución, la ratificaron 98% de votos con una participación de 99,02%. Solo 54.000 personas se opusieron.
Los cubanos con residencia en el exterior (más de 2 millones) no tuvieron derecho al voto (únicamente se permitió a las personas que trabajan en alguna «misión» del gobierno).
El gobierno realizó una fuerte campaña por el sí, que incluyó tildar de «traidores» a las personas que proponían un voto contrario al que promovía el gobierno.
La opción por el «No» no tuvo posibilidad de campaña y algunas personas que lo promovían fueron encarceladas o reprimidas.
Los resultados en datos:
Padrón electoral: 9.292.277 (no incluye a residentes en el extranjero)
Asistencia: 7.848.343
Por el «Sí»: 6.816.69
Por el «No»: 706.400
Boletas anuladas: 127.100
En blanco: 198.674
Electores que no votaron: 1.443.934
Total de personas que no apoyaron de una forma y otra el proyecto del gobierno: 2.476.108
En Cuba, no hay observadores independientes de las elecciones, aunque los ciudadanos pueden ser testigos del conteo de votos.
Además, las elecciones de cualquier tipo suelen tener niveles muy bajos de abstencionismo y generalmente las voces en contra de las propuestas del gobierno no superan 1%, de ahí que sectores de la oposición califiquen de histórica la opción del «No» en estas votaciones.
Nueva Constitución
Más de 9 millones de cubanos fueron llamados a votar por el nuevo texto que fue discutido por más de un año y que generó amplias expectativas y un acalorado debate en algunos sectores de la sociedad civil.
Con su aprobación, la isla reconoce legalmente por primera vez en casi cinco décadas la propiedad privada, el mercado y la inversión extranjera, reintroduce la figura del primer ministro y, tras 59 años en los que el poder se centró entre Fidel y Raúl Castro, limita a dos periodos los mandatos de sus presidentes.
Así, de acuerdo con expertos consultados previamente por BBC Mundo, su mayor mérito es poner en forma de ley una serie de reformas que inició hace más de una década el expresidente Raúl Castro tras la enfermedad de su hermano Fidel (y que no eran legales si se seguía lo establecido en la Carta Magna vigente).
El gobierno de Cuba realizó una fuerte campaña por el «Sí» a su nueva Constitución. Foto: AFP
Entre otros de sus aportes, se encuentra un mayor reconocimiento de derechos fundamentales, incluidos algunos muy novedosos en el contexto cubano, como el derecho a la información y el acceso a datos personales, el debido proceso, la tutela judicial efectiva y varias tipologías de familias.
Sin embargo, otros temas que generaron también expectativas como el matrimonio igualitario o la elección presidencial directa quedaron fuera de la agenda.
La nueva Carta Magna tampoco modifica el sistema político de la isla y declara al Partido Comunista «único, martiano, fidelista, marxista y leninista», como «la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado».
No reconoce tampoco la libertad de asociación ni de ideología y no se reconocen los derechos comunicativos, la protección animal ni la existencia de la sociedad civil.
De ahí que el proyecto que se votó fuera considerado por algunos críticos como una variación limitada del texto de 1976.
Como hecho inédito en Cuba, el proceso en torno a la nueva Carta Magna generó una amplia polémica en redes sociales -algo inusual en un país con escaso acceso a internet- e incluso conllevó a protestas en las calles que fueron reprimidas por la policía, pronunciamientos de artistas y hasta huelgas de hambre.
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