Apóyanos

Sin perder vigencia, los títeres de Plaza Sésamo celebran medio siglo

Por AFP
    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Generaciones enteras de niños en todo el mundo han aprendido el abecedario y los buenos modales con las marionetas entrañables de Plaza Sésamo, el célebre programa televisivo que a los 50 años disfruta una popularidad a prueba de todo.

Para el aniversario, el show será investido con los mayores honores de la cultura estadounidense: el prestigioso Kennedy Center lo elevará al panteón de los grandes artistas del país en una ceremonia este domingo en Washington.

Desde su debut en noviembre de 1969, Sesame Street, Calle Sésamo, según su nombre en inglés, ha sido difundido o adaptado en más de 150 países y múltiples idiomas.

Pero el mensaje, que se calcula ha sido recibido por 86 millones de niños estadounidenses a lo largo de las décadas, es el mismo: la importancia de la educación, la inclusión, la aceptación y la bondad.

Las aventuras de Beto, Ernesto, Elmo, acumulan 189 premios Emmy, la gloria de la televisión estadounidense.

Su éxito puede explicarse en dos palabras: instrucción gratuita.

Sesame Street es el vástago de dos productores que buscaban usar la televisión para transmitir valores educativos básicos a los niños a través de una cautivante mezcla de actuación, canciones, títeres y risa.

«Comprendieron cómo usar la estética y estilo de la publicidad televisiva para otro propósito. Se dieron cuenta de que si en 30 segundos puedes vender pasta dental o refrescos, por qué no enseñar a contar, el abecedario, la decencia y los buenos modales», dijo Robert Thompson, profesor de televisión y medios en la Universidad de Syracuse, especialista en la cultura popular estadounidense.

«Era una escuela muy entretenida, pero una escuela al fin», añadió.

En especial, a través de su difusión por la cadena pública PBS, una de las pocas gratuitas en esa época, por lo que la serie pudo llegar a niños de todos los estratos y eso ayudó mucho a impulsar su popularidad.

«Sesame Street iba dirigido a un público que no tenía necesariamente los medios para acceder a otras formas de enseñanza», recuerda Thompson.

Y añade: «Había inmigrantes, hispanoparlantes y personas de color», un remanso de diversidad inédito en los años setenta en los medios estadounidenses.

Michelle Obama y Big Bird

Alrededor del mundo

Poco a poco, el programa, una especie de utopía estadounidense «ingenuamente buena y feliz», como la describe Robert Thompson, se exporta a todo el mundo y cada país o región hace sus propias adaptaciones o una traducción de la versión original.

A América Latina llegó en 1972, empezando por México, con una adaptación de mitad del material original estadounidense y la otra mitad de contenido creado localmente.

Así nació el perico verde Abelardo, primo mexicano de Big Bird, el pajarraco amarillo de la versión estadounidense.

En España se bautizó como Barrio Sésamo.

En los ochenta, al presentar un programa de intercambio cultural con la Unión Soviética, el presidente Ronald Reagan deseó que los pequeños soviéticos siguieran a las entrañables marionetas nacidas de la imaginación de Jim Henson, padre también del programa de humor El show de los Muppets.

En Suráfrica el show presentó un personaje con sida, otro promoviendo los derechos de las niñas en Afganistán o abogando por la paz en Palestina.

En Estados Unidos, desde primeras damas hasta actores, estrellas de pop o superatletas han entrado en esta calle inspirada en uno de los cuentos de Las mil y una noches: el uso de la frase «¡Ábrete Sésamo!» como fórmula mágica para entrar en un mundo de aventura.

Michelle Obama apareció con Big Bird para luchar contra la obesidad y en 2012, durante su campaña de reelección, el mismo Barack Obama se alió con el héroe con plumas para defender una causa nacional: el Servicio de Emisión Pública, PBS, Public Broadcasting Service, cuyas subvenciones federales quería cortar su rival republicano Mitt Romney.

Más allá de la nostalgia de los adultos que crecieron mirándolo por televisión, el éxito de la serie se explica por su capacidad para adaptarse, abordando los temas que se van presentando a través de los años.

El monstruo Comegalletas, Cookie Monster en inglés, por ejemplo, cambió a hábitos más saludables.

¿Hasta cuándo podrá mantenerse la emisión? La pregunta es válida en tiempos de declive de la televisión y auge de las redes sociales e Internet, con Youtube a la cabeza.

Pero los valores promovidos por Elmo y sus amigos «jamás serán anticuados», predijo Thompson.

 

Noticias Relacionadas

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional