Apóyanos

José Balza: «Se escribe por todo cuanto ha sido, también por lo que puede ser. Y esto último a veces me gusta más»

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Por KAREN A. LENTINI GÓMEZ

—A propósito de su participación en la inauguración del ciclo de cuento en la sede del Instituto Cervantes de Madrid, el escritor José Balza nos revela unos pequeños detalles sobre sus ejercicios narrativos. Teniendo en cuenta  la siguiente afirmación: «El cuento surge como una imagen y lo que hago es elaborarlo». En el cuento «Caligrafía» la imagen de la isla sugiere la escritura como conexión. ¿Por qué ese título? ¿Qué imagen se le ha presentado para desarrollarlo?

—Cada cuento es como una vida, en síntesis; todos se originan de maneras diferentes. Algunos, de una frase escuchada al azar, de una frase que te suena obsesivamente, de un suceso ajeno a ti, de alguna experiencia propia, etc. Y, también, como dices, de cierta imagen en particular. En esto (y otras cosas) el cuento anda muy cerca del poema.

Creo haber estado asistiendo a la aparición y a la integración de islas, a orillas del Orinoco, durante toda mi vida. Son procesos de años, que la gente no toma muy en cuenta. La isla surge o desaparece al formar parte, por ejemplo, de las costas anteriores.

Así ocurre también con la escritura. Pero no solo atiendo a las islas, también a calles de las ciudades, sitios predilectos, habitaciones de seres amados: en el fondo, la realidad se nos vuelve siempre una caligrafía.

—¿Se considera privilegiado por nacer y crecer en el Delta del Orinoco? ¿Esto ha determinado de alguna manera su profundidad simbólica para escribir cuentos?

—A lo primero, te diría que sí. Sobre lo otro, francamente no lo sé.

—¿Se ejercita la inspiración o se presenta?

—Depende del grado de tu felicidad.

—¿Cómo se perfecciona un escritor de ejercicios narrativos?

 —Atendiendo a las imperfecciones, conociendo la obra de autores sólidos.

—En estos tiempos cree que es más importante el aspecto económico a la calidad literaria. ¿Existe algo pernicioso en lo mercantil?

 —Depende del talento personal.

 —»Tengo una gran curiosidad por los seres, soy como un vampiro, atento a todo lo que veo vivir, y lo que más me gusta es que mucha gente no se da cuenta de lo que vive, del conflicto en el que vive». ¿Se considera un explorador de la naturaleza humana y de las letras?

 —No, soy curioso, atento y con memoria. No todo me interesa en el mundo y en los seres. Pero cada vez abro más mis receptores.

—Cortázar afirmaba que cuando escribió  Los reyes  sintió lo que hablaba Jung sobre la teoría de los arquetipos; todo está en nosotros, existe una especie de memoria. A través de los genes y los cromosomas los antepasados nos hablan de otro tiempo que no es el nuestro, y sin darte cuenta escribes un cuento o una novela ¿Alguna vez ha sentido ese llamado de los antepasados?

—Gracián anotó que iniciamos nuestra vida hablando con los muertos (el pasado, los libros), seguimos luego hablando con los vivos (el presente, quizá) y finalmente con nosotros mismos. Juan Malpartida en su bella novela Camino de casa no solo hace un homenaje al precursor Charles Darwin, sino que halla en el ADN y en ARN los vínculos entre nosotros, los milenios y la escritura. Desde algún punto de vista, Jung debe estar dentro de todo eso, pero no podría darte una respuesta firme. Se escribe por todo cuanto ha sido, también por lo que puede ser. Y esto último a veces me gusta más.

*Entrevista publicada el 10 de septiembre de 2019 en www.revistavenezolana.com.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional