El Senado de Chile aprobó por unanimidad el proyecto de ley que anula el alza de las tarifas del pasaje del Metro de Santiago. El aumento tarifario motivó la protesta social que vive el país.
Esa ley facultará al presidente Sebastián Piñera a dejar sin efecto o limitar un alza de tarifas en el transporte público de pasajeros.
El proyecto había sido enviado de urgencia por Piñera con el propósito de calmar los ánimos de la población. La ciudadanía está mostrando su molestia por la carestía y las desigualdades del país.
Lamedida, de artículo único, se analizó en una sesión especial para tal efecto que permitió a los legisladores reflexionar sobre los hechos de los últimos días en el país.
Análisis de carencias
Los senadores condenaron los actos de violencia, pero a la vez hicieron un llamado a la unidad utilizando la empatía para resolver problemas concretos.
Se mencionó el descontento por bajos sueldos y pensiones, el precio de los medicamentos y el alza en los planes de las Instituciones de Salud Previsional, Isapres, así como la precariedad del sistema administrado por el Fondo Nacional de Salud, Fonasa, la gestión de las administradoras de pensiones o el alza del transporte público.
También se abordaron el incremento del costo de las necesidades básicas, las tasas de interés de los bancos, la precariedad de la educación, el sobreendeudamiento, la desigual distribución del ingreso y el papel de la Constitución política, entre otros aspectos.
El 6 de octubre, el Metro de Santiago, empresa privada en la que participa el Estado chileno, aumentó en 30 pesos el precio del pasaje en hora punta, hasta situarse en 830 pesos (cerca de 1,2 dólares).
El precio lo fija el Panel de Expertos con base en varios indicadores, como inflación, costo de los suministros para la operación y tipo cambio, entre otros, y es aprobado por el Ministerio de Transporte.
En protesta por la subida del boleto del Metro, cientos de ciudadanos, en especial estudiantes de secundaria y universitarios, iniciaron el lunes pasado entradas masivas al suburbano, levantaron las mamparas de cobro para que los pasajeros ingresaran a los andenes sin pagar.
La protesta se extendió a partir del viernes a otras zonas del país y se radicalizó, lo que sumió a Chile en un grave problema de orden público, con multitud de actos vandálicos, entre ellos barricadas callejeras, incendios y saqueos a comercios y supermercados.
El gobierno decretó estado de emergencia en varias regiones para poner en manos del Ejército la seguridad.
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